La tarde del lunes, 30 de septiembre de 2019, el presidente peruano, Martín Vizcarra, anunció la disolución del parlamento y convocó a nuevas elecciones legislativas para el 2020. Las elecciones tuvieron lugar el pasado domingo 26 de enero. Para compartir su análisis y perspectiva y ayudarnos a comprender qué pasa en el vecino país, tenemos con nosotros a Indira Huilca, integrante de la Comisión Permanente del Congreso de la República disuelto.
Entrevista con Indira Huilca a partir del minuto 13:
Indira Huilca es integrante de la Comisión Permanente del Congreso de la República, congreso ya disuelto pero que sigue trabajando por todos los peruanos y peruanas.
Si te parece para comenzar y ayudarnos a refrescar la memoria, ¿nos recuerdas por qué el presiente Vizcarra disolvió el congreso el año pasado?
Es una decisión que suscitó una conmoción muy grande entre los políticos acá en Perú, de hecho hubo también un acto inédito, porque si bien es cierto la Constitución establece el mecanismo de disolución, nunca antes se había ejercido esta posibilidad, pero fue la culminación de una serie de situaciones de tensión política que se habían dado. Sobre todo los últimos años entre el Ejecutivo y el Parlamento de nuestro país, pero sí quisiera mencionar que ha sido una situación de tensión política entre los poderes del Estado en el marco de una situación de crisis un poco mas profunda que es, simplemente, el enfrentamiento de dos de los poderes, de las fuerzas políticas que se encuentran dentro de esos poderes.
Tenemos una situación de crisis vinculada al tema de la corrupción generalizada que se ha conocido los últimos años en el Perú, casos que no son aislados, que son parte de una lógica de funcionamiento del sistema político, pero también del sistema económico que ha estado muy vinculado a la clase empresarial. Lo que ha hecho es golpear fuertemente a instituciones como el Parlamento. Entonces, después de que se han ido conociendo estos casos que la imagen, que la variación del parlamento fue ampliamente cuestionada y la respuesta a eso hubiera sido que el propio Parlamento intentara de alguna manera ofrecerle a la gente algún tipo de alternativa, una propuesta para, por ejemplo, reformar las normas que tienen que ver justamente con la lucha contra la corrupción o evitar que se vuelvan a suceder estos casos que se han ido descubriendo, el caso Lava Jato, pero en Perú otros casos similares de vínculos de corrupción en la política, en el sistema de justicia y el empresariado. Entonces como eso no se dio, hubo una tensión a propósito de un paquete de reformas que se estaban intentando impulsar desde el gobierno, el condicionamiento para el debate de estas reformas es lo que activó el mecanismo de la disolución del Parlamento, finalmente como ya todos conocemos terminó con el cierre del Parlamento en septiembre.
¿Y cuál sería la síntesis de la aplicación finalmente de esto que se llevó a las elecciones, qué sensación tienen los peruanos y tú como socióloga, como feminista, como política?
Yo creo que ha sido una especie de válvula de escape porque la sensación, como refería, de descrédito de la clase política, de los partidos que estaban representados en el Parlamento mayoritariamente era muy sentida por la ciudadanía, había una perdida de confianza casi generalizada. La oportunidad del cierre del Parlamento a lo que más ha apuntado es a una especie de momento de escape de esas tensiones, pero que sin duda no es que van a resolver el problema de fondo. El problema de fondo tiene que ver con esa situación de crisis que en realidad lo que expresa es una debilidad del Estado peruano para hacerle frente a estos sistemas de corrupción que se ha instalado dentro, para garantizar que los ciudadanos como efecto de ello puedan tener acceso a derechos básicos, a situaciones que han precarizado mucho la vida y que están conectados, por la forma en la que la corrupción ha capturado las instituciones y a los políticos finalmente. Que todos nuestros ex presidentes estén imputados en casos de corrupción, habla de eso que no es un tema aislado, ni es un tema de prácticas individuales sino que era muy fácil que un grupo político llegara al poder e inmediatamente dejara de lado las agendas con las cuales había logrado el respaldo del pueblo y que inmediatamente, más bien, tuvieran la lógica de gobierno más ligada a favorecer los intereses corporativos, eso es algo que tiene que desmontarse, tiene que analizarse, tiene que reestructurarse en contenidos legales, institucionales. Eso es algo que está pendiente, eso no es algo que se iba a arreglar con el cierre del parlamento pero si ayuda primero a buscar como una salida y encontrar nuevos actores que si estén siendo capaces de impulsar esos cambios que son en unos cambios un poco más profundos que simplemente cambiar algunas leyes.
Y entonces hablemos de este mismo Congreso de cara a estos resultados que se han dado. El fujimorismo quedó muy golpeado justamente por estas denuncias de corrupción, con Keiko Fujimori en prisión, pero bueno la ultra derecha y la centro derecha de todas maneras han sacado muy buenos resultados.
Yo no diría tanto eso, lo que sí es verdad es que el fujimorismo, que es una fuerza política que ha sido más cuestionada por estas situaciones de corrupción que se han conocido, es verdad que salió muy golpeada de haber tenido 70 escaños en el Parlamento en el 2016, 70 de 130, ahora pasa a tener no más de 12. Es evidentemente un golpe muy duro en pocos años, un poco más de tres años y eso habla de una situación de crisis muy fuerte. Ellos van a tener que afrontar, su lideresa el día de ayer ha vuelto a ser enviada a prisión preventiva en el proceso que se le está siguiendo, les augura una situación muy difícil.
El partido aliado del fujimorismo que es el APRA que también le ha ido muy mal en esta elección, ni siquiera han conseguido una bancada. ¿Pero a dónde se ha ido la expectativa de los ciudadanos por cambios?, eso es un poco lo que se está analizando hoy en el Perú, porque más bien las fuerzas que han recibido mayor respaldo son grupos políticos nada tradicionales, muy difíciles de etiquetar. Un grupo que ha tenido una participación antes en los años 90, un grupo político llamado Frepap, que tiene un vinculo muy fuerte con una dinámica religiosa con una senda bastante popular tratando cosas más concretas y no tanto de lo religioso en su campaña. Eso es lo que está haciendo que cueste analizar por dónde va el sentido de sus acciones en ese nuevo Parlamento con una agenda que va desde opción de jornada laboral hasta lucha contra los monopolios a nivel económico en áreas como salud y educación. Y, por otro, una fuerza política también emergente en el sur del país que apuesta con un discurso muy autoritario, a cambios más profundos vinculados al cambio mismo de la Constitución que esta vigente en el Perú.
Yo creo que es más complejo que tal vez simplemente decir la derecha, de centro derecha, pero sí hay una búsqueda que los peruanos han hecho, primero por no repetir a las fuerzas que en el gobierno anterior tuvieron protagonismo, estos partidos que nos llevaron a la crisis. Ellos no van más o, tienen un respaldo, pero muy minoritario. Lo que ha ocurrido es que la gente ha buscado opciones, ha encontrado opciones nuevas, o no tan conocidas, que han sabido empatar con esas preocupaciones que como digo van más allá que el momento coyuntural que vimos en septiembre y que expresa más bien preocupaciones más profundas sobre los derechos de las personas que sienten que no se están garantizando.
¿Cómo quedan las fuerzas progresistas peruanas después de estos resultados?
Hay dos bancadas que son las que en el anterior Parlamento representaron a las izquierdas, a los progresismos. Dos fuerzas políticas que fueron dos bancadas en el anterior Parlamento, una de ellas ha logrado tener una votación que le permite tener una bancada nuevamente, la otra no logró superar la barrera del 5%. Ahí hay una lectura que hay que hacer sobre adónde ha ido ese voto que se expresó en la anterior elección por una lógica distinta, no había el mismo respaldo pero una de esas fuerzas políticas sí ha podido mantenerse con éxito.
Entonces, lo que yo creo que hay es una búsqueda de los ciudadanos, si hay un descontento muy grande por lo que hoy existe como modelo, tal vez no traducido con los mismos términos pero sí un cuestionamiento muy fuerte. Aspectos vinculados a lo económico, la ausencia de derechos, los temas laborales, de trabajo, a los temas vinculados a la salud, a la privatización, a la educación, a la protección de recursos como el agua, esa es una agenda muy fuerte que creo es la que expresa la emergencia de estas fuerzas que sobretodo han tenido una presencia importante en sectores populares tanto en las regiones del país diferentes de Lima, como dentro de lima en los sectores más populares.
La verdad es que todos nos imaginábamos que Vizcarra iba a ser un presidente de transición que iba a estar poco tiempo en el cargo, en reemplazo de Kuczynski y que se iba a llamar a elecciones presidenciales pronto, pero parece que los tiempos se alargan. Vizcarra se ha tomado un poquito ese intento de querer llevar adelante algunas de estas reformas que tu estas diciendo que son necesarias, no sé si él puede ser el mejor referente para llevarlas adelante pero en cualquier caso ahora tiene un nuevo Congreso, ¿te parece que se podrá avanzar en eso en este año que empieza?
Es un Congreso muy fragmentado, de arranque empieza ese este nuevo periodo parlamentario con nueve bancadas, nueve fuerzas políticas. Eso es más de lo que hubo en el 2016 que empezó con seis grupos políticos más numerosos, la votación en esta fuerza política en esta elección ha sido muy baja, ninguna fuerza política ha superado el 12% del voto total de los votos hábiles. Eso también habla que el respaldo ha sido muy bajo para todos y se ha tenido que distribuir la cantidad de escaños en función de ese voto tan disminuido, eso va a exigirles a las fuerzas políticas niveles de consenso que antes no necesariamente existieron. En el 2016 hubo una fuerza política que era la mayoritaria, tenía la mayoría absoluta cuando no tenía muchos incentivos para pactar cosas, pero hoy en la conformación del Parlamento es totalmente diferente, son nuevas bancadas y con cada una en términos de votos muy bajos, nadie podía atribuirse tener la mayoría en el respaldo popular absoluto.
Yo creo que el principal reto en el gobierno de Vizcarra es terminar su periodo de gobierno hasta el 2021, porque él no puede convocar a elecciones, no está facultado por la Constitución para convocar a una elección salvo que él renunciase, pero ni así, porque si renunciase quien convoca a un proceso electoral nuevo, es el presidente del Congreso después de unos seis meses por lo menos. Entonces, no tiene mucho sentido a estas alturas seguir toda esa sucesión si lo que queda en este periodo de gobierno es poco menos de un año y medio. Creo que lo que sí la gente está a la expectativa de que haya una agenda mínima de cambios y de cierre de este periodo de gobierno y ahí está expresado en el voto de este domingo 26. Sí hay una agenda que ha sido menos visible por la tensión política que hemos estado viendo en el Perú, pero es una agenda que va más allá de la crisis política que se evidenciaba en el Parlamento, sobre todo tiene que ver con derechos sociales.
Esa diversidad de fuerzas políticas nos abre la posibilidad de que haya justamente algunos temas que estaban fuera de la participación política en años anteriores, ahora ingresa. ¿Hay alguno que quieras destacar, así como tema que te parece que puede llegar a ser preponderante este año?
Hay varios temas que están pendientes y que son muy álgidos, el tema de la seguridad ciudadana es un tema que está en la primera prioridad de los ciudadanos, que no necesariamente se ha canalizado a través de la política. Hay una gran preocupación de los ciudadanos por su seguridad cotidiana, el tema del trabajo, el tema económico es un tema urgente, veremos si realmente se cumple, como digo, esa es la expectativa, pero como siempre, esto no necesariamente se termina concretando en la agenda política. Sí hay como una preocupación de algunas de estas demandas terminan siendo mas bien usadas discursivamente para poder generar un poco de expectativa o de una posición más mediática, con el tema de seguridad es muy claro como hay a veces un uso oportunista de esta preocupación, entonces se alientan muchos discursos xenofóbicos vinculados al tema de delincuencia. Habrá que ver como esto se traduce realmente en la superación de estas preocupaciones, pero también hay un gran riesgo de que esto pueda ser utilizado de manera oportunista.
Muchísimas gracias Indira Huilca por este acercamiento a toda la contingencia de nuestra hermana Republica de Perú.