Según el diario Süddeutsche Zeitung, el proyecto de ley de Scholz prevé un impuesto del 0,2 por ciento sobre el comercio de acciones de empresas con un valor actual neto de al menos mil millones de euros. Se trata de unas 500 empresas de los diez países de la Unión Europea implicados. El peligroso comercio con derivados y cualquier especulación fuera de la bolsa quedan fuera del proyecto de Scholz.

La red Attac, que critica la globalización, critica el proyecto de ley del Ministro Federal de Finanzas Olaf Scholz por introducir un supuesto impuesto sobre las transacciones financieras.

«Lo que Scholz presenta no tiene nada que ver con un impuesto a las transacciones financieras. Se trata de un impuesto sobre las acciones puro, que sólo se aplicará a los valores de unas pocas empresas. Un verdadero impuesto sobre las transacciones financieras sería arena en los trabajos de los mercados financieros, frenaría y reduciría la especulación. El impuesto Scholz no ayuda contra el comercio electrónico de valores en cuestión de segundos, no ayuda contra la especulación de alto riesgo con derivados y todo lo demás que se negocia en el mercado extrabursátil. No ayuda en absoluto. Todo esto es una farsa», dice Detlev von Larcher, experto fiscal de Attac y moderador de la campaña «Impuestos contra la pobreza» de la Alianza.

Más de un millón de ciudadanos de la Unión Europea han pedido que el sector financiero comparta los costes de la crisis con el impuesto después de la crisis financiera de 2008.

«El impuesto a las transacciones mini-financieras apoyado por el Ministro de Finanzas Olaf Scholz es un fracaso. Copia impuestos existentes en numerosos estados europeos. Esto no habría llevado muchos años de negociación. Es fácil para los especuladores profesionales eludirlo, y los ingresos son tan bajos que se necesitarían más de cien años para recuperar los costes de la crisis financiera», explica Jörg Cezanne, miembro del Comité de Finanzas en nombre del grupo parlamentario DIE LINKE, a la vista de los planes del Ministro Federal de Finanzas.

Un verdadero impuesto a las transacciones financieras, como lo exige Attac, incluye divisas, acciones y bonos, así como el comercio de derivados. Se aplicaría una tasa impositiva baja de hasta el 0,5 por ciento a cada transacción. Un impuesto sobre las transacciones financieras de este tipo habría supuesto para los diez países de la Unión Europea implicados un total de unos 60.000 millones de euros anuales. Con el impuesto sobre las acciones, como Scholz está planeando, el máximo sería de cinco a siete mil millones de euros. A diferencia de Scholz, Attac no quiere utilizar los ingresos del Impuesto sobre las Transacciones Financieras principalmente para los presupuestos nacionales, sino para combatir el hambre y la pobreza en todo el mundo y para la protección del clima mundial.


Traducción del alemán por Sofía Guevara