Servindi, 19 de setiembre, 2019.- A más de un año de la visita del papa Francisco a la Amazonía y su llamado a la reflexión sobre la actividad extractivista, un reportaje del diario El Comercio expone los efectos que la minería ilegal viene dejando sobre las comunidades nativas en Madre de Dios.
El informe titulado “Cruzada amazónica”, inicia señalando que en la región existen 12 comunidades nativas, cuyos territorios se encuentran superpuestos con concesiones mineras y se ven afectadas por la extracción ilegal de oro.
Amenaza ambiental
La comunidad de Boca Pariamanu viene siendo afectada, desde hace cinco años, por mineros ilegales que operan en terrenos agrícolas cercanos y que contaminan el bosque y el río con mercurio.
Según informa César Ascorra, director del Centro de Innovación Científica Amazónica, el mercurio al ser un metal pesado puede llegar a afectar al sistema nervioso, corazón, pulmones, hígados o riñones de las personas.
«El 50% de la población acá en Puerto Maldonado está afectada por el mercurio, lo tenemos en el cuerpo ahorita […]», señala Julio Rolin Pacaya, presidente de la comunidad de Boca Pariamanu.
Cuando a Rolin, los mineros le incitan a dejar de cuidar su territorio y unirse al trabajo de la minería, él se opone. «Nosotros vemos de otra forma nuestro territorio […], es nuestra vida, ¿cómo vamos a destruirlo?», se pregunta.
Trata de personas, inseguridad y prostitución
Además de los daños ambientales que, en sectores como La Pampa, tardarían al menos 40 años en ser remediados; la minería ilegal permite que problemas como la trata de persona, inseguridad y prostitución se sigan expandiendo.
Un informe publicado recientemente por el portal periodístico Ojo Público, reveló que luego del operativo Mercurio 2019 sobre La Pampa, las redes de trata de persona no solo siguen vigentes, sino que han encontrado nuevos focos para continuar con la explotación sexual.
Arazaire es otra de las comunidades que se ha visto afectada por este flagelo. Liz Ruiz Tije, presidenta de la comunidad, no deja de sorprenderse.
“Ha habido prostíbulos, violaciones y muchas cosas más, delincuencia, ¿cuándo hemos visto que ‘acasito’ nos asalten?”, indica.
Una salida alterna
En enero del 2018 durante su visita a las comunidades indígenas de la Amazonía, el papa Francisco hizo un llamado a considerar la vida sobre toda actividad económica.
“Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonía como una dispensa inagotable delos Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”
Hoy las comunidades nativas vienen impulsando actividades productivas alternativas que buscan reducir los daños en el medioambiente.
Mediante proyectos presentados que ascienden a 300 mil soles, la comunidad de Arazaire se ha propuesto construir piscigranjas, promover el turismo y plantar árboles maderables.
El papa Francisco ha convocado para octubre próximo un sínodo por la Amazonía. El encuentro que congregará a los obispos del mundo, buscará establecer un camino desde la Iglesia capaz de afrontar las amenazas ambientales que padecen los pueblos amazónicos.