La guatemalteca y premio nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, está de visita en Chile y mostró el domingo 3 a su llegada, su preocupación por las denuncias de violaciones a los DD.HH. por parte de agentes del Estado durante las protestas de Chile. Esto tras reunirse en Santiago con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
El día de hoy estuvo en la casa central de la Universidad de Chile, junto a Guillermo Whpei, Presidente Fundación para la Democracia. En la oportunidad Rigoberta Menchú expresó su compromiso con la lucha por los DD.HH. en Latinoamérica y Chile por su puesto y especialmente su preocupación por el pueblo Mapuche. Luego de eso se leyó la carta que se le entregaría al Presidente Piñera, lo cual se efectuó en una marcha en la que estuvo también Joan Jara, viuda de Víctor Jara. La carta fue entregada en la oficina de partes de la Moneda, la cual indicaba:
Señor Presidente
Sebastián Piñera
Su despacho.
Señor Presidente:
Nos encontramos en Chile y nos llena de emoción estar en esta tierra prodigiosa que le ha brindado a nuestra América y al mundo grandes referentes de la paz, la cultura, el humanismo y la lucha por los derechos humanos, de la talla de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Salvador Allende, Violeta Parra y Víctor Jara, entre tantos otros chilenos y chilenas ejemplares. Sin embargo, al mismo tiempo constatamos con indignación que amplios sectores de este pueblo creativo y trabajador están siendo brutalmente reprimidos por ejercer su legítimo derecho ciudadano a la protesta y a la manifestación de sus justas demandas
Estamos aquí para expresar nuestro acompañamiento y solidaridad con un pueblo hermano que, ante el mundo, está dando ejemplo de lo que pueden lograr los y las ciudadanas cuando se unen para expresar la indignación acumulada a lo largo de años de insensibilidad e indiferencia frente a sus razonables y justificadas exigencias. También estamos aquí para sumarnos a la denuncia de las graves y sistemáticas violaciones de derechos que se han venido produciendo en las últimas semanas.
Después de conocer de manera directa los informes de varios de los principales
organismos defensores de los derechos humanos y de escuchar los testimonios personales de numerosas víctimas de la represión, hemos podido comprobar que se han cometido terribles actos de represión perpetrados por elementos de las fuerzas de seguridad y otros
agentes del Estado en contra de personas, mujeres y hombres, de todos los estratos sociales y todas las edades. Además de las fotografías y filmaciones que hemos podido revisar, nos han sido presentadas evidencias de las graves consecuencias de golpizas, impactos de balas y perdigones, detenciones arbitrarias de miles de personas, desnudamientos, torturas – incluidos niños y niñas-, violencia sexual, violaciones sexuales con fines represivos, desaparición de personas y ejecuciones extrajudiciales. Esas muertes y el dolor que han dejado en tantas familias nos conmueve e indigna profundamente.
Con gran preocupación hemos podido constatar que las torturas, las detenciones arbitrarias y los disparos en contra de personas desarmadas, no es algo que haya empezado en la coyuntura presente. Múltiples testimonios y evidencia hemerográfica y documental
demuestra que esas formas de represión se vienen produciendo de manera sistemática desde hace mucho tiempo. Hemos podido apreciar que entre otros sectores sociales, estas violaciones las han sufrido con particular violencia los grupos estudiantiles, los sindicatos y las comunidades indígenas.La ciudadanía ha denunciado estas violaciones pero no ha. obtenido respuestas de parte del Estado.
Ante este grave panorama, invocando los altos valores sintetizados en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, exigimos:
El respeto a la vida y los derechos fundamentales de quienes con toda justicia se manifiestan exigiendo un país de igualdad para todos sus ciudadanos.
Detener inmediatamente la violencia policial y militar, que ha capturado
arbitrariamente a miles de personas y causado miles de heridos, muchos de ellos de gravedad.
Respetar de manera irrestricta el derecho a la manifestación pacífica de los ciudadanos por sus legítimas demandas.
Abrir espacios efectivos de diálogo, democrático y representativo para dar respuesta afirmativa a las justas demandas de la ciudadanía.
Invitar oficialmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para t ealizar una visita en el lugar de los hechos que permita constatar directamente la vulneración de los derechos fundamentales que se está produciendo en las diferentes regiones del país y consignar en un informe los hechos denunciados.
Dar inicio a los procedimientos legales correspondientes para atender con prontitud la demanda central de amplios sectores ciudadanos sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente, que pueda plasmar en una nueva carta magna las aspiraciones democráticas mayoritarias.
Respetuosamente,
Rigoberta Menchú
Premio Nobel de Paz 1992
Guillermo Whpei
Presidente Fundación para la Democracia
Las fotos son de Sergio Bastías: