Interesados por las situaciones de desborde social que se están produciendo en diferentes ciudades del planeta nos damos cita algunos amigos y amigas para reflexionar sobre las acciones no violentas.
Abordamos el tema identificando situaciones en las que nos sentimos violentados; intercambiamos sobre las raíces más profundas de la violencia; diferenciamos entre la violencia personal y la violencia social y tratamos de dar respuestas sobre qué acciones son las que pueden permitir el avance de la noviolencia a nivel social y la superación de la violencia personal.
Los diferentes desbordes sociales que se han producido recientemente en diversas zonas de la geografía mundial nos alertan del avance de esta tendencia. Aunque en cada punto las protestas han tenido características propias, la condición que ha conducido a estas protestas es similar en todos los lugares. La población se ha manifestado para rechazar un sistema marcado por la desigualdad, por la injusticia, por la exclusión, por el abuso de poder por parte de una élite que excluye de las necesidades básicas como educación, sanidad y vivienda a gran parte de la población. Un sistema que ha generado tanta violencia en los pueblos, que las personas han respondido con manifestaciones multitudinarias, a veces con actos violentos, pero en la mayoría de los casos con acciones noviolentas.
Nos preguntamos: ¿Cuál ha sido el motor que ha impulsado a muchos colectivos a dar una respuesta noviolenta? Y, ¿Cuál es la respuesta noviolenta que en este momento histórico podemos dar?
El intercambio se inicia dialogando sobre aquellas situaciones que a nivel personal nos violentan. Reconocemos una violencia interna, causada por una violencia externa que proviene de un sistema injusto, discriminador y excluyente, que nos recorta nuestros derechos básicos y nos somete a situaciones de fuerte presión.
Se trata de un sistema que ya desde sus raíces tiene implantada la violencia como respuesta a las situaciones de inestabilidad. Una respuesta que desemboca en la venganza y el resentimiento. Somos conscientes de que queremos un cambio de ese modo de actuar tan arraigado, heredado de un pasado que ya nada tiene que ver con el mundo al que anhelamos.
También estamos viendo como movimientos espontáneos, algunos organizados, otros no, deciden frenar situaciones de violencia con respuestas que impidan el avance de ésta. Queremos situarnos en esa franja, potenciar y difundir este tipo de respuesta. Este es el motivo que nos reúne, salir reforzados al medio y plantear la acción noviolenta.
Reconocemos que para superar aquello que nos violenta, sobre todo en lo personal, hay herramientas de trabajo interno que ayudan a ese propósito. Dar una respuesta noviolenta de modo individual a esas situaciones es posible desde un estado de conciencia más lúcido, más despierto. En la medida en que estamos atentos, podemos diferir la respuesta y de ese modo dar una respuesta noviolenta. Es decir, esa actitud de respuesta noviolenta surge de algo interno, de algo profundo, no se trata solo de una forma de lucha, no es una cuestión moral, la noviolencia es una forma de vida.
En ese sentido, un amigo apunta que la actitud noviolenta es un estilo de vida, has de estar muy conectado con algo profundo para poder tener una actitud noviolenta en tu vida. Otra amiga comenta, que superar la violencia pasa por superar el resentimiento y el deseo de venganza tanto en lo personal como en lo social. Alguien más apunta la persecución de los deseos como una fuente de sufrimiento y violencia.
Pero ¿qué respuestas conjuntas podemos dar a la violencia de un sistema injusto y discriminatorio?
Ignorar la violencia o silenciarla es actuar con una respuesta violenta, apunta una tertuliana. Por el contrario, la denuncia de ésta, hacerse cargo de ella o darle una salida, sería una acción noviolenta.
Desde ese punto de vista, muchas de nuestras acciones diarias podemos definirlas como acciones noviolentas. Cuando denuncio una situación discriminatoria escribiendo un artículo, o cuando me opongo a una situación de abuso o cuando me manifiesto de modo pacífico ante una injusticia, o cuando me opongo sin violencia a que se ejecute una ley injusta, cuando me junto con otros para avanzar en nuestro crecimiento personal, o para conectar con nuestro interior, cuando trato a los otros como me gustaría que me traten, estoy haciendo acciones noviolentas y estoy dando respuesta a un sistema violento.