690 profesionales y especialistas del área de la salud, pertenecientes a 44 universidades del país, proponen un Nuevo Pacto Social en Salud para Chile que permita enfrentar las graves precariedades y desigualdades de nuestro sistema de salud.
La carta plantea la necesidad de una reforma para fortalecer a FONASA y reunir todos los recursos de la seguridad social en salud en una única institución de derecho público, entre otras medidas.
Un llamado a “dar respuestas concretas a las necesidades de la población por una salud digna” hicieron 690 académicos y académicas del área de la salud pertenecientes a 44 Universidades del país. La carta dirigida a las autoridades políticas, firmada por representantes de instituciones como la Universidad de Chile, la Universidad de Santiago, la Universidad de Valparaíso, la Universidad Católica y la Universidad de Concepción -entre muchas otras- incluye a tres rectores, seis decanos de facultades de ciencias de la salud, cuatro ex ministros de Salud y cuarenta directores de centros académicos, propone un Nuevo Pacto Social en Salud para Chile a partir de la creación de un Seguro Nacional de Salud de carácter público, universal y solidario.
Este nuevo Seguro, plantean los y las profesionales y especialistas, representa un instrumento institucional que busca -en lo inmediato- “romper la segmentación de nuestro sistema de salud, tanto en la forma en que se financia y como también en la entrega atenciones de salud”. La medida mejoraría la equidad en el sistema, “al reunir los aportes de toda la población en un fondo único. Esto permitiría contar con más recursos para atender los problemas de salud de la población de manera más justa”, plantean los firmantes.
También significaría un avance en eficiencia a través de cuatro mecanismos: “i) reducir los costos de administración del sistema; ii) el dinero que actualmente corresponde a utilidades de cada ISAPRE se podrá destinar íntegramente a financiar servicios de salud; iii) reorganizar la forma en que el sistema financia a proveedores públicos y privados, asegurando el acceso oportuno a una red pública de calidad y digna para todas y todos, moviéndose desde el pago de prestaciones sin una lógica sanitaria, a financiar soluciones de problemas de salud y; iv) fortalecer la capacidad de negociación con proveedores, lo que permitiría un mayor control del gasto liberando recursos para mejorar las coberturas (por ejemplo en medicamentos)”.
Además, señalan, conduciría a “mejorar los resultados sanitarios del sistema, al transformar la lógica del sistema de cuidados, desde una que mezcla la enfermedad con el lucro y por lo tanto es solamente curativa, a una que estimula y promueve la salud de todas las personas”.
Para establecer un nuevo pacto de Seguridad Social en salud en Chile los académicos y académicas sugieren finalmente cuatro medidas. Una de ellas comprende “reunir todos los recursos de la seguridad social en salud en una única institución de derecho público a cargo de financiar un Sistema de Salud para todas y todos los chilenos, sin ningún tipo de discriminación” y otra “realizar una reforma que permita fortalecer al actual FONASA dotándolo de mayor autonomía, y un sistema de gobierno con representación social directa y mayores competencias técnicas para poder cumplir el rol de transformarse en el Seguro Nacional para Chile”.
La propuesta incluye, asimismo, “garantizar de manera inmediata una mejora en el sistema de salud al servicio de las personas, utilizando los nuevos recursos disponibles con un foco en tres elementos fundamentales: a) Cobertura de medicamentos; b) Una Atención Primaria de Salud para todas las personas; c) Fortalecimiento de la red pública de proveedores de servicios de salud”, además de “ofrecer un régimen de transición para asegurar que los usuarios actuales de ISAPRE, las cuales ya no administrarán las cotizaciones obligatorias, cuenten con alternativas que resguarden sus condiciones y coberturas adquiridas”.
“Avanzar en esta reforma para mejorar nuestro sistema de salud de manera inmediata es socialmente necesario, técnicamente factible y políticamente posible. Esta no es una tarea fácil y requerirá un acuerdo amplio y transversal, por lo cual hacemos un llamado a poner las urgentes necesidades de salud de las personas en el centro de la discusión”, sentencian los firmantes de la misiva, quienes además manifiestan su disposición de apoyar técnicamente el proceso de diseño e implementación de una reforma en esta línea.