Discurso de Juliana Rivas 10.11.2019 Berlin
Compañeras y Compañeros, estamos en un momento único en la historia, donde el pueblo se ha levantado en rebeldía. Hemos por fin despertado y desafiamos de frente a un sistema que lleva más de treinta años violentándonos. Hoy vemos más claramente las consecuencias de las lógicas de mercantilización que nos heredó la dictadura.
Frente a esta explosión social vimos con frustración que la primera respuesta del gobierno de Sebastián Piñera fue el uso de la fuerza de manera desproporcionada e indiscriminada, algo a lo que hemos tenido que acostumbrarnos frente a cualquier atisbo de reclamación por nuestros derechos. Luego declara estado de emergencia, trayendo a los militares de vuelta a las calles, una situación que no pensábamos que volvería después de 30 años en democracia. Pero ya vemos que estos 30 años no han sido más que un sostenido letargo, un corte en el espacio tiempo de nuestra tierra donde nos han intentado silenciar con reformas tibias que no tocan un peso de los miles de millones de ese 1% mas rico del país.
Siguen violentando nuestras manifestaciones aun siendo pacificas, han asesinado a nuestras lideresas y lideres sociales para mantenernos con miedo de continuar la lucha, disparando al pueblo Mapuche por la espalda y acusándolo de terrorista. Pero es el Estado de Chile el que engendra el terror. Hoy nuestras familias y amigas salen a la calle bajo el riesgo de perder un ojo, de recibir un perdigón en el brazo, un lumazo en la espalda o una bala en la cabeza.
Nos restringen el legítimo derecho a protesta porque son ellos los que tienen miedo. Tiemblan al pensar que podrían perder sus tan preciados privilegios. La codicia es lo que los mueve porque temen perder las arcas acumuladas en sus paraísos fiscales. Especulan con nuestras pensiones, especulan los precios de nuestros suelos y viviendas, se enriquecen con nuestros ahorros para estudiar, se enorgullecen de su moral para controlar el derecho sobre nuestros cuerpos y se ríen en nuestras caras, compañeras. Mientras nuestros adultos y adultas mayores mueren esperando recibir su atención y nuestros padres y madres sufren pensando en su miserable jubilación, nosotras seguimos muriendo por abortar y todos y todas luchamos contra el gusto de ellos por lucrar.
Ahora decimos NO más. Debemos tener claridad que el descontento social es masivo y popular. Que somos todo un pueblo luchando contra los dueños del país y sus cómplices políticos.
Ahora vemos al Presidente y a este gobierno poner sus prioridades en un mayor control policial, en el fortalecimiento de los mecanismos de inteligencia, en la criminalización de las manifestaciones. ¿Es que no han visto nuestro descontento? ¿No ven las imágenes de sus héroes coloniales y genocidas destrozados en las plazas publicas? ¿No escuchan nuestro llamado a una Asamblea Constituyente? El anuncio de Piñera potencia nuestra rabia, nos acerca más y fortalece nuestra organización, porque como ya hemos dicho tantas veces, nos han quitado tanto que nos quitaron hasta el miedo.
Como comunidad migrante debemos seguir expresando nuestro profundo compromiso con las luchas de nuestros pueblos, no detengamos esta fuerza emancipadora que ha nacido. Mostrémosle a Alemania, el país que les vende las armas a quienes nos están asesinando, a los grandes poderes económicos de este país que controlan los recursos naturales, mostrémosle que el pueblo ha despertado y que seguiremos la pelea hasta que la dignidad se haga costumbre.