«Hoy día Chantelle Bellrichard trató de ir a Unist’ot’en para la CBC. Fue detenida en la ruta 44 y le dijeron que no podía proceder porque un puente, que ella vió que otros vehículos usaban, era inseguro. La RCMP (por sus siglas en inglés, La Real Policía Montada de Canadá) detuvo a nuestro periodista el viernes y tampoco le permitieron ir a Unist’ot’en», declaró el editor de Ricochet durante la protesta en Vancouver.
El domingo por la tarde una multitud de personas que apoyaban a los periodistas se reunieron frente al Ayuntamiento de Vancouver para protestar contra la policía que amenazaba con arrestar a los periodistas por tratar de informar al público sobre la orden judicial en el territorio Wet’suwet’en.
De hecho, durante la semana, la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) amenazó y arrestó a algunos periodistas que cubrían el cumplimiento de una orden judicial en el territorio Wet’suwet’en en contra de miembros de las Naciones Originarias que se oponen a un oleoducto en su territorio.
¿Por qué?
¿Por tomar fotos? ¿Por intentar informar al público sobre un asunto de interés público?
Eso no es un crimen. Eso es periodismo.
La Asociación Canadiense de Periodistas (CAJ) fue una de las organizaciones que recibió un correo electrónico de la RCMP que decía que ellos no interferirían con los periodistas en su trabajo.
A principios de esta semana, Karyn Pugliese dijo: «Nunca pensé que vería el día en que escribiría las mismas palabras sobre la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) amenazando con arrestar a los periodistas en Canadá, pero aquí estamos».
Como en todo país libre, los medios de comunicación tienen el derecho -siempre lo han tenido- de estar presentes y ser testigos de las acciones del Estado. De hecho, esa es la razón más importante para tener una prensa libre.
En el caso de estos arrestos, ninguno de los reporteros estaba interfiriendo con las acciones de la policía. Dos reporteros, por ejemplo, estaban grabando el arresto de una mujer y se les dijo que se alejaran 100 metros. Eso es demasiado lejos para que las cámaras capten lo que estaba sucediendo. Sin embargo, los periodistas cumplieron. Y a pesar de cumplir, fueron detenidos de todos modos, puestos en una camioneta de la policía y conducidos desde el sitio a un pueblo cercano a varios kilómetros de distancia.
Canadá es un país libre, no un estado policial. Pero sigue tropezando con cuestiones de libertad en los medios de comunicación.
El CAJ publicó un video en Twitter, donde la RCMP le dice a un periodista independiente que deje el sitio o sea arrestado, a pesar de sus credenciales de prensa. Un documentalista estadounidense que trabaja para Mutual Aid Media captó la amenaza en una cinta. «¿Están arrestando a la prensa?», pregunta incrédulo el estadounidense. Poco después él también es amenazado con ser arrestado.
El periodismo es legal y está protegido en Canadá, Estados Unidos y en todos los países democráticos del mundo.
A la policía no se le permite abusar de su poder de arresto para protegerse del escrutinio público. La reciente publicación de The Guardian de los documentos internos de la RCMP de la redada del año pasado en los campos de Wet’suwet’en mostró que la policía escondió sus rifles de carabina porque la «óptica» de las armas «no era buena». El 8 de febrero, la policía dijo a los periodistas que si tomaban una foto de las armas serían arrestados.
La historia debería ser acerca de lo que está pasando en Wet’suwet’en, con el campo y con el oleoducto. Pero cuando la policía amenaza con arrestar a los periodistas por tratar de informar al público, está dando un paso hacia el autoritarismo. Cuando el estado socava la libertad de expresión de cualquier grupo en una democracia, hace que todos los demás sean un poco menos libres. Es un poco más fácil para el estado silenciar a la siguiente persona.
Según la CAJ, la Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica ha emprendido una acción policial contra los periodistas, pero los gobiernos permanecen en silencio y nadie vigila a la policía mientras ésta pisotea agresivamente la Carta de Derechos y Libertades de Canadá.
El 8 de febrero, Amnistía Internacional expresó su preocupación por los informes de que los agentes de la RCMP amenazaron con detener a los periodistas por tomar fotografías y documentar la actividad policial en el territorio Wet’suwet’en.
El informe de Amnistía Internacional describe el evento: En la madrugada del jueves 6 de febrero, oficiales de la RCMP realizaron una redada en los campos de defensa terrestre en el territorio Wet’suwet’en. Arrestaron a seis personas en el curso de la implementación de una orden judicial contra los bloqueos a lo largo de las carreteras de acceso relacionados con la construcción del oleoducto de 670 kilómetros de Coastal GasLink desde el noreste de la Columbia Británica hasta el área de Kitimat. Según se informa, los oficiales de la Real Policía Montada de Canadá también detuvieron a periodistas, los sacaron del territorio y les ordenaron que no filmaran a la policía con equipo táctico. (Amnistía)
La frase «el periodismo no es un delito» fue acuñada por Al Jazeera cuando los periodistas fueron encarcelados en Egipto en 2014, entre ellos un periodista premiado de origen egipcio y canadiense, Mohamed Fahmy.
«Ayer (8 de febrero) la RCMP prometió respetar los derechos de los medios de comunicación, pero hoy siguen abusando de sus poderes e ignorando descaradamente la ley de una manera inaudita en Canadá e impensable en un país democrático».
La CAJ ha pedido que los periodistas de la zona sigan documentando la interferencia de la policía y los abusos de poder, incluso anotando nombres y números de placa, y que sigan compartiendo la información con la CAJ.
El cineasta Michael Toledano tweeteó: «Hoy la RCMP está intimidando a los periodistas para que supriman las imágenes en tiempo real. A medida que la RCMP se acerca a #Unistoten, los medios de comunicación aquí están decididos a hacer nuestro trabajo y ser testigos de la acción policial».
Jerome Turner, que está cubriendo la disputa para los medios de comunicación de Ricochet, describió a su editor, Ethan Cox, cómo fue detenido, se le impidió ser testigo de los acontecimientos y presentó informes en múltiples ocasiones por la RCMP durante las últimas 24 horas.
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«La RCMP no iba a dejarme ir en la dirección de la historia», comunicó Turner a Cox.
La tensión entre los periodistas que cubren a aquellas personas de la Nación Originaria Wet’suwet’en quienes se oponen al proyecto Coastal GasLink y la RCMP ha ido en aumento desde el 31 de diciembre, cuando la Corte Suprema de la Columbia Británica otorgó a Coastal GasLink un mandamiento judicial extendido.
El jueves por la noche, el cabo Chris Manseau de la RCMP envió a Cox una declaración que decía: «La Real Policía Montada de Canadá respeta la libertad fundamental de la prensa bajo la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, como se detalla en recientes decisiones de las Cortes de todo Canadá. Los periodistas pueden estar seguros de que la Real Policía Montada de Canadá hará todos los esfuerzos razonables para permitir que el personal de los medios de comunicación se acerque lo más posible a la zona de aplicación de la ley, asegurándose de que no haya interferencias en las operaciones policiales».
Sin embargo, esa respuesta llegó sólo después de que varias organizaciones de medios de comunicación, incluyendo el Narwhal, Ricochet, la CAJ y otros, llamaron públicamente a la RCMP provocando una ola de rechazo público debido a la repetida interferencia de la RCMP con los medios de comunicación.
La Oficial Superior de Relaciones con los Medios, Servicios de Comunicación, Janelle Shoihet, había enviado un correo electrónico a Cox ese mismo día, diciéndole explícitamente que planeaban arrestar al reportero Turner si no se iba voluntariamente.
Pero de nuevo el 8 de febrero, la RCMP obstruyó y bloqueó la cobertura de los medios.
«Se han producido varios arrestos en el campamento del kilómetro 27. – La RCMP retuvo a los medios de comunicación para que no pudiéramos observar claramente lo que estaba pasando. Entendemos que varias personas se atrincheraron en uno de los refugios de abrigo», escribió en twitter Chantelle Bellrichard, una periodista de la CBC.
Fuente: Asociación Canadiense de Periodistas
Traducción del inglés por Armando Yánez