Publicamos aquí una carta enviada por Pía Figueroa a un colega de Pressenza en el Reino Unido, que refleja la intersección entre las experiencias políticas y existenciales que ha vivido la población chilena desde el comienzo del descontento social y la rebelión contra las políticas más impopulares del gobierno, que tienen sus raíces en largos años de dogma neoliberal violento y deshumanizante, que se remonta a la época de Pinochet. Los disturbios comenzaron con una protesta estudiantil contra el aumento de las tarifas del metro.
Querido Tony
«… mientras te adaptas a la nueva situación en Inglaterra, te comento que durante los últimos dos meses aquí hemos estado viviendo en condiciones de total inestabilidad. Cada día es absolutamente impredecible, no sabemos cómo irá a terminar o si se desarrollará como esperamos.
Muchos trabajos, por supuesto, han sido suspendidos (muchos de ellos, como el mío, obviamente, ya que no hay eventos públicos, seminarios o conferencias que traducir). El tráfico es muy difícil porque nosotros, la gente, nos estamos manifestando principalmente en las calles y creando atascos a propósito. El transporte público es casi imposible de usar desde el 18 de octubre, cuando muchas estaciones de metro fueron destruidas.
También se quemaron supermercados, así como farmacias y otras tiendas importantes, así que sólo compramos las cosas que realmente necesitamos en las pequeñas tiendas de barrio. Caminamos mucho y usamos las bicicletas.
La policía está en todas partes, reprimiendo y controlando, actuando con tal violencia que uno tiene que ser extremadamente cuidadosa cuando se mueve. Las coaliciones políticas se están dividiendo y los diferentes movimientos sociales tratan de dar referencia, pero no hay líderes capaces de orientar este malestar social. Los canales de televisión están mintiendo y manipulando como nunca antes. El gobierno es completamente incapaz de tomar decisiones correctas y todo lo que hace aumenta la crisis actual. Las redes sociales están ardiendo con muchas, muchas convocatorias para manifestarse en una increíble variedad de formas.
Y a pesar de todo eso, y de muchas otras cosas que podría describirte, nunca hemos experimentado un período tan épico, con momentos colectivos tan inspirados, con una sincronicidad tan sutil y profunda entre los que se manifiestan en las calles.
Algo muy profundo ha cambiado y se expresa en la forma en que la gente se mira: sin miedo, sin sospecha, sin indiferencia, porque cada uno cuenta y cada vida es importante. Sentir que está naciendo una nueva conciencia común, que podría llevarnos – tarde o temprano – a otro tipo de sociedad porque una incipiente sensibilidad se está abriendo paso y desarrollando desde los espacios más profundos de todos nosotros.
Tal vez, y es muy posible, pronto fracasaremos en este intento. Pero los valores intangibles y sentimientos que hemos experimentado permanecerán y nos guiarán una y otra vez hacia esa nueva sociedad que ya existe en nuestros corazones, hasta que llegue el día en que sea posible instalarla y dar a luz otro tipo de organización social.
Es por eso que a estos dos meses se los ha llamado «Chile despertó», como si de repente se hubiese producido un cambio en el estado de conciencia en el que todos vivimos.
Tu mensaje me produjo la sensación de que nuestra amistad nos permite hablar de nosotros mismos y de la forma en que estamos viviendo nuestro día a día actualmente, mientras seguimos adelante con nuestro fantástico e importante proyecto de dar espacio a todos los efectos demostración a través de nuestra agencia. Podemos estar adaptándonos a nuevas situaciones, en desestabilización por estas crisis, pero este maravilloso proyecto que es Pressenza nos permite llegar a muchos otros con nuestro punto de vista no-violento y humanista.
Por favor, avísanos cómo podríamos ofrecer el documental sobre el desarme nuclear («El comienzo del fin de las armas nucleares*») a las cadenas de televisión que quieran emitirlo. Intentaremos llegar a la mayor cantidad posible a partir del nuevo año.
Un abrazo muy grande, Pía»
*Producido por Tony Robinson