Masivas movilizaciones se suceden en todo Haití. La zona metropolitana de Puerto Príncipe amaneció bloqueada por innumerables barricadas y neumáticos en llamas. Se trata, nuevamente, del punto más caliente: Delmas, Pétionville, Tabarre, Croix-des-Bouquets y numerosas localidades se pliegan a las convocatorias de la oposición o se movilizan de forma espontánea. En el emblemático «cruce del aeropuerto» varios cientos de jóvenes se congregaron desde las primeras horas de la mañana para honrar a las víctimas de la represión policial mediante la realización de muestras de fotos, murales, y ceremonias religiosas vudú.
También la capital del departamento Noroeste, Port-de-Paix, se moviliza hoy bajo los auspicios del Foro Patriótico, que aglutina a más de 60 organizaciones campesinas, sindicales, juveniles, estudiantiles, femeninas, de derechos humanos y de las periferias urbanas. Idénticas protestas de mayor o menos envergadura se replican en Mirebalais, Ouanaminthe y otras localidades de los diez departamentos de la nación caribeña. El país atraviesa ya su sexta semana de protestas ininterrumpidas, sin actividad gubernamental, con comercios cerrados, sin escuelas y con los centros de salud cerrados o parcialmente paralizados. La situación es particularmente dramática en algunas regiones como el Sudete, dependientes de la asistencia alimentaria y de la distribución de agua por parte organismos internacionales.
Las protestas coinciden con una fecha muy sentida para la población nacional, cuando se cumplen 213 años del asesinato de Jean-Jacques Dessalines, general victorioso de la Revolución de 1804 y organizador del Estado haitiano, considerado de forma unánime el «padre de la patria». También se dan un día después de la entrada en vigencia la nueva Misión de las Naciones Unidas, la llamada BINUH, que viene a reemplazar a su antecesora la MINUJUSTH en sintonía con la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del 25 de Junio del 2019.
Se difunden en estos momentos numerosos reportes de represión y brutalidad policíaca, y los movimientos sociales y organismos de derechos humanos denuncian nuevas víctimas, aún sin confirmar. Por otro lado, apenas seis días después del asesinato del periodista Néhémie Joseph, periodista de Radio Panic FM, ahora Jean Oreste Morin, director de Radio Zénith FM, anuncia la suspensión de sus emisiones. Morin denuncia amenazas provenientes del entorno del presidente Jovenel Moïse sobre el personal de la radio, señala diferentes sabotajes a la señal, ataques al local con piedras y armas de fuego, y la presencia amenazante de drones que de noche sobrevuelan su residencia y la del propietario de la estación.
Las multitudinarias manifestaciones convergen en el interés de lograr la dimisión del presidente Jovenel Moïse, mientras capas cada vez más amplias de la población exigen una transformación de carácter sistémico. Moïse es sindicado por el Senado y el Tribunal Superior de Cuentas de participar con empresas de su propiedad en uno de los escándalos de corrupción pública más importantes de la historia haitiana. Se lo responsabiliza también del agravamiento de la crisis económica y energética, y de los trágicos saldos de la política represiva. Su aislamiento se ha vuelto aún más notorio después del virtual naufragio de la «Comisión de Diálogo» que el presidente había puesto en pie para negociar con la oposición más próxima al partido de gobierno. Tras su errático discurso del día martes, en el que volvió a negar la posibilidad de una eventual renuncia, cuatro de los siete miembros de la Comisión decidieron retirarse.
Mientras que prácticamente todos los sectores de la vida nacional exigen su salida, la llamada comunidad internacional sostiene hasta hoy su continuidad en el poder. En ese sentido se ha pronunciado el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, diferentes representantes de las Naciones Unidas y el denominado Core Group, que nuclea a los principales factores de poder externo que sostienen intereses en Haití. Mientras crece la impopularidad del presidente a nivel interno, se fortalece su alineamiento con los intereses de los Estados Unidos en la región, como evidencia su reciente apoyo a la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) contra la Venezuela bolivariana.
@LautaroRivara