Desde Brasil hasta Bolivia, pasando por Paraguay, Ecuador y Venezuela, se escucha una fuerte voz y una fuerte demanda de ayuda por parte de todos los pueblos indígenas afectados por el desastre vinculado con la devastación provocada por los últimos incendios.  Es una sucesión de comunicados y llamados de los pueblos originarios que se han reunido y se dirigen a todo el mundo.

Por un lado, nos llaman a la solidaridad y a tomar medidas concretas para detener la catástrofe y evitar nuevas catástrofes, por otro, nos llaman a asumir responsabilidades, porque la devastación en curso forma parte de un plan económico preciso que proporciona una fuerte devastación medioambiental que se viene produciendo desde hace tiempo, un «crecimiento» y un desarrollo económico que no tiene escrúpulos a la hora de fomentar la destrucción de los bosques, el consumo de los recursos hídricos para la creación de pastizales y potreros destinados a la cría de ganado y la carne que posteriormente se exporta a los países de la región de Occidente; o que ve como una carrera a la construcción de minas con la ocupación de áreas para ser asignadas a multinacionales mineras y energéticas que se dedican a la extracción y explotación de minerales y materias primas, siempre en nombre de un «bienestar» incomprensible y de un «desarrollo industrial» devastador, que también ve a las empresas dedicadas a la tala de árboles para transformarlos en millones de toneladas de madera para la construcción.

La Amazonía que parece tan lejana está mucho más cerca de lo que pensamos, tanto de ella como de las selvas tropicales que hay en nuestro planeta, están ligadas al destino de nuestra estadía en la Tierra, y el tipo de impacto ambiental que vamos a tener en los próximos años.

La declaración de catástrofe ambiental y humanitaria que gritan estos días los pueblos de la Amazonía, no sólo concierne a la Amazonía, sino que es una advertencia clara y precisa que nos afecta a todos: Si la Amazonía vive, entonces vive y salva a toda la humanidad, nos corresponde a cada uno de nosotros imaginarnos que ocurrirá sino.

Publicamos bajo la traducción del llamado conjunto de las organizaciones de ORPIA, CONIVE, COICA, que aglutinan la voz de muchos pueblos originarios de la Amazonía, junto con la Comisión de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, que hace apenas unos días declaró lo siguiente:


Nosotros, los pueblos y comunidades indígenas que formamos parte de las organizaciones de base agrupadas en la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Amazonas (ORPIA), hacemos la siguiente declaración, con el objetivo de expresar nuestra posición al público, sobre los violentos incendios que están asolando la Amazonía:

  1. Somos conscientes de que la Amazonía es el mayor sistema tropical boscoso del mundo, que de ella depende el clima de América del Sur y que es un regulador climático fundamental a nivel mundial, y que la Amazonía es la tierra y el hábitat de un gran número de pueblos y comunidades indígenas, que han vivido aquí en armonía durante cientos de años.
  2. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, país donde se localiza al menos el 60% de la Amazonia, se encontró que este año se produjo el mayor número de incendios forestales jamás observado desde el inicio del monitoreo satelital. Siguiendo con lo ocurrido, el servicio de observación atmosférica de la red europea Copérnico indica que, por extensión, se trata del mayor incendio que se ha producido en el mundo en los últimos quince años.
  3. El Instituto Social y Ambiental de Brasil (ISA) ha sido desmantelado por el gobierno de Bolsonaro, el gobierno de Bolsonaro también ha instigado la deforestación, los incendios, la devastación, la violencia y los asesinatos sufridos por los pueblos indígenas, alentado la ocupación depredadora de la Amazonía y criminalizado a aquellos que como nosotros defienden su preservación. Actos que reprochamos y llamamos la atención de todos los países amazónicos.
  4. 4. Según estudios del Instituto Man and the Environment of the Amazon, Instituto del Hombre y el Medio Ambiente (Imazon), de enero a agosto de 2019, los incendios han aumentado en más de un 82%. También este año, la mayor tasa de deforestación de la Amazonia brasileña se produjo al mismo tiempo que estos datos.
  5. Esta devastadora catástrofe no sólo ha afectado a la Amazonia brasileña, sino también a dos grandes sistemas que también han sufrido graves incendios, como el de Bolivia en la región de Santa Cruz, donde se han quemado 450 mil hectáreas de bosque, en las regiones de Paraguay, como en el distrito del Pantanal. Había más de 1,2 millones de hectáreas de bosques quemados entre Bolivia, Brasil y Paraguay, contando sólo con estos tres países, sin mencionar que en muchos casos las áreas declaradas protegidas así como las tierras y hábitats de nuestros pueblos originarios se vieron afectados, con más de 100.000 indígenas afectados por este desastre.
  6. Les pedimos que reflexionen profundamente sobre lo que ha sucedido, sobre lo que sigue ocurriendo, teniendo en cuenta que, como suele ocurrir en los últimos años, la quema de la selva amazónica está estrechamente ligada a las prácticas nocivas y criminales de «limpieza», así como a los procesos de deforestación por actividades asociadas al pastoreo de pastizales y a los sitios de cultivo y explotación minera para la extracción de recursos minerales. Además, está la deportación de los pueblos indígenas, la práctica de la tala acelerada junto con el incendio provocado. En resumen, todo esto representa una estrategia para el «acaparamiento de tierras», para desarrollar actividades mineras como las relacionadas con la minería, el pastoreo de ganado, la construcción de caminos que tienen un impacto muy serio y fuerte en todo el sistema natural de la Amazonía.
  7. Este desastre en la Amazonía ha afectado a muchos pueblos indígenas, los incendios han llegado a sus territorios, alterando profundamente sus vidas en su hábitat natural. Sin considerar los impactos que los incendios han tenido en la diversidad biológica, en las fuentes de agua y, sobre todo, en la emisión de gases de efecto invernadero que tendrán graves consecuencias para toda la región y el planeta dada la compleja interrelación en la que se encuentran estos factores.

A la luz de todo lo que hemos dicho, y en relación a estos graves y catastróficos aspectos vinculados a estos incendios en la Amazonía, a esta devastación de las tierras y hábitats de los diversos pueblos indígenas que viven en esta formidable cuenca, nosotros, los representantes de esta Organización Interregional (ORPIA), que nos comprometemos con la defensa de estas tierras y recabamos el apoyo de los muchos pueblos indígenas de este lugar, nos proponemos

Las siguientes acciones:

1- Nos declaramos de luto y estamos tristes y profundamente afectados por la devastación y destrucción de vastas áreas de la ardiente selva amazónica, particularmente en la región cruzada por la frontera de tres países: Paraguay, Bolivia y gran parte del territorio de Brasil, que han sido testigos de los incendios más devastadores y extensos.

2- Hacemos un llamado a los Estados-nación que conforman la Amazonía, incluyendo a Venezuela, para que garanticen la protección de la selva y, por lo tanto, su biodiversidad, sus fuentes de agua y, por supuesto, la tierra y el hábitat de los pueblos y comunidades indígenas.

3- Hacemos un llamado a la solidaridad y a la unión de todos los pueblos indígenas de la Amazonía, los habitantes de las naciones que la componen y el resto de los habitantes del mundo, para que los bosques tropicales sudamericanos permanezcan protegidos y sean los más grandes del mundo, garantizando su capacidad de absorción de dióxido de carbono, así como la protección del ciclo del agua, factores clave para la regulación del clima regional y mundial.

4- Como pueblos indígenas amazónicos, seguimos pidiendo y exigiendo al gobierno de Brasil y a todos los países que conforman este sistema, acciones y resoluciones coordinadas para combatir los incendios de manera rápida y eficiente, e implementar de inmediato un plan de evaluación de impacto ambiental para determinar las posibles causas y responsabilidades. También pedimos que se establezcan las mismas salvaguardias y, sobre todo, que se tomen medidas rápidas para proteger a la fauna afectada.

5- Todos trabajaremos conjuntamente con ORPIA y las otras dos grandes organizaciones que reúnen a los pueblos indígenas de Sudamérica, CONIVE y COICA para coordinar un plan de acción y trabajo, para defender, proteger y salvaguardar la Amazonía inmediata.

6- Pedimos a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y al Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas que se pronuncien acerca de la necesidad de una acción inmediata por parte de la comunidad internacional para hacer frente a esta emergencia y formular medidas internacionales para prevenir nuevos desastres en el futuro.

7- Hacemos un llamado a la activación de la cooperación internacional y de otros países con fines solidarios y humanitarios, para que se atiendan las necesidades básicas de las poblaciones afectadas por este flagelo y se tomen medidas para restaurar la biodiversidad afectada.

8- Hacemos un llamado a la unidad y solidaridad de todos los pueblos indígenas de Abya Yala y del mundo para acompañar, denunciar y poner fin al genocidio y ecocidio que sufren los pueblos en los antiguos territorios ancestrales de los pueblos indígenas de la cuenca amazónica.

El equilibrio de la Madre Tierra depende del Amazonas, lo cual significa que su devastación conduce al exterminio de la humanidad.

 

Coordinación de las Organizaciones de los Pueblos Indígenas de la Amazonía, ORPIA, CONIVE, COICA: (Coordinadora de las Organizaciones Indígenas)

 


Traducción del italiano por Nicole Salas