Por primera vez las trabajadoras sexuales hemos tenido un evento paralelo en el marco la XIV Reunión de la Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina de la CEPAL, en la que hemos presentado el 28 de enero de 2020 los resultados de la investigación piloto “Los aportes de las Trabajadoras Sexuales a las economías de América Latina y el Caribe”.
Se trata de un estudio inédito en la región y que llevamos adelante desde la RedTraSex con la coautoría del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de México y el apoyo de FNV (Confederación Sindical de los Países Bajos).
En el panel contamos con la compañía de Herminda González, trabajadora sexual defensora de los Derechos Humanos, en su calidad de moderadora para este evento y quien además es una de las fundadora y actual encargada organizacional de la RedTraSex; también estuvo con nosotras Mabel Bianco, presidenta de FEIM, co-presidenta del Comité de ONGs para la Condición de la Mujer de América Latina y el Caribe, integrante en representación de ONGs del Sur en el comité Organizador de Generación Igualdad; Daptnhe Cuevas, feminista, máster en economía y gobierno, es la Directora Ejecutiva del Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de México; Magdalena Provis Ramírez, oficial de juventud de ONUSIDA para América Latina y el Caribe, periodista, con más de 5 años de experiencia en el Sistema de las Naciones Unidas y Elena Reynaga feminista y trabajadora sexual, fundadora y actual secretaria ejecutiva de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe. Red que integra a las organizaciones nacionales de Mujeres Trabajadoras Sexuales de 14 países de la región con 22 años de trayectoria en la lucha por los derechos humanos y laborales de las mujeres trabajadoras sexuales autónomas.
Después de meses de trabajo hemos parido y dado a conocer el producto de este estudio que responde a una de las tantas necesidades que tenemos las trabajadoras sexuales de nuestro continente y que en primera instancia responde a la falta de datos por parte de los Estados, vacío que responde a su falta de voluntad política ante el reconocimiento de nuestro trabajo y de nuestra autonomía.
El estudio es una muestra realizada en seis países de nuestra región que hacen parte de los 14 que integran la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe: Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y República Dominicana. Ha sido una investigación con la que nos asomamos a un tema del que no se habla, como tantos que tienen que ver con nosotras y nuestro trabajo, se trata de nuestro rol central y preponderante en la vida económica de cada sociedad y país. Y es central y es preponderante porque, así como lo muestra la investigación la mayoría de nosotras somos cabeza de hogar, tenemos personas dependientes y por tanto nuestras necesidades y las de terceros se sostienen de nuestra economía. Dando cuenta de nuestro carácter de aportantes activas a la vida económica de nuestras sociedades.
Sin embargo, el vacío legal al que nos conducen los Estados provoca que ejerzamos nuestro trabajo y por tanto nuestra economía en la clandestinidad, esto no sólo provoca que no podamos entrar en el sistema nacional de cuentas de ningún país, sino que además nos pone en una situación en la que si bien durante nuestra vida como trabajadoras no aportamos -oficialmente- sí lo hacemos, pero de modo extraoficial: llevamos años pagándole a la policía para poder trabajar.
“Esta idea, la de este estudio, me venía dando vueltas: hay que mostrar cómo se mueve el trabajo sexual, no sólo desde lo epidemiológico” sostuvo Elena Reynaga en la presentación, dando cuenta cómo y de qué manera la órbita de nuestras realidades excede al tema salud y prevención. Así es como desarrollamos esta investigación para ubicarnos del lado de las situaciones que vivimos, en ese sentido Daptnhe Cuevas resaltó una de las conclusiones arrojadas por la investigación y que abre la puerta a la necesidad de pensar en la migración como variable importante a la hora de pensar en nuestro aporte económico, porque, así como lo evidencia el estudio, es clave empezar a preguntarnos qué pasa con los envío de remesas por parte de las trabajadoras sexuales migrantes a sus países nativos y cómo impactan esos números en las economías nacionales.
Las trabajadoras Sexuales hemos sido siempre grandes aliadas en la lucha para combatir y disminuir el VIH en Latinoamérica y el Caribe, en ese sentido y como señaló nuestra compañera Herminda González: “nosotras tenemos mucho que decir porque desde la población de Trabajadoras Sexuales hemos logrado disminuir el VIH en la región” . En el mismo orden Magdalena Provis resaltó que para ONUSIDA “trabajar con los y las trabajadoras sexuales es vital, este tipo de estudios nos da luz donde no tenemos mucha claridad (…) la incorporación de estos datos es muy relevante. Es importante tomar los datos que presentan acá e insertarlos en los informes que inciden”.
Resaltamos entonces la necesidad de que se amplíen los horizontes de las miradas que observan muestro trabajo y nuestro reclamo, porque nosotras nos referimos a mucho más de lo que ya hemos venido trabajando durante tantos años: hablamos del reconocimiento de derechos, del respeto de nuestras autonomías y de las omisiones de los Estados frente a la violación sistemática de nuestros derechos humanos y laborales, siendo estos últimos uno de nuestros grandes objetivos, enmarcado en nuestra firme militancia de carácter gremial; así lo señaló también la feminista Mabel Bianco: “el derecho a la sindicalización tiene que ser uno de los grandes frentes de lucha” reconociendo la importancia que implica contar con cuatro sindicatos de trabajadoras sexuales reconocidos en nuestro continente.
La importancia de este estudio se da un contexto político de la región en el que la sociedad civil está jugando un rol central en el reclamo de respeto y garantías de derechos, las trabajadoras sexuales no somos la excepción. Pero se da también en un momento en el que el feminismo es un actor político central en el mundo y que tiene una gran responsabilidad que implica no dejar por fuera ninguno de los reclamos de ninguna de nosotras, así lo afirmó Bianco en el mismo evento: “lo más importante es respetar que tengamos posiciones diferentes, pero no podemos aceptar que se violen y se nieguen derechos a nadie”. Y la violencia económica de la que somos objeto no puede quedar aislada de la violación sistemática de derechos que sufrimos.
Nuestra secretaria ejecutiva, Elena Reynaga, fue clara al exponer en la presentación de nuestro estudio las dificultades que debemos enfrentar ante la necesidad de bancarización, acceso a jubilación y aportes, entre otras, y fue enfática al reclamarle a los Estados la necesidad de saber cuántas mujeres somos Trabajadoras Sexuales en Latinoamérica y el Caribe y para ello es preciso que se reconozca nuestro trabajo como tal, cada vez con mayor urgencia y necesidad.
Las Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe estamos seguras de que haber llevado adelante esta iniciativa pone en evidencia -cada vez más clara- las realidades que afrontamos, y la omisión de los Estados en su obligación de garantizar nuestros derechos. Y seguiremos adelante con este tema de trabajo que hemos puesto en la mesa gracias a nuestra investigación, reconociendo y demostrando la calidad y cantidad de nuestro aporte a las economías de nuestros países, llevamos años hablando de HIV, es hora de que hablemos de PIB.