Conversamos en Cuatro Elementos con la periodista guatemalteca y miembro de la Fundación Rosa Luxemburgo México, para tener un panorama general de Centroamérica y vislumbrar las perspectivas para el año que comienza.
Queríamos comenzar el año previendo por dónde van a ir las distintas regiones del planeta, cuáles van a ser los nudos, las luces y sombras que van a haber por todos lados y a ti te toca hablarnos de Centroamérica. Un continente donde hay muchas cosas que se repiten en los distintos países, pero donde también hay muchos matices, cada país tiene su propia idiosincrasia y sus propias diferencias con sus vecinos. Pero, si te parece, podemos empezar hablando de Guatemala que es tu tierra natal, donde hay un nuevo presidente que asumió hace poquito, Alejandro Giammattei pero que despertaba muy pocas expectativas, así que cuál será tu balance hasta ahora.
Balance es un poco complicado, quizás es mejor hablar de lo que se podría esperar y lo que surgió. Alejandro Giammattei acaba de asumir el poder el 14 de enero, le entregó la banda presidencial Jimmy Morales y, efectivamente, para el país se podría abrir un escenario muy complicado. Habría que recordar que Giammattei representa a sectores profundamente conservadores, pero también habría que recordar que ya estuvo en gobiernos anteriores, incluso pesó sobre él alguna acusación vinculada a delitos de limpieza social en las cárceles, cuando estuvo a cargo de presidios. Que si bien no refleja todo, si da como algunos indicios. Entonces, por la conformación del gabinete y de la gente que llamó a colaborar con él en su nuevo gobierno, lo que se pretende son dos cosas: los sectores de la derecha en el poder de muchos sectores vinculados a la corrupción y una política que creemos que irá por el reconocimiento del modelo neoliberal, así que con muy pocas expectativas a pesar de que en las elecciones que Giammattei ganó se había dado una sorpresa con el papel que jugó la izquierda organizada en torno al MLP que es un partido que viene del movimiento social, movimiento campesino y que sorpresivamente se colocó en el resultado electoral con cerca del 10% de los votos. A pesar de eso, vemos que llega Giammattei con un equipo del que no se podrían esperar cambios y transformaciones profundas que se necesitan hacer en Guatemala para, por lo menos, empezar a superar la grosera desigualdad que existe en el país. Así que estamos como a la expectativa, pero sabiendo que el panorama será complejo y ahora con la agudización de la crisis de los migrantes donde Guatemala está jugando un triste papel en la coyuntura, porque el gobierno anterior básicamente ofreció a Estados Unidos en el momento de la crisis constituirse como un tercer país seguro, lo cual significa jugar, un poco, el rol que Estados Unidos asigna a otros países para cuidar su seguridad.
Además de esa injerencia que estás describiendo, significa eso, recibir a la gente que se deporte desde los Estados Unidos sin ningún tipo de cuidado de que sean, efectivamente, ciudadanos guatemaltecos los que están enviando. La vedad que la mayoría de esta gente que se está moviendo queriendo llegar a los Estados Unidos, justamente por Guatemala, atravesando México, vienen de Honduras, otro país que está viviendo una situación económica deplorable y con una violencia en las calles muy tremenda en este gobierno que tiene Juan Orlando Hernández, esta dictadura que se sostiene solamente a base de golpes. ¿Cómo ves ese pasaje de inmigrantes, esa situación y cómo va a ser este año al respecto?
Bueno, en Honduras se presenta un panorama que es profundamente desalentador, el gobierno de Orlando Hernández, efectivamente se sostiene muy a base de represión, de golpes y también por el aval internacional que ha tenido. Pero es un gobierno con claros vínculos con el narco y que se ha caracterizado por golpear a la sociedad civil y por tratar de acallar todos los esfuerzos organizativos de las fuerzas sociales con una represión brutal.
También hay que recordar otra cosa, tanto Guatemala como Honduras encabezan las listas de los países más violentos en el mundo, es una situación muy complicada. Sin embargo, el movimiento social hondureño sigue haciendo un esfuerzo por reconstituirse, recomponerse, actuar y dar una respuesta que no ha logrado después del golpe de estado. No ha logrado recomponer el movimiento social de manera que pueda cambiar la correlación de fuerzas y que se pueda vislumbrar una salida que no sea tan violenta en Honduras. Por la información que tenemos, los contactos que tenemos, sabemos que siguen los esfuerzos organizativos, siguen los esfuerzos de formación pero que la represión es brutal, que hay muy poco margen de maniobra para los que están buscando constituir una sociedad diferente para este país que está tan profundamente golpeado. Un país que cada cierta cantidad de tiempo saca caravanas de inmigrantes como estos que están saliendo. Pensemos en qué condiciones debe estar viviendo la gente en Honduras, para salir así mujeres, niños, personas enfermas que están caminando miles y miles de kilómetros. Atravesar un país como Guatemala, que una vez constituido como tercer país seguro, es muy complicado. Tratando de atravesar un territorio como el mexicano, con los conflictos migratorios y los peligros que eso tiene. Habría que analizar un poco mejor el papel que tendría que jugar México. Esta gente está en una situación de franca desesperación. En Guatemala Giammattei hizo tres propuestas de ley y uno es muy peligrosa para toda la región, la propuesta de ley pide que las maras sean tratadas como terroristas y esto lo convierte en un problema internacional, porque al tipificar a los maras como terroristas, en realidad, está justificando una intervención externa.
Cuando aparece esa palabra: las maras, es como se encienden todas las alertas y un país que había logrado contener un poco ese clima de violencia en la zona era El Salvador, con sus más y sus menos, pero que vuelve a estar otra vez en una situación de mucha incertidumbre, un poco descontrolado. ¿Cómo ves estos primeros pasos de Bukele, otro presidente que ha asumido hace poquito en El Salvador?
Hay que recordar que Bukele asume con una gran expectativa, al momento de asumir era uno de los presidentes con más aceptación en el mundo. Asume con una gran expectativa, hombre joven, mediático y que además contó con la ventana que le abrió el Frente Farabundo Martí. Sin embargo, yo creo que la expectativa ha durado poco y que la situación en El Salvador, lejos de esa gran mejoría que se veía venir, se pensaba que podía llegar con el ascenso de Bukele, lo encontramos cada vez más revuelto. El tema de la delincuencia organizada en un país que es súper chiquitito y donde la delincuencia organizada es tan sólida, tan consolidada, la situación es muy complicada. Se pensaba que con la llegada de un nuevo gobierno iba a mejorar, pero a un año de plazo, El Salvador está mucho más revuelto, se han agudizado los problemas sociales, no hay una salida fácil a esta situación. El gobierno de Bukele ha, por lo menos, decepcionado, no ha alcanzado a colmar todas las expectativas que se pusieron en él.
Es alarmante ver como en todos los países, lamentablemente, no se consolidan esas esperanzas, esas ilusiones. Estaba pensando que quizás este año los embates del imperio contra Nicaragua amainen un poco, de todas maneras, las sanciones persisten y el descontento que, si bien ha menguado un poco en las calles de Nicaragua, también se mantiene. Por otro lado, Costa Rica que es un país absolutamente neoliberal con un gobierno que está llevando adelante esas políticas sin ningún tipo de freno, tampoco está funcionando, está con muchos paros en el año pasado y este año ha comenzado con problemas nuevamente en las universidades. La sensación es que las recetas que fracasaron en el siglo XX también fracasaron en el siglo XXI y me parece que en el 2020 si no se empieza a pensar de otra manera no hay muchas esperanzas.
Yo creo que más bien al contrario, en Costa Rica empezaron con paros, pero además también ha habido en estos últimos tiempos políticas que van a agudizar esa crisis, todo el tema de los paros y, ahora, las leyes que pretenden hacer, que han llamado “ley anti huelgas” pueden generar un descontento social cada vez mayor y puede hacer estallar un tipo de conflictos que si bien, es cierto, que Costa Rica es un país profundamente neoliberal, también es cierto que hay un nivel de conflictividad social que se estaba dando en otros países de la región como Honduras o Guatemala pero que Costa Rica no vivía.
Yo creo que cada vez Costa Rica en vez de alejarse de las situaciones de incertidumbre de sus hermanas centroamericanas, está cada vez más cerca de ellas. Estamos viendo en Costa Rica cosas que no habíamos visto, asesinato de líderes comunitarios ambientales, represión, una cantidad de paros, medidas que afectan lo que quedaba del estado de bienestar, un partido que ha sido absolutamente inoperante, que si bien llegó a las elecciones y eso hay que decirlo, en un ejercicio ciudadano que dijo no al fanatismo religioso que implicaba la otra opción en la segunda vuelta, se pudo dar una cara un poco más democrática o progresista, la realidad es que no ha sido así.
Si es muy inquietante y al respecto de esto, esa otra fuerza que ha emergido tan fuerte que tiene que ver con el neopentecostalismo y esto de las iglesias evangélicas que han empezado a contrarrestar un poco el poder histórico que tuvo la Iglesia Católica en Centroamérica. ¿Cómo te parece que va a jugarse este año?
Yo creo que eso es algo en lo que hay que tener los ojos puestos porque yo creo que el neopentecostalismo en Centroamérica está avanzando en la disputa del poder político, pero también está avanzando en la disputa de los espacios desde lo local. Esas fuerzas son fuerzas profundamente conservadoras, son fuerzas que tienen intereses claros.
Recordemos cómo llegan todos esos grupos a Centroamérica y cuál es el origen del crecimiento de las religiones alternativas a la iglesia católica. En el marco de los conflictos, en el marco de la crisis centroamericana y para hacerle un contrapeso a la Iglesia Católica, sobre todo a lo vinculado a Teología de la Liberación que tenía un compromiso social importante. Ese es el origen de estos movimientos y de ahí para acá yo creo que siguen en un proceso de fortalecimiento en el poder político a nivel nacional, de fortalecimiento en la penetración local que tienen. Por ejemplo, son dueños de muchos medios de comunicación locales y desde ahí están construyendo toda una plataforma para disfrutar del poder político que les permita llevar a cabo sus proyectos, que son proyectos profundamente conservadores que, sin duda, no van a ayudar a eliminar todas estas causas estructurales de pobreza y exclusión que motivaron las guerras en Centroamérica y que siguen latentes hoy en día.
Es imposible no pensar en el pastor evangélico Efraín Ríos Montt, por ponerle un nombre propio a estos personajes. Nos queda un minutito Patricia, ¿qué nos puedes decir de México en este minutito?
Yo creo que México sigue un camino que recién empieza, estamos a un año plazo de que Andrés Manuel López Obrador asumiera la presidencia y en este año lo que hemos visto no es más que un espejo de las contradicciones propias que implicaba la llegada al poder de un partido como Morena con un personaje como Andrés Manuel a la cabeza. Creo que hay que decir que tenemos que tener la claridad de que Morena es un partido conformado por distintas tendencias, que está lleno de contradicciones, lleno de conflictos donde Andrés Manuel tiene un liderazgo y juega un papel de liderazgo que no está exento de estas contradicciones. Yo creo que México quiero seguir pensando que hay una voluntad y una buena disposición a llevar a cabo cambios que impacten de manera positiva en el beneficio de la población, pero también hay que decir que asumió el poder y se ha hecho un uso de los cuadros que tenía que muchas veces no están lo suficientemente preparados o no tienen la información necesaria y eso les ha puesto, en sí mismo, como trampas para poder hacer las cosas. Sin embargo, yo creo que a pesar de todo tenemos que saber el tema de los megaproyectos que siguen en México y que tienen un impacto social, tienen un impacto ambiental y son cuestionados por las comunidades y por los sectores progresistas y sigue avanzando, pero paralelo a eso se detuvo la construcción del aeropuerto que era como una deuda moral, incluso, que Andrés Manuel tenía con la población que había vivido todo eso y con el país en general.
Tenemos por ejemplo un intento por mejorar las condiciones económicas de vida de los trabajadores, en estos dos diciembres que Andrés Manuel lleva al frente, el salario mínimo en México se ha incrementado cerca de un 40%, lo cual era absolutamente necesario, México tenía el segundo salario mínimo más bajo de América Latina, hay como esos intentos, pero por otro lado vienen los contrapesos, los reflujos, hay cosas que avanzan, cosas que se estancan.
El tema de la seguridad para este país es una cuestión que incrementa su preocupación, si bien es cierto que no son responsabilidad exclusiva de Andrés Manuel, sino que tiene que ver con el país que recibe y las condiciones en las que lo recibe, la realidad es que es una situación que no solo no mejora, sino que hay datos y hay cifras que dicen que estamos con niveles de inseguridad más graves que en otros años, tienen distintas explicaciones y sería larguísimo intentar explicar todo eso, pero yo creo que es importante tener los ojos abiertos sin descalificar lo hecho, pero también cuestionando un poco las carencias y los obstáculos que se están presentando para ver por dónde se va a poder resolver.
Me parece muy importante esto que destacás de esas contradicciones en el interior de Morena, que hace que realmente sea muy difícil llevar transformaciones políticas adelante porque la herramienta política que te tendría que acompañar, teniendo supuestamente mayoría en el congreso, en la Asamblea, no se termina consolidando con lo cual es un tema muy difícil de resolver. Muchísimas gracias, Patricia por este fenomenal repaso continental.