Hoy domingo 29 de diciembre, a las 10 de la mañana en punto, el silencio como poderosa arma no-violenta se tomó la esquina de Irene Morales con Alameda con la realización de un mitín relámpago llamado «26 por 26»: veintiséis minutos de silencio por los veintiséis muertos por la brutal represión de Carabineros en estos 72 días continuos de protestas sociales en Chile.
La última víctima fue Mauricio Fredes, hombre de 33 años de edad perteneciente a la «Primera línea», residente de la comuna obrera de La Pintana, que mientras escapaba de los carros lanza aguas y de las bombas lacrimógenas lanzadas en la tarde del viernes, fue arrinconado por las Fuerzas Especiales de Carabineros. En su huida cayó a un hoyo con agua y cables cortados de luz. Mauricio se electrocutó al instante, y ya no mostraba signos vitales cuando fue conducido hasta la ex Posta Central.
Organizada por José Miguel Candela (compositor), Georgia del Campo y Camila Soto (artes escénicas), esta es la tercera intervención tras las realizadas semanas atrás frente al Palacio de la Moneda y la Escuela de Carabineros. En palabras de José Miguel:
«El nombre de nuestra manifestación recoge un minuto de silencio e inmovilidad por cada una de los muertos por el Estado chileno desde el estallido de octubre en adelante. En las dos primeras la idea era crear un momento de silencio a modo de protesta: una detención del movimiento, entendiendo el movimiento como productividad, como reafirmación del neoliberalismo. En esta tercera intervención cambió un poco el símbolo: hemos querido hacerlo en solidaridad con el compañero de «primera línea» que murió ayer. Quisimos acompañarlo en este día con las 26 personas que alcanzamos a llegar. En general, estamos entre 25 y 50 personas.»
Acá publicamos un foto-reportaje de lo que se hizo esta mañana en su honor en el improvisado altar que sus compañeros le crearon, a pocos metros del incendiado Centro Arte Alameda.
Fotos: José Miguel Candela / David Meléndez Tormen