Por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, MEDSAP. Marea Blanca
La propagación de la pandemia de coronavirus destaca los problemas creados por las políticas de subfinanciación, privatización y mercantilización dentro de los sistemas de salud.
Esta crisis inesperada pero no impredecible también estuvo determinada, sobre todo, por las medidas de austeridad impuestas por las políticas de la Unión Europea, a través de recomendaciones destinadas únicamente a respetar los parámetros presupuestarios.
Los gobiernos nacionales han reducido el gasto público, particularmente en el área de protección social y salud. Este enfoque favoreció el mercado y condujo a una estratificación de la calidad de la atención: hoy en día, existen desigualdades significativas en el acceso a la atención de la salud, vinculadas al estado socioeconómico de las personas. Estas elecciones han llevado a la eliminación del número de camas disponibles en los hospitales de muchos países y, al mismo tiempo, a la reducción y la precariedad del personal para lograr los objetivos de reducir los costos de salud.
La atención médica se ha privatizado y vinculado cada vez más al mercado. Las políticas de salud se han centrado casi exclusivamente en la producción de un número cada vez mayor de servicios de salud, sin tener en cuenta las necesidades de la población. Los altos volúmenes de transacciones significan altos ingresos o reembolsos para el sector comercial, pero no refleja cómo debería ser un sistema de atención de salud basado en las necesidades y los derechos. Todo esto ha llevado a la creación de sistemas que se basan en el costo estimado artificialmente de la patología y no en las necesidades de salud reales y las respuestas que se deben proporcionar.
Ante una emergencia como la que estamos experimentando, ahora está claro que solo una intervención de salud fuera de las leyes de mercado, administrada y financiada por el sistema público, es lo suficientemente fuerte como para proteger a toda la población, de manera generalizada; hay que realizar campañas de prevención coordinadas. La prevención en última instancia reduce el número de personas enfermas, lo que no es de interés para un sistema de salud con fines de lucro. Y ahora mismo además, la pandemia ofrece oportunidades de negocio para que algunos actores se beneficien de la compra de equipos y medicamentos, provisión de pruebas, etc. Observamos que algunos gobiernos, para poder reaccionar ante la situación y superar las debilidades de los sistemas de salud pública, contratan a proveedores de salud privados sin ninguna transparencia o negociación.
Pedimos la intervención de todos los recursos también privados, de forma inmediata y sin contrapartida
Por esta razón, la Red Europea contra Privatización y Comercialización de la Salud y Protección Social, de la que formamos parte y el Movimiento de Salud de los Pueblos reafirman que es esencial, hoy más que nunca, un sistema de salud pública europeo sólido, unidos, de calidad y accesibles a toda la población. Este sistema debe ser financiado por recursos públicos, a través de impuestos o contribuciones sociales, dependiendo del país, para permitir una respuesta completa y universal a las necesidades de salud.
También debe basarse en la solidaridad dentro de la población y entre los países europeos, más que en los intereses privados de los accionistas.
Los Estados miembros deben hacer de la protección social y la salud una prioridad en sus presupuestos, que no estén sujetos a restricciones burocráticas. Es particularmente importante que estos presupuestos estén suficientemente financiados para responder a los problemas de salud que enfrentaremos cada vez más en el futuro: envejecimiento de la población, cronicidad, discapacidad, fragilidad social, salud mental, salud en el trabajo, etc. Esto es posible a través de la armonización social a escala europea, así como a través de la lucha contra la evasión fiscal mediante el establecimiento de esquemas de contribución progresiva para toda la Unión Europea.
También requiere que la salud no pueda considerarse aisladamente de otros sectores. Los efectos sobre la salud deben ser uno de los criterios de evaluación de todas las políticas europeas.
El 7 de abril, elegido por la OMS en 1948 como Día Mundial de la Salud, se organizan acciones descentralizadas en toda Europa y países del mundo. Por quinto año consecutivo, la Red Europea y PHM hacen un llamamiento a los ciudadanos, trabajadores de la salud, asociaciones, etc. para que se manifiesten en el Día Internacional contra la comercialización de la salud y de la Protección Social.
La pandemia de COVID-19 nos obliga a cancelar todas las reuniones y acciones con contacto físico. Por lo tanto, pedimos a todos los ciudadanos que MUESTREN SU APOYO desde el confinamiento: Difundiendo Solidaridad y no virus, exigiendo Sanidad 100% Publica, la única que garantiza la Salud de tod@s.
- ¿Cómo ?
Escribiendo sus mensajes en una hoja blanca o una sábana, colgándola en en un lugar visible ( ventana, balcón o terraza) de su casa - Tomando fotos de cada uno de sus carteles y sabanas.
- Publicándolas en redes sociales con los hashtag
#health4all y/o #saludparatodos - y dirigiéndose a sus líderes políticos en el mapa interactivo pinchando en el enlace de abajo