Por Félix Herrera.
Voy a intentar ser breve. El problema del periodismo que se dice progresista es que intenta y presume de ser equidistantes. ¿Pero como se puede ser equidistante entre un criminal y su víctima? ¿Hay que ser equidistante entre un maltratador machista y la victima de sus malos tratos e incluso de su asesinato?
Bueno, pues en el caso de los partidos políticos no se puede ser equidistantes entre partidos corruptos que mienten y saquean al 99% de la población, como decían en Occupy Wall Street, llevando a una buena parte de los ciudadanos a la pobreza e incluso al suicidio, pero que están al servicio de ese 1% de privilegiados que su único objetivo es acumular cada vez más riqueza. Esos partidos políticos que unos presumen de ser de centroderecha y otros de centroizquierda para engañar a los “burros”, como los denominaba el criminal Alfonso Rus, son auténticos verdugos.
Estos partidos que compran voluntades a políticos, jueces, policías, periodistas, etc. son auténticos verdugos. Así ha sido durante cuarenta años en una mal llamada democracia heredera de una feroz dictadura de la que no se ha desprendido todavía. Pero, hete aquí que en un 15 de mayo de 2011, un buen numero de personas, en su mayoría jovenes se despiertan, “estábamos dormidos y hemos despertado” -decían- y ponen a esos partidos en su sitio, “PSOE/PP la misma mierda es” y tres años más tarde surge PODEMOS, un partido diferente que escucha y pregunta a la gente, que se financia con los aportes de la gente, que no miente, que no se deja comprar y que, por tanto, se convierte en victima de los verdugos.
Como decía hace poco la jueza Victoria Rosell, ella sabe bien lo que es ser victima de esos verdugos, diputada de PODEMOS, “nos quieren matar porque no nos dejamos comprar”. Por eso no se puede ser equidistante entre esos partidos, verdugos, y PODEMOS, victima.
En fin, seguiría escribiendo, pero he prometido ser breve.