Hola amigas y amigos,
Es difícil hacer una síntesis de lo que estamos viviendo, pero en el intento de transmitir nuestra mirada, les cuento un poco.
Creo que estamos asistiendo a algo que el Humanismo ha anunciado desde hace mucho tiempo: una explosión social como resultado de un sistema absolutamente violento, inhumano, que viene apretando, abusando, maltratando a la gente desde hace demasiado, demasiado tiempo.
Y por cierto que esa violencia del sistema que es violencia económica, racial cultural, psicológica, económica por cierto, termina desencadenando lo que estamos viendo hoy día, protestas que luego van deviniendo en un desborde social y que termina en saqueos, incendios y por otra parte un gobierno que no tiene ninguna capacidad de respuesta, que sobre todo no entiende nada de este fenómeno psicosocial y que por lo tanto hace lo único que saben hacer: los brutos, responder con violencia, sacar los militares a la calle, disparar, reprimir.
Ese es el panorama que estamos viviendo en este momento. Para nosotros no tiene absolutamente nada de sorprendente, los Humanistas venimos advirtiendo desde hace demasiado tiempo respecto de esta situación.
Así es que cuando algunos hoy día dicen que todos los políticos tenemos que hacer una autocrítica, no es así, en nuestro caso lo advertimos.
En 1999, hace ya 20 años, tiramos la Constitución a la basura, dijimos que no sirve y que era necesario tener una nueva Constitución democrática y no seguir con la de la dictadura.
En el año 2005, planteamos la necesidad de terminar con las AFP, planteamos la necesidad de avanzar en justicia social, planteamos en esa época, que la educación debía ser un derecho garantizado, gratuito y de calidad. Por cierto, tampoco ahí nos hicieron caso.
Y con el Frente Amplio levantamos desde el inicio, un programa, propuestas orientadas a mayor justicia social. Mientras tanto, este sistema se ha dedicado a apretar, apretar y seguir haciéndolo, hasta que la gente revienta.
Nosotros no validamos la violencia, nosotros no compartimos el acto violento, pero nos parece fundamental comprender la raíz de la violencia, nos parece fundamental que esta sociedad, este sistema, en vez de rasgar vestiduras, tenga una capacidad de visión autocrítica y por lo tanto se apunte a transformaciones de fondo, estructurales. Pretender que esto se va a resolver volviendo atrás con la tarifa del metro, es no entender nada.
Hoy día hay protestas de Arica a Punta Arenas, en más de 50 ciudades en la que no hay metro, por lo tanto esto nada tiene que ver con la tarifa del metro. Esto tiene que ver con el abuso, con la colusión, con las pensiones miserables, con los salarios miserables, con el precio del agua, del gas, de la electricidad, del transporte. Con un país que se ha ido construyendo en la inequidad y con una de las peores distribuciones del ingreso del planeta. Todo esto ustedes lo saben, y todo esto lo venimos diciendo desde hace demasiado tiempo. Pero hoy día es fundamental que como Humanistas estemos claros respecto de lo que ha sido siempre nuestro planteo, nuestra propuesta y qué sigue siendo la misma de hoy: avanzar con cambios estructurales profundos, hacia la construcción de una sociedad muy diferente a la de hoy.
“Este mundo va a estallar” dijo alguna vez Silo y nada ni nadie podrá oponerse, nada ni nadie va a poder detener la violencia, porque la están generando día a día con su maltrato hacia la gente.
Hoy día tenemos que estar muy unidos, muy vinculados, trabajar en cuña, tener claro que es importante ser referencia de la no-violencia activa, proponer a la gente continuar con la movilización pero con una movilización no violenta, con caceroleos, con encuentros entre vecinos, con debates, con discusiones, con movilización. Buscar construir organización social de base, fortalecer el movimiento social. Esas son nuestras tareas, tenemos que aportar en esa dirección y desde ese punto de vista levantar la demanda una Asamblea Constituyente ahora, me parece que puede ayudar a unificar, a aunar las demandas puntuales que cada una y cada uno tiene.
Quiero mandarles a cada una y cada uno un gran abrazo, decirle que seguimos totalmente comprometidos para luchar, para trabajar por una sociedad muy, muy diferente a este sistema inhumano en el que viven hoy sufriendo la gran mayoría de los chilenos y de todo el mundo.