Sonia Bravo, Mauricio Tarazona y Luis Alfonso Miranda presentan a la localidad una novedosa propuesta basada en la Gente Común Organizada.
El plan es simple: Que la gente común se organize y se convierta en la fuerza de cambio para alcanzar logros sociales significativos, mediante la solución de los conflictos comunes que nos afectan a todos en los lugares donde vivimos, es decir, en nuestros barrios. Esto en la práctica significa reunir a los vecinos del barrio afectados por aspectos tales como seguridad, transporte, educación, medio ambiente, etc. para que entre ellos y mediante el trabajo en equipo, la solidaridad, la reciprocidad y el buen trato se hagan cargo de trabajar para dar solución a estos problemas que los afectan a todos.
Por otra parte, la propuesta humanista contempla el interés particular de cada persona (aquello que siempre ha querido hacer, pero no lo hace porque se siente solo, aislado y sin la fuerza suficiente) como por ejemplo la lectura, el teatro, un deporte, la danza, etc., con el objeto de buscar en su barrio a quienes comparten ese mismo interés, con el propósito de reunirlos y lograr la convergencia por el interés que comparten, logrando de esta forma establecer nuevas relaciones y que se sientan apoyados por el conjunto para desarrollar lo que les gusta. Pero se destaca que el propósito real es superar el individualismo, el egoísmo, la desconfianza y reconstruir el tejido social logrando que la gente recupere la comunicación, la solidaridad, el apoyo mutuo y la confianza entre los que comparten un mismo lugar para vivir.
Aunque sobre el papel parezca pan comido –casi como organizar un partido de fútbol entre amigos– lo cierto es que se trata de uno de los procesos sociales más complejos que existen y que puede tardar años en dar resultados.
Ellos son Sonia Bravo, Mauricio Tarazona y Luis Alfonso Miranda quienes presentan a la localidad una novedosa propuesta basada en la Gente Común Organizada.
El plan es simple: Que la gente común se organize y se convierta en la fuerza de cambio para alcanzar logros sociales significativos, mediante la solución de los conflictos comunes que nos afectan a todos en los lugares donde vivimos, es decir, en nuestros barrios. Esto en la práctica significa reunir a los vecinos del barrio afectados por aspectos tales como seguridad, transporte, educación, medio ambiente, etc. para que entre ellos y mediante el trabajo en equipo, la solidaridad, la reciprocidad y el buen trato se hagan cargo de trabajar para dar solución a estos problemas que los afectan a todos. En síntesis, Gente Común construyendo las condiciones en que se quiere vivir.
Por otra parte, la propuesta humanista contempla el interés particular de cada persona (aquello que siempre ha querido hacer, pero no lo hace porque se siente solo, aislado y sin la fuerza suficiente) como por ejemplo la lectura, el teatro, un deporte, la danza, etc., con el objeto de buscar en su barrio a quienes comparten ese mismo interés, con el propósito de reunirlos y lograr la convergencia por el interés que comparten, logrando de esta forma establecer nuevas relaciones y que se sientan apoyados por el conjunto para desarrollar lo que les gusta. Pero se destaca que el propósito real es superar el individualismo, el egoísmo, la desconfianza y reconstruir el tejido social logrando que la gente recupere la comunicación, la solidaridad, el apoyo mutuo y la confianza entre los que comparten un mismo lugar para vivir.
Aunque sobre el papel parezca pan comido –casi como organizar un partido de fútbol entre amigos– lo cierto es que se trata de uno de los procesos sociales más complejos que existen y que puede tardar años en dar resultados.
De arriba hacia abajo: Luis Alfonso Miranda, Mauricio Tarazona y Sonia Bravo / Foto: Edimedios.
Sin embargo, el Movimiento Humanista, mediante sus tres jóvenes candidatos, tiene la iniciativa de engranar las bases de esos cambios sociales, que son urgentes para la localidad, desde uno de los escenarios políticos más apetecidos en estos días: la Junta Administradora Local de Fontibón.
¿Qué buscan?
Empoderar a la comunidad para que, mediante la organización, fortalezcan todos sus procesos participativos y consoliden un movimiento social independiente, proactivo y cohesionador.
“Esta nueva organización se llama Movimiento Humanista y lleva 50 años en el mundo. En Colombia tiene 30 años. Yo participo desde hace cinco. Es un Movimiento que será la base de un partido en construcción, el Partido Humanista”, indicó Mauricio Tarazona, uno de los referentes de ese movimiento en la localidad.
“Su doctrina se basa en la fuerza de la gente, en la fuerza de la organización, de la comunidad, eso me llamó mucho la atención”, añadió Tarazona quien dijo conocer palmo a palmo la localidad, debido a que lleva 29 años viviendo en este importante sector de Bogotá.
“La verdad, me cansé de esperar a que un político de turno nos ayude, así que nos toca hacerlo como ciudadanos, como gente organizada, que es lo que venimos haciendo hace cinco años”, añadió el joven aspirante a edil de Fontibón.
De las ideas a la acción
Hace 30 años, en 1989, durante la administración del entonces alcalde de Bogotá Andrés Pastrana, el barrio Atahualpa era uno de los muchos sectores subnormales que crecían con muy escaso control urbanístico, a merced de los politiqueros y de los especuladores de tierra, sobre el costado sur del aeropuerto El Dorado.
En ese escenario tan complejo –todavía presente en el sector de la Fortaleza– los habitantes de las casa-lotes en construcción, algunas todavía sin red de acueducto y alcantarillado y otros servicios básicos, buscaban mejorar su calidad de vida con espacios integrados a la comunidad, y lo logaron mediante la organización comunitaria y social.
Al menos así lo recuerda Sonia Bravo, publicista, ama de casa e hija de Leonel Bravo, uno de los principales gestores sociales y fundadores que ayudaron a la transformación urbana del barrio Atahualpa, y que hoy busca replicar ese ejemplo en la JAL de Fontibón, como miembro del Movimiento Humanista de Colombia.
“Mi padre me enseñó a pensar en comunidad. Gracias a él, y a muchas personas que lo acompañaron, en Atahualpa existe hoy la cancha de futbol Leonel Bravo, que es la misma cancha de futbol Atahualpa. El barrio era un barrio subnormal y lo que hicieron fue, junto con otras personas, organizarse para defender ese territorio, luego convertirlo en un campo deportivo y a su vez también la escuela, que queda al lado de la cancha Atahualpa”, dijo la joven política Humanista.
Hacia la renovación política
Trabajar desde una plataforma política nada tradicional, en fase de construcción y con todas las posibilidades de crecimiento, activó en los tres aspirantes Humanistas proyectos de renovación política desde igual número de sectores de la localidad: los barrios Atahualpa, El Recodo y La Giralda.
En este último barrio, en donde conviven cerca de 7.000 personas alrededor del horno crematorio del parque cementerio de Fontibón, es el escenario en donde Luis Alfonso Miranda, estudiante de derecho y uno de los más jóvenes aspirantes a la JAL de Fontibón, espera fomentar uno o varios frentes de acción humanista.
“Están los elementos jurídicos y administrativos, lo importante es organizar a la gente entorno a sus necesidades para buscar posteriormente las soluciones. Es importante la transformación personal en función de la transformación social de manera simultanea porque así funciona el ser humano y así son estos vientos de cambio. Es así que se logran construir las condiciones en que se quiere vivir y es de ahí de donde se reconstruye el tejido social”, señaló Miranda.
En resumidas cuentas, según los tres jóvenes políticos Humanistas, es necesario convocar a la comunidad para que tome conciencia de la gran capacidad de transformación que tiene la gente organizada y se logren efectos demostración en los que los ciudadanos comunes construyen las condiciones en que quieren vivir. Un ejercicio que la llevaría a resistir las estrategias de los políticos profesionales acostumbrados a la misma retórica que los mantiene en el poder desde hace décadas y dirigida a los sectores vulnerables de la sociedad.
“Esta es una propuesta política distinta, en que no importa a quien eliges, lo importante es que el ciudadano común se sienta elegido al votar y estés dispuesto a trabajar con otros para construir las condiciones en que se quiere vivir y reconstruir el tejido social superando el aislamiento, la soledad y la desconfianza” se lee en la plataforma del Movimiento Humanista.
Las bases del Movimiento Humanista, Partido Humanista en Formación
Tan nuevo para algunos, aunque no tanto en el panorama político internacional, el Movimiento Humanista es una declaración de intenciones en donde sus principales preocupaciones están en el ser humano, la igualdad de las personas, la diversidad en todos sus matices, el desarrollo del conocimiento más allá de lo aceptado como verdad absoluta, la libertad de ideas y creencias, y el repudio a todas las formas de violencia.
El Movimiento Humanista trabaja en los campos de lo social, lo político y lo cultural.
El Movimiento Humanista se fundó en 1969, en un paraje de la Cordillera de los Andes llamado Punta de Vacas, cerca de la frontera entre Argentina y Chile, por el argentino Mario Luis Rodríguez Cobos, ‘Silo’, según registros digitales disponibles en Internet.
“No Habrá Progreso Social si no es de Todos y para Todos” Silo
Desde entonces se ha convertido en una especie de fenómeno político de trascendencia debido, entre otras cosas, a la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, que recorrió el mundo en 90 días, entre el 2 de octubre y el 1 de enero del año 2010.