Se adhiere a otras naciones del sudeste asiático que se niegan a ser «el basurero del mundo».
Malasia ha devuelto 150 contenedores de desechos plásticos a sus 13 países de procedencia —entre los que destacan Francia, Reino Unido, EE.UU. y Canadá— y su ministra de Medio Ambiente, Yeo Bee Yin, promete que sus dirigentes tomarán «las medidas necesarias» para garantizar que no se convierta en «el basurero del mundo».
El volumen de la devolución corresponde a 3.737 toneladas y tanto los países receptores como las líneas navieras asumieron el costo porque Malasia no deseaba «pagar un solo centavo»: «La gente tira su basura en su país, no debemos pagarles para que se la devuelvan», afirmó esta ministra y recoge la agencia AFP.
Kuala Lumpur contempla enviar otros 110 contenedores en un futuro próximo —60 proceden de Estados Unidos— y ya avisó hace meses que en su territorio se estaban acumulando decenas de embalajes con residuos llegados de manera ilegal que quería devolver a sus países de origen. Desde entonces, ese número solo se multiplicó antes de que las autoridades malasias actuaran.
La región ha recibido mucho plástico reciclable de economías más desarrolladas desde 2018, cuando China interrumpió muchas importaciones de ese material, muchas de sus empresas de reciclaje se mudaron a Malasia y redirigieron grandes cantidades de esos residuos a los basureros malasios sin permiso.
Varios países del sudeste asiático sufren el mismo problema y en los últimos meses también han enviado de vuelta desechos no deseados e importados con irregularidades. Indonesia se deshizo de cientos de contenedores y Filipinas devolvió una gran carga de basura a Canadá.