Gracias a la labor investigativa y la perseverancia del relator especial de la Organización de Naciones Unidas sobre la tortura, Nils Melzer, la verdad se va revelando poco a poco.

Una de las noticias falsas más exitosas de la última década es la historia de dos mujeres que presentaron una denuncia de violación contra Julian Assange ante la policía sueca en agosto de 2010, y que el fundador de Wikileaks escapó del sistema de justicia sueca huyendo hacia Inglaterra. La ventaja del sueco Nils Melzer es que habla sueco con fluidez, y entonces pudo consultar los documentos originales. Y luego, para su asombro, resultó que el transcurso de los acontecimientos era bastante diferente.

La reescritura de las declaraciones de una mujer. 

De hecho, como Melzer declaró recientemente en una importante entrevista con la revista suiza en línea Republik, a la que me referiré a continuación,  –una de las dos mujeres, que simplemente estaba acompañada por la otra, se horrorizó cuando la policía ante sus ojos comenzó a elaborar un informe de violación a partir de sus declaraciones. Ella, como señaló en varias ocasiones, tuvo relaciones sexuales totalmente consensuadas con Assange, y solo se contactó con las autoridades para saber si sería posible obligarla a someterse a una prueba de detección del SIDA. Tan pronto se dio cuenta de que la policía estaba empezando a hacer algo completamente diferente, interrumpió el interrogatorio en estado de shock y salió de la sala. Sin embargo, solo unas horas después, el titular apareció en letras grandes en la prensa sueca sensacionalista: Julian Assange fue acusado de doble violación.

En ese sentido, Melzer tiene un documento explosivo un correo electrónico del supervisor del oficial de policía designado por consenso, en el cual le pide que reescriba correctamente el protocolo de interrogatorio. Esto al parecer se debe al hecho de que el Ministerio Público ya estaba cerrando el caso, ya que las declaraciones de la mujer no eran suficientes para una acusación de violación.

Como el texto original del documento fue eliminado de la computadora, no fue posible restaurarlo. Sin embargo, su contenido se puede fácilmente adivinar dada la reacción inicial del ministerio público: porque según Melzer, la fiscalía declaró que «aunque las declaraciones de S. W. eran creíbles, no dieron ningún indicio de un delito».

La mujer también pudo haber enviado un mensaje de texto a un amigo en la estación de policía: tenía la impresión de que la policía solo estaba interesada en “poner sus manos en Assange”.

El anuncio de la segunda mujer.

La segunda mujer desempeña un rol oscuro, al principio, no hacía más que servir de escolta. Según Melzer, no sólo sugirió a la primera mujer que acudiera a la policía, sino que también la dirigió al puesto de guardia donde uno de sus amigos estaba de turno. Es la misma persona que en aquel entonces – y este ya era un procedimiento jurídicamente incorrecto – realizó el interrogatorio. Más tarde, este amigo policía también falsificó el documento.

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Sin embargo, solo un día después del interrogatorio de la primera mujer, la segunda hizo su propia declaración e informó que Assange se había acostado con ella sin protección y en contra de su voluntad. Según la ley sueca, esto equivaldría en efecto a una violación. Sin embargo, el Sr. Melzer destaca las contradicciones en la declaración. Veamos también la cronología: curiosamente, los medios de comunicación suecos informaron una doble violación antes de que esta segunda mujer hiciera su declaración.

Cómo  intentó enfrentar Assange a la justicia sueca

Gracias a las investigaciones de Melzer, la afirmación de que el fundador de Wikileaks huyó sistemáticamente de la justicia sueca resulta ser claramente falsa. Según Melzer, “es lo contrario. El Sr. Assange se puso en contacto con las autoridades suecas en varias ocasiones porque quería hablar sobre estas acusaciones. Las autoridades pesaron en la balanza”.

Gracias a la investigación y a la perseverancia del relator especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, la verdad se va revelando poco a poco: “Las autoridades suecas nunca estuvieron interesadas en el testimonio de Assange. Lo dejaron deliberadamente en la oscuridad. Pero también les permitió controlarlo. Imaginen enfrentar cargos de violación durante nueve años y medio por parte de todo un equipo estatal y los medios de comunicación pero no poder defenderse porque nunca se formularon los cargos.”

Gracias a la investigación y a la perseverancia del relator especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, la verdad se va revelando poco a poco: las dos mujeres obtuvieron un representante legal que era “por casualidad” el socio del ex ministro de justicia, Thomas Bodström. Éste mantuvo una relación confidencial con los Estados Unidos y ha trabajado estrechamente con la CIA. Mientras tanto, Assange solicitó autorización para salir del país y hasta recibió autorización por escrito del ministerio público para hacerlo. Pero apenas Assange salió de Suecia, se emitió una orden de arresto contra él.

La intervención de Inglaterra

Durante el vuelo a Berlín, sus computadoras portátiles desaparecieron de su equipaje registrado. Scandinavian Airlines se negó a proporcionar información al respecto. El fundador de Wikileaks viajó posteriormente a Londres, desde donde continuó ofreciendo su cooperación al sistema judicial sueco. Hasta que se enteró de un posible complot contra él. Según Melzer, “A partir de ese momento, su abogado dijo que Assange estaba dispuesto a testificar en Suecia, pero exigía garantías diplomáticas de que Suecia no lo extraditaría a los Estados Unidos”. Sin embargo, los suecos se negaron constantemente a dar esa garantía.

No obstante, al mismo tiempo, era jurídicamente difícil para la justicia sueca mantener el caso en suspenso durante años sin cerrarlo y sin formular cargos. Hoy, de manera inusual, la justicia británica ha intervenido para impedir que se archivara el asunto.
Según Melzer, ”sí, los británicos, es decir el Crown Prosecution Service, querían impedir que los suecos cerraran el caso a toda costa. Pero los ingleses tenrían que estar contentos si ya no tenían que vigilar la embajada ecuatoriana a un costo de millones de dólares del dinero de los contribuyentes para evitar que Assange huya”.

Por qué los Estados Unidos teme a Assange

Los antecedentes de todos estos extraños sucesos son evidentes para Melzer. Señala que en ese momento Assange estaba denunciando sistemáticamente los graves crímenes de guerra de los Estados Unidos en colaboración con el New York Times, The Guardian y el Spiegel. Solo unos meses antes, en abril de 2010, Wikileaks había publicado el vídeo colateral Murder, que la denunciante estadounidense Chelsea Manning había entregado a la organización. El video muestra cómo los miembros de las fuerzas armadas de los Estados Unidos se reían mientras disparaban desde un helicóptero a la gente en Bagdad, incluidos dos miembros de la agencia de noticias Reuters. También disparaban a los heridos, las personas que los ayudaban y a niños.

No se iniciaron procedimientos penales en contra de ningún soldado. Al contrario, los Estados Unidos dieron una directriz a todos los países aliados para iniciar todas las acciones penales posibles en contra del fundador de Wikileaks.

Si Assange es extraditado a los Estados Unidos, Melzer cree que no será objeto de ningún procedimiento judicial. Lo llevaran ante el infame “tribunal de espionaje”, del que nadie ha sido absuelto jamás, y el juicio se llevará a cabo a puerta cerrada y en base a pruebas secretas. Assange enfrenta hasta 175 años de prisión. Melzer concluye diciendo que ninguno de los criminales de guerra en la guerra civil yugoslava ha sido condenado a más de 45 años.

Cómo fueron engañados los periodistas

El hecho de que paulatinamente todo esto haya sido llevado a la atención del público se debe menos a la eficacia de los medios de comunicación – que, por el contrario, durante mucho tiempo se han negado a tomar nota de los resultados de las investigaciones de Melzer – que a la perseverancia y al trabajo incansable de diversos activistas, así como al hecho de que lograron atraer a celebridades para las manifestaciones, reuniones de solidaridad, campañas de firmas y llamados a la liberación de Assange.

Si bien la prensa estuvo muy ocupada  primero con Assange y Wikileaks, el relato de violación que se había lanzado también tuvo cierto éxito: se asumió sin dudar que ya era verdad, y después, durante muchos años, el destino del fundador de Wikileaks, que había huido a la Embajada de Ecuador en Londres, fue recibido con cierta indiferencia.

Con frecuencia, se dejan manipular por los argumentos de los Estados Unidos: que Assange no es un verdadero periodista, ha puesto a gente en peligro con sus publicaciones, y es cómplice de Putin. Pero estas ideas sobre Assange, si se examinan más detenidamente, no son más que una variante de la maniobra de distracción descrita por Melzer, precisamente esa de que ha descubierto crímenes de guerra y que eso mismo es un crimen, para hacerlo pasar por un criminal y así eliminar el verdadero escándalo.

A diferencia de muchos de sus colegas, una corresponsal del Taz alemán dió con mínimas  palabras claras de autocrítica: Bettina Gaus admite hoy que también ha caído bajo el encanto de la imagen de los acontecimientos que se ha difundido en público sin nunca cuestionarla. Poco a poco, el viento cambia.

Y aunque la organización “Reporteros sin Fronteras” continúa siendo reacia a calificar explícitamente a Assange de “periodista”, en lugar de simplemente dar fe de su “actividad periodística” en enero se organizaron vigilias en todo el mundo para el fundador de Wikileaks, en las que también participaron asociaciones de periodistas. Una contribución positiva de la revista de noticias ZDF, es que ha intentado dar a conocer a un público más amplio el escándalo descubierto por Melzer.

Publicado por primera vex por Ortwin Rosner sur streifzueg.org y adoptado por nuestro socio mediático Untergrund-Blättle.


Traducción del francés por Maria Paula Alvarez

El artículo original se puede leer aquí