Pese a los esfuerzos de la clase política por dar por concluidas las movilizaciones, atribuyendo al que han denominado «Acuerdo de Paz» la capacidad de tranquilizar los ánimos y devolver a la gente a sus rutinas anteriores, pese a que extrañamente el Metro se ha puesto a funcionar de nuevo como si nada hubiera pasado, a que en los medios se publican todo tipo de declaraciones respecto de lo que podría llegar a ser el Plebiscito para consultar en abril si el país quiere o no darse una Nueva Constitución y si para ello prefiere una Comisión (no por cierto Asamblea…) Constituyente compuesta por delegados cien por ciento electos o sólo con la mitad de ellos más composición de congresistas, pese a todos esos esfuerzos por una supuesta «normalidad», dos estaciones del Metro tuvieron que cerrar a pocas horas de su reapertura debido a las masivas protestas de la gente en su exterior.
Mientras algunos parlamentarios de la oposición preparan la acusación constitucional que anuncian presentar mañana contra Sebastián Piñera, por su responsabilidad política ante las graves y generalizadas violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en este mes, el Presidente anunció la disposición del gobierno de aumentar el 20% de las pensiones, pero sus palabras no tranquilizaron a nadie e igualmente fueron miles los manifestantes que llegaron esta tarde a la Plaza de la Dignidad, cuando se cumple exactamente un mes desde que el descontento social se expresa.
La nueva jornada de manifestaciones demuestra que Chile no se rinde. Pese a los gases lacrimógenos, importantes columnas de gente fueron llegando desde el Oriente y el Poniente para repletar la plaza al son de «Chile despertó, despertó, despertó», «Bella Ciao», «El baile de los que sobran» y otras canciones y gritos mientras una enorme bandera de los pueblos originarios era desplegada, permaneciendo hasta tarde, cuando con láser, teléfonos encendidos y fuegos artificiales se demostró nuevamente el reclamo por la dignidad en la forma de una fiesta popular. No se registraron enfrentamientos con Carabineros hasta pasadas las 21 horas, cuando un gran contingente policial apareció con los carros lanza aguas y gases para dispersar a los manifestantes.
Por su parte, el Colegio de Profesores llamó a no acatar la resolución del Ministerio de Educación que está convocando al estudiantado a rendir la prueba SIMCE este miércoles y jueves. Mario Aguilar, presidente del gremio, catalogó como «fuera de lugar» la decisión y señaló como una «aberración» rendir la prueba dado el contexto nacional. «Llamamos a hacerle el vacío a esta pretensión absurda del Ministerio de Educación. Es una herramienta que sirve para remarcar diferencias sociales más que pedagógicas. Cualquier prueba es una aberración en estas condiciones», señaló el docente.
Por su parte, los estudiantes desde temprano cortaron también el tránsito manifestándose en Rotonda Grecia, en Peñalolén, así como en Macul y produciendo atochamientos considerables. Lo mismo ocurrió en Valparaíso y otras importantes ciudades que se colmaron de manifestantes. En otras palabras, las élites podrán hacer los acuerdos que quieran pero el protagonismo lo sigue teniendo la gente que está en las calles.
El foto-reportaje es de Riccardo Marinai: