Este 31 de octubre de 2019 se llevó a cabo el evento Más allá de la emergencia climática: cómo convivir con la crisis climática; organizado por ElDiario.es en Impact Hub Gobernador, con el fin de exponer el desarrollo de la crisis climática a día de hoy.
Por Leslie Contreras Villar
Las palabras de Bill Mckibben abrieron el discurso: “Necesitamos muchos cambios. Y esto significa que necesitamos un tipo de movimientos suficientemente grandes para forzar esos cambios. Hay mucha inercia y muchos intereses creados en los sistemas políticos. Cambian, pero cambian despacio, demasiado despacio en este caso porque el cambio climático es la primera prueba de tiempo a la que se enfrentan los humanos. Por eso estamos trabajando duro para construir movimientos en todo el mundo, y ahora vemos este increíble movimiento de gente joven que se ha unido en las huelgas del clima. Hay algo indigno en tomar el mayor problema al que se ha enfrentado el planeta y dejar que lo resuelvan jóvenes de 14 años.
No puedo prometeros que ganaremos esta batalla, no lo sabemos. Hemos esperado mucho tiempo para empezar, gracias al negacionismo climático financiado por la industria de los combustibles fósiles. Hay científicos que piensan que hemos esperado demasiado. La mejor ciencia indica que tenemos un hueco muy estrecho que se está cerrando rápidamente para llegar a donde tenemos que llegar. El planeta está fuera de su zona de confort, nosotros tenemos que salir de nuestra zona de confort y trabajar con todo lo que tengamos. Gracias por se parte de esta batalla”.
En la primera charla participaron Ana Barreira, abogada y directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, Bruno Estrada, economista adjunto al secretario general de CCOO e Iñaki Alonso, arquitecto y copromotor del proyecto ‘Entrepatios’ de Madrid.
Estrada lanzó el término de transición justa, en el que hay una compensación social para los sectores afectados por la emergencia climática, e indica que si el cambio se deja a las compañías, ese cambio se retrasará ya que mientras más tarde en llegar el cambio climático más beneficio sacarán éstas. También indica que “es necesario que el estado marque los faros de inversión a las empresas”, como por ejemplo en la tecnología del coche eléctrico, viviendas sostenibles, etc.
Sobre cuál es el papel del litigio para favorecer el cambio climático, y pasar de un sistema de energías fósiles a otro, Barreiro dice que “el derecho siempre ha estado dando respuestas a las necesidades de la sociedad. Tenemos un marco normativo muy desarrollado desde el punto de vista del medio ambiente, convenios internacionales, normativa de la UE, etc. Esa normativa está en el papel pero desde hace mucho la normativa de protección ambiental no se ha respetado, y por eso, yo siempre digo, si hubiéramos aplicado correctamente los convenios internacionales, las directivas y las normas, posiblemente la situación medioambiental sería algo mejor. Desde los años sesenta se está litigando en EEUU por que se cumpla la legislación ambiental, este movimiento en Europa ha llegado un poco después”. Y remarca que desde el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente están usando el litigio ambiental cuando las administraciones incumplen la normativa ambiental.
Para centrar el asunto en uno de los sectores intensivos de CO2, Iñaki Alonso llega al debate, como promotor de ‘Entrepatios’, un tipo de vivienda que lucha ante la crisis climática. Para él, el marco normativo en materia medioambiental “va a recoger a los que van por detrás de la sociedad. Pero hay otra parte de la sociedad, como es Entrepaños, un modelo de vivienda con CO2 nulo, que va por delante y nos chocamos con el marco normativo. Es decir, queremos hacer un edificio de viviendas pero no queremos tener coche todos y la ley nos obliga a tener un coche por vivienda, queremos reciclar agua gris pero la ley no nos deja”. Por otra parte explica que la carga medioambiental de este edificio de viviendas está en el proceso de construcción de éste, porque se ha cambiado la manera de construir, pasando de construir edificios a fabricar edificios, “de la hormigonera a la atornilladora, sistemas constructivos que se puedan montar y se puedan desmontar en un futuro. Calculamos la huella de carbono que nos cuesta construir un edificio, 1200 toneladas de CO2, y con el dinero que queda al final de la obra el objetivo es compensar esa huella de carbono. La energía que usa es 100% renovable por tanto no tiene emisiones de CO2”. Y él se pregunta por qué un edifico que no introduce ni un solo gas tiene que pagar el mismo ICIO o IBI, como ejemplo de que la normativa va por detrás.
Sobre el asunto de la crisis climática y sus efectos en las personas debatieron, Cristina Linares, investigadora en el Instituto de Salud Carlos III, Beatriz Hervella, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y Beatriz Felipe, investigadora asociada al Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona.
El efecto del cambio climático a la movilidad dentro de España es abordado por Beatriz Felipe:
Y a cómo recibe los impactos de la crisis climática el sistema de salud pública, Cristina Linares responde:
Por último debaten, Andreu Escrivá, autor de ‘Aún no es tarde: claves para entender y frenar el cambio climático’, Fernando Valladares, investigador en el CSIC y director del grupo de Ecología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, y Marta Modino, portavoz del movimiento Extinction Rebellion
Escrivá nos dice que para ayudar a que la población asimile desde un punto de vista positivo la comprensión de la verdad climática, se necesitan personas que estudien el comportamiento humano, como psicólogos y sociólogos. Ya que el sólo el hecho de comprenderlo puede llegar a provocar en las personas, estrés, culpabilidad, negatividad, ansiedad, depresión, etc. Y sobretodo para explicar esta situación de crisis medioambiental en un tiempo presente, y no como un problema al que debemos poner solución solo en el futuro. Y a esto añade Valladares que “el cambio climático es el día a día.”
Por otra parte, este trío concuerda en que “la revolución la tenemos que hacer la gente”. Y debemos de salir de nuestros círculos sociales y transmitirlo a cuántas personas podamos, a través de la empatía, preguntándoles por qué quieren luchar o qué les moviliza.