Por Eva Débia Oyarzún*
Los psicólogos tienen un término para referirse al quiebre o tensión al interior de una persona que posee un sistema de ideas, convicciones o emociones y que sin embargo se comporta de modo contrario a lo que cree. Se trata de la disonancia cognitiva, también acuñada bajo el término de “teoría del autoengaño”. En palabras simples, las personas tratan de justificar sus creencias maquillando las circunstancias a su alrededor, adaptándolas y reinterpretándolas para reforzar sus propios puntos.
El forjador de este constructo fue el psicólogo Leon Festinger, en un libro publicado en 1957; medio siglo más tarde, el psicólogo español Anastasio Ovejero retomó el concepto de Festinger y comentó que, si bien las personas generalmente viven en consonancia cognitiva entre su pensar y su actuar, en caso de no poder mantener esa congruencia harán todo lo posible por evitar referirse a los hechos que generan esta disonancia. Además, buscarán reacomodar sus principios para poder autojustificarse, consiguiendo reducir la tensión.
Es importante entender que, cuando se presenta la disonancia cognitiva, además de hacer intentos activos para reducirla, las personas suelen evitar las situaciones e informaciones que podrían causarle malestar. Pensemos, por ejemplo, en la infidelidad; la inmensa mayoría de las personas afirma que no lo serían y que no quisieran se víctimas de ello y, sin embargo, las tasas de engaño entre parejas son muy altas. Quienes lo hacen, suelen justificarse en conductas del otro, viendo la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio, y no asumiendo su responsabilidad en el acto mismo.
Considerando la última semana de manifestaciones multitudinarias que hemos vivido, reflexionemos un instante en qué ha pasado por la psiquis del Ejecutivo; el Presidente afirmó que estábamos en guerra, llamó a los manifestantes violentistas, tomó las duras y dolorosas medidas que ya todos hemos lamentado en desmedro de la integridad de nuestro frágil Estado de Derecho. Ayer viernes 25 de octubre (fecha en la que se recuerda el triunfo republicano de uno de los más brillantes Presidentes que hemos tenido en la historia, don Pedro Aguirre Cerda, en 1938), fue convocada la marcha más multitudinaria en la historia de nuestro país: las cifras oficiales hablan de 1,2 millones de personas congregadas en torno a Plaza Italia, y si sumamos la cantidad convocada en las marchas de todo el país podemos superar con creces las proyecciones a más del doble. Un 20% de la población nacional estaba literalmente en la calle manifestando su disconformidad con la estructura… Y la reacción de los representantes del Ejecutivo fue la siguiente:
– “La multitudinaria, alegre y pacífica marcha hoy, donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario, abre grandes caminos de futuro y esperanza. Todos hemos escuchado el mensaje. Todos hemos cambiado. Con unidad y ayuda de Dios, recorreremos el camino a ese Chile mejor para todos”. Sebastián Piñera, Presidente de la República
– “Chile hoy vive una jornada histórica. La RM es protagonista de una pacífica marcha de cerca de 1 millón de personas que representan el sueño de un Chile nuevo, de forma transversal sin distinción. ¡Más diálogo y marchas pacíficas requiere nuestro país ❤! #ArribaStgo? #RMdeTodos”. Karla Rubilar, Intendenta Región Metropolitana
Lamentablemente, la disonancia cognitiva también llega al Legislativo:
– “Luego de días de violenta destrucción, saqueos, pillajes, heridos y muertos, hoy vimos una luz de esperanza en una multitudinaria y ejemplar marcha pacífica sin banderas rojas para crear conciencia en cambios urgentes y muy necesarios. Dios devuelva la paz a Chile”. Diputada Camila Flores, quien el jueves 24 de octubre rompió y botó un cartel de denuncia en la Cámara, con información sobre los muertos y las violaciones a los derechos humanos de la última semana.
– “¡Emocionante marcha, totalmente pacífica! Más de 1 millón de personas con un claro mensaje para todos los que hoy tenemos la responsabilidad de dialogar y cambiar las injusticias que viven miles de chilenos y chilenas”. Diputada Erika Olivera, quien acompañó a Camila Flores en la acción ya señalada.
… Es por todo lo anterior, que urge en Chile un plan de salud mental acorde a las demandas ciudadanas que hemos levantado. Qué duda cabe.
El foto-reportaje es de Eva Débia
*Periodista, escritora, docente, Mg. Comunicación y Educación