La Comunidad Internacional Bahá’í está profundamente preocupada por la seguridad de los bahá’ís en Yemen, incluido Hamed bin Haydara, detenido desde 2013, tras las alarmantes declaraciones formuladas en los tribunales durante sus últimas audiencias de apelación.
En 2018, después de 4 años de una serie de simulacros de juicios, un juez de la ciudad de Sana’a, controlada por los hutíes, pidió la ejecución de Hamed bin Haydara, la confiscación de todos sus activos y la disolución de las instituciones bahá’ís.
Recientemente, el 17 de septiembre de 2019, el fiscal no solo confirmó la decisión de «ejecutar a Haydara sino de deportar de inmediato … a todos los que se consideran bahá’ís» y «prohibir su entrada» en Yemen, aumentando significativamente el alcance de la persecución judicial mucho más allá del mandato de la apelación. En su declaración escrita, la fiscalía solicitó además a la Corte que adopte toda medida adicional necesaria para desalentar las creencias bahá’ís y su expresión en el país.
En la última audiencia de la Corte el 1 de octubre de 2019, el juez pidió que se enumeren los bienes de Haydara y de la Asamblea Nacional Bahá’í antes de su incautación; lo que representa indicios ominosos de que el juez puede emitir un veredicto de amplio alcance contra los bahá’ís en la próxima audiencia judicial, programada para el 15 de octubre de 2019.
«La Comunidad Internacional Bahá’í está profundamente preocupada por toda la comunidad yemení, después de la recomendación de la fiscalía que pone en riesgo la existencia de una de las comunidades religiosas vibrantes de Yemen», dijo Bani Dugal. «Hacemos un llamamiento al juez para que respete el estado de derecho y exhortamos a las autoridades hutíes a que dejen de imitar las tácticas utilizadas por las autoridades en Irán».