Por Alicia Muñoz
Desde las 8:00 am hasta las 4:00 pm de este domingo, los colombianos salieron de sus casas a ejercer su derecho al voto para elegir los próximos alcaldes, gobernadores, concejales y ediles del país en los periodos 2020-2023. El ministerio de defensa confirmo que las elecciones fueron las más pacificas de los últimos años, a pesar de que fueron asesinados 24 candidatos en las campañas electorales de los últimos meses. El escenario es alentador para la democracia colombiana pues la abstinencia de voto en el país disminuyo considerablemente.
En la capital antioqueña la sorpresa fue la derrota del “uribismo” (partidarios del legado del ex Presidente Álvaro Uribe), pues se esperaba que ganara el representante del partido Centro Democrático, como lo habían mostrado las encuestas. Sin embargo, el nuevo alcalde de Medellín es Daniel Quintero, ingeniero candidato del movimiento independiente que no tuvo apoyo de los grandes grupos políticos de esta región. Logró crear empatía entre los paisas al criticar a EPM (empresas públicas de Medellín), que maneja el polémico caso de Hidroituango, el proyecto de energía más grande y ambicioso del país. El mismo que ha causado un daño ecológico enorme en el segundo rio más importante de Colombia (el rio Cauca), y cuya construcción ha provocado grandes problemas por los derrumbes que han dañado a municipios aledaños. A sus 39 años, Daniel logra llegar a la alcaldía contra todo pronóstico: es un animalista, fue viceministro de economía digital, creando el primer viceministerio de economía digital de América Latina y dando origen a la Fundación Piensa Verde, dedicada a la preservación del medio ambiente. La gobernación de Antioquia quedo a cargo de Aníbal Gaviria, que repite en este cargo, derrotando también al Uribismo, pero su agenda política propone apoyar Hidroituango y EPM.
En Barranquilla, con el 62,45% de los votos, el ganador es Jaime Alberto Pumarejo, administrador público de 39 años y representante del partido político Cambio Radical. Pero campaña tuvo el respaldo de la familia Char, que desde los años 80 construyó un imperio político y económico en el país: sobretodo en el departamento del Atlántico, donde ya tienen diez curules en el congreso de la república y aunque su popularidad es grande en la zona por tener el mejor sistema de salud del país, recuperar el río Magdalena y mejorar las calles de la ciudad de Barranquilla, en realidad todas estas mejoras se han visto salpicadas con corrupción, compra de votos y creación de alianzas con empresarios y políticos para hacer contratos a las mismas empresas de siempre y así recibir respaldo político. Además, estuvieron involucrados con los hermanos Nule, que desfalcaron a Bogotá por obras publicas en la alcaldía de Samuel Moreno entre 2008 y 2011. Elsa Margarita Noguera, obtuvo la gobernación del Atlántico, también respaldada con esta familia de grandes ambiciones de llegar a la presidencia del país.
El valle del Cauca parece ser uno de los departamentos más prósperos, con industrias propias, menor desigualdad social y el puerto más importante del pacifico (Buenaventura). La gobernación se la llevó Clara Luz Roldán, apoyada por Dilian Francisca Toro, médica cirujana que desde muy joven empezó su carrera política, apoyada por políticos de muy mala reputación y que ha llegado a importantes cargos públicos pagando favores a los que le ayudaron. Actualmente su poder en el departamento es enorme, al punto de sacar de los cargos públicos a los que no van en su mismo lineamiento. Clara Roldán fue directora de Coldeportes, pero la fiscalía y la procuraduría iniciaron una investigación en contra de ella por contratos injustificados en varios municipios en su dirección. El ganador reelecto de la alcaldía de Cali es Jorge Iván Ospina, muy popular por haber hecho múltiples construcciones, pero en su anterior alcaldía tuvo el apoyo de Juan Carlos “El negro Martínez Sinisterra”, condenado por nexos con paramilitares y narcotraficantes. Ospina tiene 69 investigaciones en la procuraduría y 4 en la fiscalía por contrataciones irregulares.
En Bogotá el respaldo a la oposición a Uribe se mostró desde el inicio, con la derrota de Miguel Uribe Turbay como representante del Centro Democrático (lo que demostró la baja popularidad que ha adquirido el ex presidente), y por otro lado también la derrota de Hollman Morris, respaldado por la Colombia Humana de Petro, quien recibió fuertes críticas por apoyar a un candidato que tiene denuncias penales por violencia intrafamiliar.
Lo cierto es que tanto Petro como Uribe perdieron en la capital y la “Alcaldía Mayor” de Bogotá se la llevó Claudia López Hernández, quien ha demostrado en su carrera política gran transparencia y compromiso con el país: en su paso como senadora promovió la ley anticorrupción, que aún está en debate en el congreso por no alcanzar el número de votos exigidos, pero que tuvo un gran respaldo de los colombianos. Sus denuncias por corrupción han puesto a varios políticos en la cárcel. Claudia es la representación de una mujer hecha a pulso que no salió de las familias políticas que por años han gobernado Colombia, rompiendo con los estereotipos sociales al ser la primera alcaldesa de Bogotá elegida por voto popular y que por ser una mujer lesbiana, demostrativa de la diversidad que hay en la capital. Le quedan grandes desafíos por delante, como la construcción de la primera línea del metro que ya dejó contratada el actual alcalde Enrique Peñalosa.
Al parecer el uribismo cada vez tiene menos popularidad. Sin embargo, hay zonas del país donde hay otros poderes políticos que son salpicados por corrupción, y se espera que la llegada de Claudia López al segundo puesto más importante del país, con sede en el Palacio de Liévano en Bogotá, sea un avance importante en la participación de partidos alternativos y ayude a la lucha contra la corrupción. Al presidente Iván Duque le queda una tarea cuesta arriba, ya que en la mayoría de regiones su partido no tuvo respaldo y ahora tendrá que negociar con diferentes partidos políticos.
(Imágenes: wsr.registraduria.gov.co)