Por Juliana Arini¹/Amazonia Real / Traducción de Pressenza
Aldea Piaruçu/TI Capoto Jarina, São José do Xingu (MT) . La histórica líder femenina del movimiento indígena, Tuíra Kayapó es uno de los grandes nombres del «Encuentro de los Pueblos Mebengokrê y líderes indígenas de Brasil», que tiene lugar esta semana en la Tierra Indígena de Capoto Jarina, en el río Xingú, en Mato Grosso. La reunión se cierra este viernes (17). En una entrevista exclusiva con Amazonia Real, Tuíra Kayapó recordó el gesto que se convirtió en un símbolo de la lucha de su pueblo contra las represas hace 31 años. También defendió el surgimiento de nuevas líderes femeninas y reafirmó la unión de los pueblos indígenas: «El gobierno no va a dividirnos», dijo Tuíra.
Tuíra Kayapó se hizo mundialmente conocida por su papel decisivo en el I Encuentro de los Pueblos Indígenas del Xingú, en Altamira (PA), cuando en febrero de 1989 varias naciones indígenas debatieron la construcción de la represa hidroeléctrica de Kararô, hoy Belo Monte. La imagen de la joven Tuíra apoyando una machete en el rostro del entonces presidente de Eletronorte, el ingeniero José Antônio Muniz Lopes, y explicando el grito de lucha de Kayapó –»Tenotã-mõ»– se convirtió en una referencia para todos los que defienden la Amazonia.
«Sólo quería mostrarle lo que es la opresión. Yo estaba allí y sólo se escuchaba a ese hombre blanco insistiendo en construir la hidroeléctrica», dice Tuíra, con una traducción de su nieta O.é Paikan. El gesto de Tuíra tuvo gran repercusión en un contexto de discusión sobre las represas en el río Xingú, en el cual los indígenas tuvieron poca participación en las reuniones con las autoridades del gobierno brasileño –en la época, el presidente de la República era José Sarney (MDB)–. El proyecto de Belo Monte fue temporalmente archivado, pero regresó con los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (PSDB) y de los petistas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff (2003-2016).
En la entrevista con Amazonia Real, Tuíra habló de sus esperanzas sobre el surgimiento de nuevos líderes y la participación de las mujeres en la publicación del documento que será difundido este viernes (17) al finalizar el «Encuentro del Pueblo Mebengokrê y líderes indígenas de Brasil», que reúne a más de 600 indígenas de 47 grupos étnicos y no indígenas, en la aldea Piaruçu de la Tierra Indígena de Capoto Jarina, donde vive su abuelo y anfitriónndel encuentro, el líder Raoni Kayapó.
Este jueves 16, Tuíra integró la mesa de debate de las mujeres indígenas que escribieron una carta expresando el resultado de sus discusiones, entre las voces masculinas de los grandes caciques presentes.
«Nosotras, mujeres indígenas de diferentes pueblos indígenas de Brasil, representados por varias regiones (…) reconocimos colectivamente este gran llamado del Cacique Raoni (…). Como mujeres líderes y guerreras, generadoras y protectoras de la vida, tomaremos posición frente a los problemas y violaciones que enfrentan nuestros cuerpos y nuestros territorios», fueron las palabras iniciales del documento que abordó temas relacionados con la salud indígena, la educación, la violencia y por decisiones más equitativas dentro de los territorios indígenas.
Nacida antes del contacto con los miembros del organismo indígena de la época, el Servicio de Protección al Indio (SPI) en los años 40, cuando los Kayapó habitaban la cuenca del Butire –como llaman al río Xingú–, Tuíra es inspiración de las jóvenes en la construcción de un nuevo protagonismo femenino indígena en las aldeas. Fue ella quien encabezó la delegación Kayapó durante la marcha «Mi cuerpo, mi territorio», el I Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas, que tuvo lugar en Brasilia en agosto de 2019, y que reunió a más de dos mil mujeres.
Para Tuíra, la unión es el principal resultado del encuentro en la Aldea Piaruçu. «En el pasado, hubo muchas guerras entre nosotros, pero hoy estamos todos juntos, dejando las divergencias de lado. No podemos dejar que el gobierno venga con promesas y nos separe de nuevo. Nosotros, los líderes, tenemos mucha responsabilidad porque somos el espejo de los jóvenes; eso es lo que buscamos aquí», dijo.
Demandas femeninas
En los últimos días, ante un público compuesto por muchos caciques y una gran parte de público masculino, las mujeres líderes discutieron temas que a menudo terminan fuera de este tipo de reuniones. La atención de la salud indígena sería uno de los puntos centrales de las demandas femeninas. Los líderes jóvenes critican los constantes cambios en la gestión de la salud de los indígenas a lo largo de los años. Es el caso de Maial Paiakan Kayapó. La joven recuerda que los cambios se hicieron fuera de contexto y sin la participación de los indígenas en las discusiones sobre la salud indígena en el pasado. Cita a la Fundación Nacional de Salud (Funasa), que hasta 2010 era responsable del tema. Ese año, la gestión se le quitó a la Funasa tras la creación de la Secretaría Especial de Salud Indígena (Sesai).
«Los cambios en la coordinación de Funasa y las nuevas políticas públicas construidas fuera del contexto indígena, sólo traen consigo retrocesos. Nos llevó mucho tiempo lograr ciertos cambios, como la integración de las agentes de salud mujeres. Ahora no tenemos garantías de que eso continúe», explicó Maial Paiakan Kayapó, nieta de Tuíra, que trabajó durante dos años en la Sesai.
Maial Paiakan Kayapó dice que la falta de respeto por los conocimientos tradicionales en la atención indígena, es una de las consecuencias de los cambios en la salud de sus pueblos. «La desvalorización de las parteras, el incumplimiento del período de atención posparto y la prohibición del uso de la medicina y hierbas propias durante estos períodos, ponen en riesgo la vida de las mujeres indígenas», dice Maial.
Violencia contra las mujeres indígenas
Durante el encuentro, las mesas conducidas por mujeres impulsaron a muchas otras indígenas a expresar sus denuncias. Los efectos de la extracción ilegal de minerales y madera, se destacaron en las exposiciones del plenario. «Los blancos confunden la mente de la comunidad con el dinero. Necesitamos ayuda para terminar con la minería en nuestra tierra, que sólo trae prostitución y alcohol. Y los hombres terminan involucrados en este esquema mucho más que las mujeres», dijo Valdete Kayabi, bajo aplausos.
La violencia contra las mujeres en las aldeas fue otro punto importante que se discutió de manera inédita en un encuentro como este. «Entre los Xavantes este fue uno de los temas que nos trajeron las mujeres de las aldeas. Es un tema delicado porque ha sido una práctica de los habitantes de las comunidades, pero estamos tratando de comprender y poner en marcha acciones para combatirlo. Ese tipo de violencia nunca antes había ocurrido entre nuestra gente», explicó Samantha Ròotsitsina, hija del primer diputado indígena del país, Mario Juruna (1943-2002), quien también es miembro de líderes femeninas.
«Ya no vamos a aceptar más violencia con la excusa de la ‘cultura’. Hay muchas cosas que deben ser revisadas. Nuestro territorio es nuestro cuerpo y nuestro espíritu», dice Celia Xakriabá, una de las coordinadoras de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), y la primera de su pueblo en cursar un doctorado –es licenciada en antropología por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG).
Para la ex candidata a senadora Telma Taurepang, de Roraima, el evento trajo avances especialmente para las mujeres de Xingu.
«Cuando se lo ve desde afuera, todo parece suceder muy lentamente. Nosotros, los del campo, fuimos contactados antes. Aquí (en el Xingu) el contacto fue reciente. Pero las Xinguanas ya son parte de la discusión. Ellas fueron mayoría en la Marcha de Mujeres Indígenas liderada por Tuíra Kayapó, que siempre fue nuestra gran inspiración como mujer indígena», dice Telma Taurepang.
«No debemos dejar que el idioma y las diferencias culturales nos separen. Los que viven en la costa y en otras zonas, han tenido el contacto más antiguo; muchas de nosotras perdimos el idioma. Tenemos que invertir en encuentros y fortalecernos. Toda experiencia de intercambio es muy importante entre nosotras, las mujeres indígenas», dijo Lucilene Martins Tremembé, quien participó en la redacción de la Carta de las Mujeres Indígenas. Los Tremembé tienen su territorio tradicional en Ceará.
Las mujeres también se movilizaron contra las acusaciones de la Ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos del gobierno de Bolsonaro, la pastora evangélica Damares Alves. Damares afirma frecuentemente que las prácticas ancestrales –abandonadas hace décadas por la mayoría de los grupos étnicos brasileros–, todavía son rutina en las aldeas. La ministra suele ejemplificar esas llamadas «prácticas ancestrales» con lo que ella considera «infanticidio» de niños indígenas basado en relatos sin comprobación.
«Esos casos son muy raros y la mayoría de las veces están vinculados al abandono total del Estado, y a la falta de apoyo a esas comunidades», dice Maial Paiakan. «Es una vergüenza tener en el ministerio una mujer con esa visión tan machista. No debería ni siquiera hablar de algo que no le pertenece», añade la lideresa.
«Muchas cosas han cambiado entre nuestra gente, incluyendo muchas mujeres cacique y estudiantes entre nosotros», concluye la joven Kayapó que, como todas sus hermanas, tiene un título universitario y es parte de una nueva generación de indígenas que se casan después de los 30 años.
Para Tuíra Kayapó, el discurso del actual gobierno sólo refuerza el prejuicio contra las mujeres indígenas. «Todos somos seres iguales, seres humanos. Tenemos piel y cuerpos iguales”, recuerda Tuíra. “En la religión de ustedes hay un Dios que dice que todos son iguales y que debemos tratar bien a todos. ¿Dónde está eso? ¿No se trataba de no tener prejuicios, para que todos viviéramos en paz y unión?».
Las mujeres en las elecciones
Célia Xakriabá, de Minas Gerais, dice que la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) está interesada en ampliar la participación de las mujeres indígenas en las elecciones. La propuesta es lanzar nombres ya en las campañas municipales de 2020, para garantizar posibles vacantes en el legislativo y ejecutivo. Pero algunas indígenas todavía analizan la idea con cautela. «Ser candidata no está en mis planes, sólo lo haría si tuviera como parte de un plan serio. Sé que está todo el peso de la historia de mi padre (Mário Juruna), pero es algo que tiene que venir con una propuesta concreta», explica Samantha Ròotsitsina.
La sucesión femenina
Una de las sorpresas del evento fue el anuncio del cacique Raoni de que la elección de su posible sucesor entre su pueblo, incluirá la presencia femenina. Si eso se concreta, el liderazgo romperá la tradición patriarcal de la sucesión Kayapó. «Será un hombre y una mujer», respondió el jefe al ser interrogado por Amazonia Real durante la conferencia de prensa del miércoles por la tarde (15).
El Encuentro de los Pueblos Mebengokrê y líderes indígenas de Brasil es promovido por el liderazgo de Raoni Kayapó a través del Instituto Raoni. El objetivo del encuentro es unir las voces de los pueblos indígenas brasileros frente a los cambios en las políticas indígenas promovidos por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
La inminente votación de los proyectos de ley que liberan el arrendamiento y la minería en tierras indígenas, entre otros temas, son algunos de los principales puntos que movilizaron a los líderes. Participaron unos 600 indígenas de 47 grupos étnicos. El documento final de las plenarias indígenas debería ser publicado este viernes por la tarde.
¹ A repórter Juliana Arini foi enviada pela agência Amazônia Real à Aldeia Piaraçu para cobrir o Encontro Mebengokrê a convite da Fundação Raoni.