Por Claudia Aranda
En silencio paso a paso, vestidas de negro, en luto por los caídos y por las víctimas de las sistemáticas violaciones a los derechos humanos, y con nuestras manos limpias en alto para dejar en claro que Sebastián Piñera y su gobierno las tienen sucias con la sangre del pueblo de Chile, miles de mujeres marchamos hoy en Santiago para decir BASTA DE REPRESIÓN.
También se nos sumaron hombres, niños de todas las edades, se nos sumó un destacamento de la Primera Línea de defensa del pueblo en las calles para darnos protección. Todos juntos, todos unidos en un grito silente por la vida y los derechos humanos, un grito silente y a la vez ensordecedor por Dignidad y Justicia.
Una relevancia especial tuvo la demanda colectiva y transversal que exige libertad a los presos políticos de Piñera, en su mayoría jóvenes y adolescentes criminalizados por haber sido parte del estallido social con todo lo que ello implica. Piñera tiene las cárceles llenas y sigue sumando, persiguiendo y criminalizando.
Continúa ensayando proyectos de ley para obtener aún más herramientas legales que le garanticen la posibilidad de cercenar las garantías humanas básicas de libre expresión, libre circulación, libre reunión, libre opinión y el inalienable derecho humano a la rebelión, con tal de aferrarse al poder en un país en que junto a su gobierno no marca más de un 5% de apoyo en las encuestas y por ende ha perdido total y absolutamente la legitimidad para conducir el país.
La larga marcha tuvo tres estaciones. Plaza de la Dignidad, en donde todas y todos cantamos El Derecho de Vivir en Paz, de Víctor Jara; Cerro Huelén, en donde se bailó La Cueca Sola, baile nacional que en esta versión la mujer baila sin su pareja, en homenaje a los detenidos desaparecidos de la dictadura de Augusto Pinochet; La Moneda, que es el palacio de gobierno, en donde entonamos El Baile de los que Sobran, de la banda chilena Los Prisioneros, himno de esta revolución…
Porque esta es la revolución de los que sobramos, de la enorme mayoría de los chilenos que no pertenecemos a la élite del poder, del dinero, de la corrupción y, hoy, de los criminales de lesa humanidad y sus cómplices por acción u omisión en el poder político.
Vídeo de Claudia Aranda:
EL BAILE DE LOS QUE SOBRAN
(Los Prisioneros)
Es otra noche más
De caminar
Es otro fin de mes
Sin novedad
Mis amigos se quedaron, igual que tú
Este año se les acabaron, los juegos, los doce juegos…
Únanse al baile, de los que sobran
Nadie nos va a echar de más
Nadie nos quiso ayudar de verdad…
Nos dijeron cuando chicos
Jueguen a estudiar
Los hombres son hermanos y juntos deben trabajar
Oías los consejos
Los ojos en el profesor
Había tanto sol
Sobre las cabezas
Y no fue tan verdad, porque esos juegos al final
Terminaron para otros con laureles y futuro
Y dejaron a mis amigos pateando piedras…
Únanse al baile, de los que sobran
Nadie nos va a echar de más
Nadie nos quiso ayudar de verdad
Hey
Conozco unos cuentos
Sobre el futuro
Hey
El tiempo en que los aprendí
Fue más seguro
Bajo los zapatos
Barro más cemento
El futuro no es ninguno
De los prometidos en los doce juegos
A otros le enseñaron
Secretos que a ti no
A otros dieron de verdad esa cosa llamada educación
Ellos pedían esfuerzo ellos pedían dedicación
Y para qué
Para terminar bailando y pateando piedras…
Únanse al baile, de los que sobran
Nadie nos va a echar de más
Nadie nos quiso ayudar de verdad
Hey
Conozco unos cuentos
Sobre el futuro
Hey
El tiempo en que los aprendí
Fue más seguro
Únanse al baile, de los que sobran
Nadie nos va a echar de más
Nadie nos quiso ayudar de verdad…
El vídeo es de Riccardo Marinai:
El foto-reportaje es de Helodie Fazzalari: