La filósofa estadounidense destacó que las mujeres chilenas están pensando nuevas «tácticas, estrategias y objetivos» para sus movilizaciones.
En una reciente entrevista, la filósofa post-estructuralista estadounidense Judith Butler se refirió al actual movimiento feminista chileno, que pudo conocer en su última visita al país.
En medio de la promoción de su nuevo libro “La fuerza de la no violencia”, la académica señaló a The New Yorker que su texto “está relacionado con el problema de la queja, los Derechos Humanos, boicotear la política, pensar en modos de resistencia no violentos”.
Sobre aquello, Butler recordó que cuando Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, distintos ideólogos plantearon que “vivíamos en una época de fascismo que requería un derrocamiento violento o un conjunto violento de tácticas de resistencia”, privilegiando la destrucción por sobre “construir nuevas alianzas basadas en un nuevo análisis de nuestros tiempos, uno que eventualmente sería lo suficientemente fuerte como para oponerse a esta peligrosa tendencia actual de gobierno autoritario y neofascista”.
De acuerdo con la filósofa, algunos ejemplos de esta “destrucción” pueden ser los enfrentamientos físicos con fascistas o los ataques a vitrinas de tiendas, bajo la idea de que “el capitalismo tiene que ponerse de rodillas”.
En este punto fue que Butler recordó su visita a Chile en abril de 2019, donde le llamó la atención “el hecho de que el movimiento feminista estaba a la vanguardia de la izquierda y marcó una gran diferencia al pensar en tácticas, estrategias y objetivos” en su movilización.
Las palabras de la escritora hacen pensar rápidamente en la icónica protesta del Colectivo Las Tesis, que se ha instalado alrededor del mundo, y los masivos encuentros feministas plurinacionales donde las organizaciones feministas planifican las movilizaciones del año.
Por otra parte, la académica planteó que “en los Estados Unidos, algunos hombres que siempre vieron el feminismo como un problema secundario, hoy se sienten mucho más libres para expresar su antifeminismo en el contexto de un renovado interés en el socialismo”.
“No tiene que ir por ese camino, pero me preocupa el regreso al marco de las impresiones primarias y secundarias. Muchos movimientos sociales lucharon contra eso durante décadas”, añadió Butler.