Por Alejandra Valle
La declaración fue leída frente a la Biblioteca Nacional y luego marcharon hacia la casa de gobierno, donde, rodeadas de FFEE, cantaron el Derecho a Vivir en Paz de Víctor Jara.
A eso del mediodía de hoy, pañuelos verdes y morados se aparecieron en el frontis de la Biblioteca Nacional. La idea era dar a conocer la recién creada Asamblea Feminista, integrada por importantes organizaciones como La Morada, Humanas, Miles Chile, OCAC, Abofem, entre otras-, y denunciar los graves hechos de violencia político sexual.
Las organizaciones feministas leyeron una declaración, emplazando al gobierno. Luego de eso, cantaron consignas del movimiento y marcharon pacíficamente hasta La Moneda, donde cantaron El Derecho a Vivir en Paz, casi un himno de esta revolución, mientras Carabineros de FFEE, paradójicamente, las rodeaban amenazantes.
Aquí la declaración completa:
En los últimos años las mujeres hemos estado en las calles movilizándonos contra la precariedad de la vida y la violencia sobre nuestros cuerpos. Este 2019, en la huelga general feminista del 8 de marzo, fuimos miles; ahora seguimos presentes en un octubre donde somos millones quienes mostramos la indignación con este sistema y la urgencia de una transformación profunda, transformación que evidencia la crisis en que nos ha puesto el modelo patriarcal y neoliberal.
Desde la Asamblea Feminista rechazamos la violencia institucionalizada, que busca reprimir el descontento social con armas, torturas y muerte. Exigimos la desmilitarización y el fin de la criminalización a la protesta popular. Emplazamos a las autoridades al cese de inmediato del Estado de emergencia y la aplicación de la ley de Seguridad del Estado. Los militares deben regresar a sus cuarteles y los poderes del Estado deben exigir a carabineros el cumplimiento de su mandato de proteger a las personas. No hay diálogo posible con militares en las calles -militares que tanto hoy como en otros momentos de la historia, han atentado contra la vida e integridad de nuestros pueblos.
La escalada de violencia y la aplicación de políticas represoras de Estado es directa responsabilidad del gobierno criminal de presidente Sebastián Piñera y de sus ministros. La movilización social ha costado muertes, torturas, detenciones ilegales y violencia político sexual desatadas contra las personas. ¿Quiénes son las y los muertos? ¿Cómo murieron? Hay detenidos que no aparecen, ¿Dónde están? Exigimos que se asuman las responsabilidades políticas, desde el más alto cargo de la Nación. Esto incluye al Presidente Piñera y su Ministro del Interior. Andrés Chadwick debe renunciar: ¡Fuera Chadwick!
Como Asamblea Feminista hacemos un llamado a visibilizar y rechazar la violencia política sexual que está siendo ejecutada por fuerzas policiales y militares contra las mujeres, lesbianas y trans.
Testimonios de denuncias de abusos, vejaciones y violaciones que hoy se repiten y que son herencia de la impunidad de la violencia de la dictadura. Nuestros cuerpos no son campos de guerra.
Como decimos en la calle, no son 30 pesos del transporte público: son 30 años de abusos, violencia estructural y precarización de nuestras vidas que no seguiremos aguantando. Las mujeres y feministas a nivel plurinacional nos seguimos levantando porque la agenda anunciada por Piñera está lejos de ser “social”, y no aborda las demandas que colectivamente exigimos en las calles y que sustentan esta alzada social: no pone en jaque, ni mínimamente, este sistema que nos empobrece y violenta día a día.
Las demandas sociales que se levantan desde los distintos territorios, sectores y movimientos no caben en esta Constitución que arrastramos desde la dictadura y que no tiene relación alguna con la sociedad que queremos construir. ¡Es necesario construir una nueva constitución! Que surja de una asamblea constituyente.