Callar esas voces no solo es un atropello a la libertad de expresión, es desconocer la existencia de esos pueblos y organizaciones que están reconocidas en la Constitución Política del Estado.
Por Mabel Severich Larrea
¿Cuántas de las personas que hoy se alegran y aplauden el cierre de las RPO´s escucharían alguna vez una de ellas? ¿Sabrán que muchas transmiten en idioma originario? Quechua, Aymara, Guaraní, Mojeño, Chacoyo, Chiquitano y Castellano. ¿Sabrán que están organizadas por espacios geográficos? Red Oriente, Red Valles y Red Occidente.
Probablemente ni el 1%, de quienes son críticos a su existencia, escuchó jamás por ejemplo la radio “Caiza D”, en el municipio José María Linares de Potosí; o radio “El Sena” en el municipio del mismo nombre, en el departamento de Pando. La ignorancia siempre es atrevida y permite juzgar libremente sin conocer otra realidad que no sea la que su comodidad citadina le permite. Tampoco saben que esa red de radios estuvo no solo conformada por las RPO´s, sino por decenas de radios mineras y comunitarias de todo el país.
Hitos de la gestión de Lizárraga
Son más de 80 días del Golpe de Estado en Bolivia, con un gobierno autoproclamado y un gabinete “nuevo”[1]. El motivo, que el nuevo gabinete debe acompañar la decisión de Jeanine Añez de postularse a la presidencia del Estado el próximo 3 de mayo.
Lo cierto es que un par de días después del anuncio de postulación de Añez, su Ministra de Comunicación, la derechista Roxana Lizárraga, dimitía a su cargo haciendo público su descontento afirmando “ya no somos un Gobierno interino ni transitorio. Al convertirse en Presidenta/candidata ha dejado de lado el mandato del pueblo boliviano que luchó en las calles y puesto al Gobierno al servicio de un grupo de políticos”.
A propósito de este anuncio, un periodista en redes pregunta ¿Qué recuerdan de la gestión de Roxana Lizárraga en el Ministerio de Comunicación? Siguiendo ese hilo diríamos que una de sus “grandes” acciones fue armar un show mediático, para mostrar al mundo, cómo y en qué cama dormía el presidente Evo Morales, “develando” el dormitorio presidencial construido en la Casa del Pueblo, sede del Poder Ejecutivo, Casa desde la que Evo Morales despachaba desde las 5 de la mañana hasta pasadas las 12 de la noche. [2]
Ese fue un show, deleznable pero show; la siguiente acción que se recuerda y que tiene consecuencias nefastas en el plano del Derecho a la Comunicación, y particularmente sobre decenas de trabajadores y trabajadoras de la Red de Radios de Pueblos Originarios (RPO´s), es precisamente el desmantelamiento de muchas de ellas y posterior cierre.
Todo bajo el amparo de un proyecto de Decreto Supremo, o Resolución Ministerial denominado cínicamente “La recuperación de la libertad de expresión en Bolivia”[3] donde se instruye al Ministerio de Comunicación atender las medidas necesarias para asignar o reasignar las radios de los pueblos originarios en el marco de la inclusión social para ampliar el derecho de acceso a la información.
Desconociendo así la Ley 164 Ley General de Telecomunicaciones, Tecnologías de Información y Comunicación que en su artículo décimo establece los parámetros para la distribución de las frecuencias de radio: “La distribución del total de canales de la banda de frecuencias para el servicio de radiodifusión en frecuencia modulada y televisión analógica a nivel nacional donde exista disponibilidad, se sujetará a lo siguiente: 1. Estado, hasta el treinta y tres por ciento. 2. Comercial, hasta el treinta y tres por ciento. 3. Social comunitario, hasta el diecisiete por ciento. 4. Pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas hasta el diecisiete por ciento. Y con este desconocimiento cometiendo un delito, que debiera ser juzgado.
Pero analizando más allá de la parte legal, esta acción dejó en el imaginario de la gente que las radios comunitarias eran instrumento de propaganda progubernamental.
La ahora ex autoridad, se ensañó con la existencia de estas radios. Y para mostrarse cobijada por el gremio periodístico en la aplicación de su proyecto de Decreto (gremio elitista que siempre se mantuvo crítico a la existencia de medios comunitarios, alternativos y populares) se reunió con la Asociación Nacional de la Prensa, institución que hoy aglutina a los directores y dueños de 11 periódicos y revistas y una agencia de noticias.
Para tener claridad sobre las incongruencias de la autoridad dimitente, nos acercamos a su publicación en Twitter del 24 de enero, en la que agradece el participar en una actividad de Formación Dual en Periodismo organizada por la “Fundación para el Periodismo”.
¿Qué tiene que ver esto con las Radios Comunitarias? Mucho, y es que esa misma Red de radios comunitarias fue parte del programa de Formación Dual que se desarrolla en Bolivia, bajo patrocinio y convenio con la Deutsche Welle Akademie (DW).
Mostrar cómo funcionaban esas radios y qué tipo de formación tienen sus operadores es vital para comprender/entender que fueron radios que servían a su comunidad y sus organizaciones sociales y no eran solo aparatos de propaganda progubernamental. Que eso no le guste a la actual gestión de gobierno, es muy diferente a desvirtuar la labor que estas radios llevaban adelante.
Un poco de historia
Muchas y variadas fueron las acciones que se desarrollaron para fortalecer las RPO´s, a lo largo de su historia, aquí conoceremos las realizadas en la gestión 2013 – 2014. En esa época fue que se inscribió dentro del POA del Ministerio de Comunicación todo un programa de capacitación para la Red de RPO´s. Programa que se ejecutó en gestión compartida con el Centro de Producción Radiofónica de Bolivia (CEPRA) y con parte de financiamiento de Ayuda Popular Noruega para América Latina (APN).
Se hicieron varios encuentros de capacitación relacionados con manejo informativo y locución, programación, formatos radiofónicos de intermediación, periodismo ciudadano y fundamentos de la radio local, entre varios otros temas. Se reeditaron tres importantes libros, que fueron entregados a cada una de las radios. “Ciudadanía Radio” y “El Poder del Periodismo de Intermediación” de autoría de José Ignacio López Vigil[4] y “Manual para radialistas analfatécnicos” de Santiago García Gago[5].
En septiembre de 2013, se firmó el “Acuerdo Marco de Ejecución para Programas de Cooperación Técnica” entre el Ministerio de Planificación del Desarrollo y el Ministerio de Comunicación, por parte del Estado Plurinacional de Bolivia, y la Cooperación Alemana (GIZ). El proyecto concreto dentro de ese acuerdo, fue precisamente el Programa de Formación Dual para Periodistas, el cual Lizárraga valora en el tuit mencionado.
Desde el Ministerio de Comunicación se batalló bastante para lograr que el programa incluya la capacitación a las RPO´s, como una tercera línea de acción: “Formación de comunicadores populares/comunitarios/locales”- Objetivo: Desarrollar un programa de capacitación/formación dual para comunicadores/periodistas (con y sin título académico), incluyendo contenidos base, criterios de calidad para la programación y edición de formatos periodísticos.”
Además, se incluyó la participación de la Escuela de Gestión Pública Plurinacional con el objetivo de desarrollar un proceso de acompañamiento a los tres componentes o líneas de acción, para sistematizarlos y enriquecerlos, y así democratizar la aplicación del modelo obtenido. Se contaría con un modelo de formación dual validado, con base a las experiencias recogidas por todas las instituciones participantes.
El objetivo planteado se logró e incluso se llegó a una segunda versión del programa que se denominó Properiodismo II para el fortalecimiento de capacidades de comunicadores populares/comunitarios/locales. Proyecto que fue implementado entre la GIZ, la Deutsche Welle Akademie y el Centro de Producción Radiofónica de Bolivia (CEPRA)[6].
Otra acción que se desarrolló con los operadores de la Red fue la Certificación de Competencias como Periodista radiofónico y como Operador/a de radioemisoras. En muchos de los casos, los operadores recibieron ambas certificaciones, pues así es su trabajo, que va desde operar la radio, (equipos, antenas) hasta planificar la programación, entrevistar y hacer la locución de los programas.
Ahora bien, por su propia naturaleza, al no ser medios de ciudad, sus intereses responden a otro tipo de realidad. Por esto, en los cursos de capacitación siempre se hizo hincapié en temas como la descolonización (principal pilar de la Constitución Política del Estado) la lucha contra el racismo y la violencia de género. Por supuesto, por propia iniciativa ellos asumieron un papel de difusión de los logros de gestión gubernamental. ¿Eso está mal? ¿Es reprochable o condenable? No, porque a diferencia de otros medios, otras radios de cadena nacional que se lavan la cara con discursos de imparcialidad, éstas asumieron francamente el rol que sus organizaciones les encomendaron. Aquí, vale aclarar que no fueron en su totalidad afines el partido en gestión de gobierno. Hubo algunas -las menos-, en las que sus organizaciones de base fueron contrarias; sin embargo, igual participaron y fueron parte de la Red y las actividades antes descritas.
Dentro de todas las críticas y condenas al accionar de las Radios de Pueblos Originarios, la más detestable es la que basa su discurso en que por su origen, estas radios y sus responsables son manipulables. Como si quienes las operaran no fueran seres pensantes y la organicidad de sus bases no fuera la que determina, por consenso, la función de la propia radio.
Hoy el Ministerio de Comunicación boliviano tiene una nueva autoridad, habrá que conocer en los próximos días cuál será su accionar al respecto. El trasfondo es claro, se quiere quitar el instrumento de comunicación a las organizaciones sociales vinculadas al Proceso de Cambio. Lo demás no importa, no se trata ni de continuidad de lo que se hizo bien, ni de procesos reales de democratización de la comunicación e información. Una vez más, se trata de sucumbir ante la escena de tribalismo, en la que al pertenecer a un grupo que está en contra de otro, debo hacer lo posible para invisibilizarlo.
Callar esas voces no solo es un atropello a la libertad de expresión, es desconocer la existencia de esos pueblos y organizaciones que están reconocidas en la CPE.
Ante ese escenario, será incluso posible que -gracias a tecnicismos burocráticos- logren reasignar esas radios. El tema es cuestionar si es ético hacerlo después de todo el cúmulo de esfuerzo, trabajo y recursos que se destinaron a ellas. Quizá su permanencia ahora, esté solo afincada en las propias organizaciones sociales y en la reivindicación que ellas hagan sobre la tenencia y uso de estos medios locales.
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[1] Después de la renuncia de una ministra, Añez determinó el cambio de gabinete con el resultado de una renuncia y dos cambios. Pareciera que más que crisis, otra vez se trató solo de lavarse la cara y simular que ella toma las decisiones.
[2]Se sugieren las entrevistas de Un día con Evo Morales, realizado por Eva Golinger de RT o la Entrevista de Jordi Évole
[3]Un buen resumen de lo ocurrido se encuentra en el artículo de Camila Huaranca:Retroceso enBolivia: Cuando pensar diferente es sinónimo de “sedición y terrorismo”.
[4] Filósofo y teólogo, ex Director de la Red Latinoamericana de Radios para una Cultura de Paz y Director de RadialistasApasionadas y Apasionados
[5] Capacitador en Radio y Nuevas Tecnologías, parte del equipo de RadialistasApasionadas y Apasionados
[6] Puede visitar el sitio web del programa de capacitación https://radiotallercepra.org/#el-curso