La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Chile suma su voz a las ya innumerables voces que se han levantado en estos días a denunciar las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por agentes del Estado, la nueva normalidad que el Gobierno de Sebastián Piñera ha impuesto al país.
Alertamos a la comunidad internacional que el orden democrático y la legitimidad de la actual administración están en riesgo, y hacemos un llamado desde la permanente defensa de los DDHH a replicar y amplificar los pedidos para detener la brutalidad policial, los asesinatos, las torturas y los abusos de carácter sexual perpetrados por uniformados.
La represión en las calles incluye acciones de amedrentamiento directo sobre activistas y voceros de causas relacionadas a los DDHH, como la detención violenta de Cristobal Yessen hace algunas horas. Cristóbal fue reconocido en la calle por la policía y tratado como presa. Sin la intervención de abogados voluntarios que están recorriendo las calles y el INDH no sabemos cuál podría haber sido su destino.
Exigimos el fin de la represión, atención real a las clarísimas demandas del pueblo de Chile, respuesta concreta a la deuda social acumulada por 30 años.
El país necesita una nueva constitución, una profunda reforma de las Fuerzas Armadas y Carabineros, el fin de las AFP y el negocio de la salud, entre una lista de pedidos urgentes más que suficientemente detallados por el movimiento ciudadano. Nos vemos esta tarde en las calles, afuera de La Moneda. La lucha recién empieza.