A raíz del aumento de los saqueos, actos vandálicos y destrucción de bienes públicos y privados, el Presidente de la República decidió salir a escena, flanqueado por su flamante ministro del interior y la nueva vocera, para anunciar la búsqueda inmediata de 3 acuerdos: por la paz, la justicia y una Nueva Constitución. El anuncio en cadena nacional generó expectativas a la luz del clima de convulsión social imperante que ha sembrado inquietud y conmocionado a la opinión pública.

Tras bambalinas, las especulaciones en torno a las medidas a adoptar se hicieron sentir y crecieron a medida que a la hora programada el podio presidencial permanecía vacío. En particular la de volver a imponer el estado de emergencia nacional, lo que implicaría que las FF.AA. retomarían el control del orden público, al verse sobrepasados los Carabineros y sus fuerzas especiales.

El presidente optó por reforzar a Carabineros con nuevos contingentes y apelar a la búsqueda de acuerdos conducentes a reducir la tensión social que se está viviendo, y que a no pocos hacen recordar el período pre-golpe del 73.

Quedan en el tintero las razones por las que se descartó la opción de reinsertar a las FF.AA. en la responsabilidad de resguardar el orden público. Unos afirman que Piñera prefirió no inmiscuirlas nuevamente por el manifiesto rechazo que generó cuando así lo hizo al iniciarse el conflicto y que se extendió a nivel internacional por sus consecuencias en materia de las violaciones a los derechos humanos desatadas en el período. Otros afirman que las FF.AA. rechazaron la petición presidencial porque estimaban que no podían hacerlo bajo las restricciones que impone la legislación en materia de DD.HH. O sea, estaban dispuestos en la medida que pudiesen actuar con “las manos libres”, sin  limitaciones.

De ser cierta esta versión, es particularmente grave porque supondría una insubordinación a una orden presidencial, habida cuenta que en toda democracia que se precie de tal, se asume una total subordinación del poder militar al poder político.

Por los más disímiles factores, la convulsión parece instalarse más allá de las fronteras de cada país. Los movimientos que tienen lugar giran en torno al tándem a favor o en contra del modelo económico, político, social neoliberal dominante. En América Latina es difícil encontrar algún país que escape a esta disyuntiva.

Relevante es el anuncio de una Nueva Constitución, así como el de la Asamblea Constituyente, dado que se considera que la actual constitución, fraguada entre cuatro paredes y en plena dictadura, es la responsable de un modelo de sociedad marcado por el abuso, la corrupción y la desigualdad. No obstante ello, el tema constitucional siendo necesario, no es suficiente para aplacar un movimiento social desbordado. Hoy por hoy, el tema crucial, en el corto plazo, es el de la paz basada en un paquete de medidas contra todo tipo de abusos. Son los persistentes abusos a lo largo de los años, los que han desatado la rabia y la cólera social.

A continuación me permito presentar una batería de acciones orientadas a superar la situación actual.

 

  1. En torno a las pensiones

Desdoblar el actual sistema privado obligatorio de pensiones (AFP) en: uno público obligatorio que pague una pensión básica única a todos equivalente al sueldo mínimo, del orden de 500 dólares mensuales; otro privado voluntario equivalente al actual (AFP).

Eliminar las comisiones que las AFP están cobrando cuando el trabajador cotiza y cuando el jubilado recibe su pensión.

Modificar la fórmula de cálculo de las pensiones basada en una vida estimada de 110 años por una estimada de 90 años.

  1. En torno a la salud

Recuperar una salud pública de calidad con énfasis en la prevención y con una atención centrada en las necesidades de salud de los pacientes y no en el tamaño de sus bolsillos.

  1. En torno al valor del trabajo

Así como se fija un sueldo mínimo, fijar un sueldo máximo entre 10 a 20 veces el sueldo mínimo. Hoy, con las TICs disponibles es posible controlar las evasiones en estas materias.

  1. En torno al empleo

Equilibrar el poder sindical con el poder empresarial eliminando las restricciones imperantes para la formación de sindicatos y la negociación colectiva.

  1. En torno a la educación

Recuperar una educación pública de calidad orientada al desarrollo de personas de bien con capacidad de reflexión, proactivos y responsables promotores de la solidaridad, la paz y la armonía con la naturaleza.

 

  1. En torno al endeudamiento

Controlar las tasas de interés vigentes en el mercado fijando un rango de validez, proveyendo mayor educación financiera a la población, facilitando la conformación de agrupaciones de defensa a los consumidores.

  1. En torno a la delincuencia

Aplicar penas ejemplificadoras de cárcel a los delincuentes de cuello y corbata que reduzcan significativamente la tentación por coludirse, evadir impuestos, acosar laboralmente, y otros.

  1. En torno a la formación de FF.AA. y Carabineros

Intervenir los procesos de formación de quienes tienen el monopolio de las armas de forma tal que sus comportamientos ético-morales, protocolos y actuaciones sean un modelo a seguir y se ajusten al pleno respeto a los DD.HH.

  1. En torno a la tributación

Eximir del impuesto al valor agregado (IVA) a todos los bienes de primera necesidad, caracterizados por su incidencia en el presupuesto familiar de las familias más pobres.

Si se elude el abordaje de un paquete de medidas como el propuesto, y de persistir las condiciones actuales, no se puede descartar una intervención militar o cívico-militar. Quienes vivimos el período previo al golpe del 73, el golpe propiamente tal, y lo que sobrevino después, sabemos que esto no es un juego. Que todo puede ser peor. El país no resiste más privilegios, abusos, actos vandálicos, ni violencia ni saqueos de ningún orden. Tampoco resiste más muertos y mutilados.