Por Gabriel Bulgach
En medio de una ola de calor que hizo llegar el termómetro a los 37 grados, con una plaza que se iba colmando hacia el mediodía, Alberto Fernandez condujo su propio auto hasta la escalinata del Congreso de la Nación. Resueltas las formalidades y despedido el mandatario anterior, Cristina Kirchner, en su nueva función de Vicepresidenta, invitó al ahora formalmente presidente de la Argentina a dirigirse a la Asamblea Legislativa.
Sobre el comienzo del discurso, el presidente propuso la “construcción de un nuevo contrato ciudadano social. Un contrato social que sea fraterno y solidario. Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente. Solidario, porque en esta emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos para poder llegar a todos. Este es el espíritu del tiempo que hoy inauguramos, con sobriedad en las palabras y expresividad en los hechos”.
Se terminan 4 años de una nueva experiencia neoliberal nefasta que ponen un punto de partida muy complejo.
El presidente Fernandez puntualizó en detalle sobre las distintas dimensiones de la situación actual del país: altísimos niveles de inflación, desocupación, capacidad ociosa de la industria, pobreza, indigencia, inseguridad alimentaria, deuda externa, dolarización de las tarifas de servicios públicos, endeudamientos familiares a tasas usurarias, contracción del nivel de la economía y destrucción de la industria y el mercado interno, puntualizando que “se cerraron 20 mil empresas en los últimos 4 años con pérdida de más 150 mil puestos de trabajo registrados.
El empleo industrial lleva 44 meses consecutivos de destrucción”. Sobre esta descripción, Fernandez concluyó que: “tenemos que decirlo con todas las letras: la economía y el tejido social hoy están en un estado de extrema fragilidad, como producto de esa aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas”.
Frente a este panorama, el flamante presidente anticipó algunas medidas específicas de implementación inmediata, destacando que “los únicos privilegiados serán quienes han quedado atrapados en el pozo de la pobreza y la marginación”:
- Suspender el presupuesto votado para 2020 hasta tanto no se renegocien los términos de la deuda
- Sistema masivo de créditos no bancarios que brinde préstamos a tasas bajas
- Plan Integral Argentina contra el hambre y emplazamiento de la economía social como actores clave de esas políticas públicas
- Declarar la emergencia sanitaria, volviendo a otorgar rango de ministerio a la cartera de salud
- Garantizar el derecho al primer empleo a través de becas solventadas desde el estado para los jóvenes