Sonia Guajajara fue parte de la comitiva de líderes indígenas brasileros que, entre octubre y noviembre pasados, protagonizó la iniciativa “Sangre indígena, ni una gota más”. Durante más de un mes sus integrantes recorrieron 12 países europeos denunciando la violación de derechos indígenas y ambientales en su país, buscando la solidaridad de personas y colectivos. Presente en la Cop25, Sonia dialogó con Pressenza sobre ese y otros temas. Sigue la transcripción de la entrevista.

Resultados alentadores

Bueno, las jornadas “Sangre indígena, ni una gota más” ya están trayendo resultados. Tenemos ahora una red de supermercados y empresas que están exigiendo de Brasil respeto a los derechos humanos, al medio ambiente, y están exigiendo que Brasil adopte políticas contra la deforestación. Y precisamente eso es lo que estuvimos diciendo en los países por los que pasamos.

Vila Galé, empresa portuguesa que estaba queriendo construir resorts sobre territorio indígena, ahora también se echó atrás. Y con seguridad, eso es resultado de nuestra jornada. Ya está teniendo efecto, entonces vamos a seguir con este contacto, con la conexión con estos países, con los grupos, con la red que fuimos creando para seguir presionando y exigiendo respeto a los derechos humanos y al medio ambiente.

Red de pueblos

Creo que en este momento América Latina necesita fortalecer toda esta red como pueblo de lucha, como pueblo que ya no acepta este neoliberalismo, esta imposición, estas injusticias.

Nosotros hoy somos parte de una alianza global que ya incluye Indonesia, América Central, la cuenca Amazónica y el Brasil. Queremos ampliar esa alianza para contar con una red mundial principalmente contra este modelo económico, porque es por causa de este modelo económico que sucede toda la presión, toda la violación de derechos.

Machismo

El machismo es, con certeza, una herencia colonial que está presente en todas las sociedades, en este caso en las brasileras. Nosotras mujeres indígenas, nosotros pueblos indígenas, siendo parte de la sociedad, no estamos libres de eso. Hay, es cierto, un comportamiento machista en el trato hacia las mujeres indígenas, que las mujeres estamos discutiendo. ¿Cómo ejercer esas relaciones de forma más respetuosa, de forma más equilibrada? ¿Cómo podemos ir asumiendo estos espacios de discusión? Con seguridad, ya estamos rompiendo parte de eso porque históricamente se dijo que el machismo o la no participación de las mujeres era cultural, que esa participación no se podía permitir porque era parte de la cultura, pero nosotras creemos que no es así, que esa es una herencia cultural y necesitamos romper con eso.

Lo que necesitamos

Creo que el mundo precisa, que las personas del mundo precisamos reconectar con la Madre Naturaleza. Tenemos que entender que el uso predatorio de la Tierra está llevando a la humanidad a una catástrofe. Y necesitamos actuar ahora: actuar en defensa de los derechos, en defensa del clima, pero especialmente en defensa de la vida.

Las redes como recurso

Hoy las redes alternativas, las redes sociales, son un gran canal que ofrece el espacio para denunciar, para dar visibilidad a las luchas. Y hoy son redes muy potentes, están llegando a las casas de todos, todo el mundo tiene conexión a Internet, entonces es muy importante que brinden esa voz directamente desde las comunidades, desde los pueblos y que compartan también, lo que  nosotros, con nuestros propios medios de comunicación estamos produciendo, nuestros contenidos. Es un espacio que necesitamos usar mejor, claro, pero de nuestra parte permite dar visibilidad, hacer denuncias y compartir lo que hacemos.