Por Petur Gudjonsson
Hace algún tiempo escribimos sobre la diferencia entre el nuevo y el viejo paisaje mental, sugiriendo también que el paisaje antiguo está en vías de desaparecer, o si se quiere, que el sistema que conocemos está a punto de caer. (Pressenza 29.12)
Este proceso probablemente está más avanzado ahora en Chile que en otros países, es decir, el nuevo paisaje se está manifestando claramente allí.
Sin embargo, hay muchos que afirman que esto va a ser una tarea muy difícil porque la vieja guardia no se va a rendir así como así.
Tienen el dinero, las instituciones, el ejército, etc… Sí, parece difícil prever que caerá pronto. Sin embargo, si miramos la historia reciente, podemos ver que cuando la gente perdió la fe en el Sistema, nada pudo detener un levantamiento cohesor, como cuando cayó la Unión Soviética y el bloque de Europa del Este. Sólo unos meses antes de que eso sucediera, eran una potencia dominante. Estaba lejos de la imaginación de cualquiera que este gigante se disolviera así, allá por 1989.
Las razones para afirmar que el sistema podría caer pronto en Chile y en otros países son bastante simples. En primer lugar, la gente ha perdido la fe en el sistema. En segundo lugar, el sistema se muestra ineficiente e incapaz de resolver problemas urgentes como las amenazas globales debido al cambio climático. En tercer lugar, y tal vez lo más importante, cuando el nuevo paisaje se mueve como lo hace ahora mismo en Chile, encontramos una fuerza completamente diferente que está impulsando el cambio, como otra dimensión que está «ayudando» al proceso de liberación. (Pressenza 11/12.2019)
En todo el mundo la gente ha perdido la fe en la política, en el sistema judicial y en otras instituciones. Es probablemente bastante difícil gobernar cuando sabes que menos del 10 por ciento de tu gente te apoya. En un tiempo más estas cifras serán aún más bajas y los que están a tu lado pronto intentarán abandonar la nave, si pueden.
El colapso del sistema ocurrirá pronto en todas partes. Cuando el cambio esté a punto de ocurrir, la mayoría de la gente lo acogerá con agrado.
Sin embargo, habrá gran cantidad de codiciosos que sufrirán crisis existenciales, como las que se dan cuando alguien pierde su religión o una fuerte creencia. Sin embargo, sobrevivirán, después de todo es sólo una creencia, esto de poner el dinero por sobre todo lo demás. Es sólo una creencia, no es la realidad, y pueden vivir perfectamente bien sin ella.
En cuanto a los defensores de primera línea del sistema, la policía y el ejército, podrán reprimir sólo por un tiempo. En algún momento ellos, los opresores, se unirán a las protestas porque se les hará difícil reprimir cuando sus madres, padres, hermanos y hermanas formen parte del grupo de manifestantes, así que simplemente se harán a un lado, se volverán humanos y se sumarán.
Otra razón importante por la que el sistema se derrumbará es simple: es incapaz de resolver asuntos extremadamente urgentes, como el cambio climático. Parte de la solución climática requiere renunciar a muchas cosas. Además, pensar a largo plazo y no sólo en los próximos seis meses.
Es poco probable, casi imposible, resolver estos problemas urgentes dentro del sistema, cuya base es el paisaje obsoleto.
Así, la nueva generación ve que su futuro es bastante sombrío, incluso amenazador. Por ello están empezando a protestar en todo el mundo, porque sienten que su propio planeta puede resultar que no sea tan viable cuando ellos sean un poco más viejos. Sienten, y con razón, que a los del antiguo paisaje no les importa realmente resolver estos problemas, y mucho menos preocuparse por los jóvenes o por las generaciones futuras.
Muchos científicos proclaman que tenemos como mucho 8-10 años para arreglar las cosas relacionadas con el calentamiento global, así que tenemos que actuar rápido y drásticamente. Si no, el cambio climático será imparable.
Esto significa que el sistema tendrá que caer antes de entonces, muy probablemente en 3 a 5 años, porque tomará tiempo lograr cambios drásticos para hacer habitable este planeta.
La gente también se da cuenta de que este sistema, este paisaje ya obsoleto, es muy peligroso.
Está basado en la violencia. Sigue considerando que es «normal» lanzar bombas sobre la cabeza de las personas. O que está bien tener una industria de armas y no sólo en los EE.UU. y en Rusia, sino incluso en países pacíficos como Suecia. Las guerras son un buen negocio para los productores de armas…
Por supuesto, la mayor amenaza resulta de todas esas armas nucleares que rebalsan este mundo.
Las razones anteriores son muy fuertes pero quizás no son suficientes para que el Sistema caiga, en parte porque los gobernantes no están dispuestos a soltarlo. Y la gente puede no tener la resistencia suficiente para no cejar hasta que eso suceda.
El nuevo paisaje está en marcha, y aquellos que controlan el sistema fatalmente perderán porque están luchando contra una fuerza indestructible. Lo que está detrás del proceso positivo en Chile es esta fuerza invencible que entró en vigor hace unos meses y que sigue ahí.
Parece que esta «otra dimensión» es algo muy humano, muy fuerte y a la vez suave. Todos nosotros hemos tenido en algún momento la experiencia de ello, como cuando de repente nos sentimos como si fuéramos parte de algo, de todo.
Si muchas personas sienten esta dimensión, entonces se sienten apoyadas y son, de hecho, inconquistables. Además, no necesitan responder a la violencia con violencia, porque sienten que hay un impulso mucho más fuerte y siguen adelante con absoluta convicción.
Parece que el potencial de ese profundo cambio, de un nuevo paisaje, está a las puertas de todos los países. Inicialmente, la gente está protestando contra algo concreto o porque quiere algo en particular, pero tal vez este cambio no se trata sólo de resolver problemas urgentes.
Problemas como los relacionados con la injusticia social, las desigualdades económicas, el medio ambiente o la eliminación de las armas de destrucción masiva.
Tal vez este cambio tiene más que ver con algo mucho más grande, algo respecto del ser humano elevándose a otro nivel. O dicho de otra manera, estamos aquí tratando con algo esencial que está a la base del proceso humano.
Ha estado ahí desde el principio y ahora se está expresando, dando posibilidades de ir a un nivel diferente. Si eso es así, no hay forma de detenerlo, cualquier resistencia sería una pérdida de tiempo y energía.
Uno podría preguntarse si esta fuerza, esta otra dimensión, se ha manifestado antes. Sin duda lo ha hecho, pero siempre ha sido con el estandarte de la no-violencia. Cuando algunos han dicho a lo largo de la historia que Dios o Alá o los espíritus estaban de su lado cuando estaban a punto de masacrar a la gente, eso no era exactamente una manifestación de esta otra dimensión. Al contrario, era un indicador de un nivel muy bajo de funcionamiento que es posible también dentro de cada ser humano, pero que no tiene nada que ver con un paso evolutivo, nada que ver con esta otra dimensión.
Tal vez en la India, en la lucha inicial por la independencia, donde Gandhi condujo a su pueblo de forma no-violenta para expulsar a los británicos, eso se hizo como manifestación de esa otra dimensión.
La violencia que se produjo inmediatamente después de la independencia durante la guerra civil, es algo que puede ocurrir en cualquier lugar si no se tiene conciencia de lo que hay en la base de este proceso de liberación, comprendiendo de dónde viene y hacia dónde va.
Ha habido muchos intentos a lo largo de la historia de crear un mundo diferente. En el camino de la evolución humana vemos avances extremadamente positivos que fueron superados. Parece, sin embargo, que ninguno de esos esfuerzos se ha convertido finalmente en lo que la otra dimensión «quiere» o intenta, que es un mundo realmente humano: donde la prioridad es el estar despierto y sentirse parte integral del cuerpo humano. Y sí, sin miedo al paso final, ser capaz de ver y estar seguro de la continuidad, es decir, ser inmortal.
Si la gente que está en medio de un nuevo paisaje se sintoniza con la otra dimensión, entonces se vuelve absolutamente invencible. Si no lo hacen, bueno, el sistema continuará. O bien el paisaje antiguo será reemplazado por uno nuevo o permanecerá. Si esta sintonía con la otra dimensión no se da, entonces desafortunadamente los efectos positivos no durarán mucho tiempo.
En otras palabras, el sistema no caerá automáticamente. No existe tal cosa como tener a la otra dimensión «asegurándonos» que se desintegre. Parece que tenemos que sintonizar y también trabajar sobre nuestro propio miedo y con eso no habrá nada que pueda detener esta fuerza positiva de cambio.
Uno podría preguntarse, y razonablemente, ¿qué se puede hacer para asegurar que el sistema caiga en todas partes?
Para que ese cambio se produzca rápidamente, lo que se necesita es que un gran número de personas que entiendan la importancia de sintonizar con la otra dimensión estén en todos los países, en todas las regiones, en todas las ciudades durante los próximos años. Personas que compartan sus conocimientos y experiencias sobre la otra dimensión con los demás. Entonces, sí, la gente será invencible en todas partes y el sistema caerá sin problemas como lo hicieron en su momento la Unión Soviética y el bloque de Europa del Este.
Si fuéramos un poco más a fondo y preguntáramos qué es exactamente lo que «quiere» la otra dimensión, la mejor manera de obtener una respuesta sería formular la pregunta y esperar una respuesta. Tal vez la respuesta tenga que ver con el hecho de que ya es hora de que el ser humano empiece a funcionar bien y deje de sufrir y de no tener Sentido. Tal vez quiere que seamos lo que podemos ser, dejando caer todas las barreras y sintiendo la grandeza que hay dentro de cada uno de nosotros y en nosotros como un todo, como un cuerpo, el cuerpo humano.
Es casi inimaginable lo que sucedería si todo el sufrimiento desapareciera, lo que sucederá si todos perdemos el miedo a desaparecer, el miedo a la muerte, entendiendo que el sufrimiento es sólo un indicador que nos dice que hemos cerrado el futuro. Dejamos de sufrir cuando abrimos el futuro completamente.
Por lo tanto, tenemos un hermoso futuro al que mirar hacia adelante. Ese futuro sucederá porque el paisaje antiguo no interferirá ya con esa visión, se disolverá pronto.