En esta entrevista durante la COP25, Makoma Lekalakala (Premio Medioambiental Goldman 2018) y miembro de Earthlife Africa, de Johannesburgo, habla con Pressenza acerca del papel de las mujeres en el debate sobre el cambio climático, el sinsentido del uso de la energía nuclear en África y lo que la sociedad civil espera de las empresas multinacionales del hemisferio norte que se están beneficiando de los negocios de la contaminación y el cambio climático.
La entrevista en vídeo (inglés) al final
Sobre el papel de la mujer en la defensa del medio ambiente
Creo que como mujeres, somos nosotras las que cuidamos de la naturaleza. Creo que en esta conferencia también se puede ver que, sobre todo desde las organizaciones de la sociedad civil, hay más mujeres que hombres, porque somos nosotras las que protegemos a la madre naturaleza. La naturaleza somos nosotros. Y sabemos que, si no mitigamos el cambio climático, eso sería una violación de los derechos humanos y también que estaríamos luchando por sobrevivir. Se trata de nuestra supervivencia. Por eso están aquí las mujeres, por eso estamos aquí y por eso denunciamos y avergonzamos a los responsables de la destrucción del clima en la que nos encontramos. Y como mujeres, creo que seguiremos siendo las protectoras de la madre naturaleza y nos aseguraremos de que no haya destrucción del clima en absoluto.
Háblanos de la nuclearización de África
En primer lugar, no necesitábamos ninguna energía nuclear en África. Tenemos una central nuclear en Sudáfrica, en Ciudad del Cabo. Eso fue construido durante la era del Apartheid y durante la era del Apartheid la mayoría de la gente nunca tuvo derechos ni comentaba o decía lo que quería o no quería, porque vivíamos en un estado represivo. Pero como sabemos que la energía nuclear está ligada a la guerra, la energía nuclear está ligada a la represión y todo lo relacionado con la energía nuclear se hace en secreto. No podemos escuchar el disparate de que la energía nuclear es la solución al cambio climático. Hay que ocuparse de la cadena del combustible nuclear. Hay minería de uranio, y la minería de uranio tiene un impacto devastador en la gente que vive en África, porque en otros países ni siquiera hay regulación en torno a la minería. Así que la minería es una actividad peligrosísima y todo el entorno queda radiactivo. Por ejemplo, vivo en Johannesburgo y Johannesburgo es una de las ciudades más radiactivas del mundo debido al legado de la minería de oro en Sudáfrica.
Defendéis la justicia ecológica ¿Qué medidas proponéis?
Creo que una de ellas es que siempre han sido las empresas multinacionales y las empresas transnacionales del norte las que han causado el caos en África y la mayoría de ellas ni siquiera respetan las leyes de los diferentes países. Hacen lo que pueden. Así que es un negocio como de costumbre para ellos. Y tienen un privilegio y ese privilegio, creo, tiene que ser usado para asegurar que África no se queme porque estamos a un ritmo en el que nos vamos a quemar por el calor que tenemos, el desastre natural provocado por el clima al que nos enfrentamos continuamente. Todo esto se debe a la participación de las empresas del Norte. Por lo tanto, la pérdida y el daño es sólo uno de los temas que aún no se han discutido y esperamos que los gobiernos, en particular los gobiernos del norte, hagan lo correcto. Los estaremos mirando, nuestros ojos están en ellos, y esperamos que hagan lo correcto y que se aseguren de que lo que sea que estemos experimentando, ya no lo experimentemos más. Y deben proponer o acelerar una Convención tan pronto como sea posible.
Quizás deberíamos haber tenido un Convenio hace 20 ó 30 años, pero aquellos que tienen interés en beneficiarse de la contaminación forman parte de esta negociación. Así que no va a pasar. Si las empresas pueden ser expulsadas, entonces diríamos que las empresas contaminantes puedan ser expulsadas de la negociación, esa es la primera cosa. Eso es lo que esperamos. La segunda es una aceleración de la elaboración de la convención sobre el cambio climático y también que ponga los derechos humanos en el centro. Y la tercera cosa que creo que tiene que ocurrir es que los países del Norte reconozcan al Sur, los daños en el Sur, los desastres naturales inducidos por el cambio climático, que son obra suya, y tienen que asegurarse de que haya financiación y que contribuyan a ello, y no sólo hagan promesas, sino que hagan contribuciones reales. Y creo que entonces estaríamos diciendo que el Norte está haciendo todo lo que puede y contribuyendo a la financiación climática, lo que significaría que los países del Sur podrían adaptarse y también utilizar la financiación de la que disponen para desarrollar muchas más energías alternativas o electricidad, tecnologías que nos beneficiarían a todos nosotros.
Un último mensaje a la población
La gente ha tenido experiencias, negocios y gobierno. Así que lo importante es que el gobierno y las empresas escuchen lo que la gente dice, pero por ahora es importante que todos y cada uno de nosotros nos levantemos, porque se trata de nuestra supervivencia. Si nos vemos afectados por el impacto negativo del cambio climático, como se nos ha dicho, contamos con 10, 11 años. Eso significa que todos nosotros vamos a perecer, y por eso es importante que nos levantemos, nos levantemos y exijamos justicia climática. Y no se trata sólo de exigir justicia climática, se trata de preservar nuestros derechos y los derechos de la madre naturaleza y de asegurar que todos sobrevivamos.
Agradecemos la colaboración de Teresa Vicente Giménez en esta entrevista