Hace poco un amigo me hizo llegar una pregunta que calificó de trascendental: ¿el calentamiento global –o lo que ahora se denomina cambio climático- obedece a un ciclo natural de la Tierra o ha sido causado por el ser humano? Quien me formuló la pregunta lo hizo acompañándola con un vídeo titulado “La verdad sobre el cambio climático. El negocio de la ONU” donde un ingeniero chileno, Douglas Pollock, expone su pensamiento sobre la materia.
En el vídeo se plantea que toda la parafernalia en torno al tema no sería más que un nuevo fraude al que nos tendría acostumbrados la ONU al hacerse eco de la “gran mentira” del calentamiento global para engordar su corte de burócratas, refugiar a izquierdistas, y/o lucrar con las temáticas de la tecnología renovable, la economía circular y tantas otras yerbas que pululan por estos tiempos. Importa recordar que la ONU es una organización creada a fines de la Segunda Guerra Mundial con el propósito de generar una instancia global que reduzca la posibilidad de nuevas conflagraciones a nivel planetario.
Quien formulara la pregunta afirmó no tener la formación ni siquiera para intentar dar una respuesta. Yo tampoco la tengo, así como tampoco el grueso de los mortales. Son pocos, muy pocos, quienes poseen la formación científica para responder, y quienes la poseen, tienen afirmaciones discordantes. En concreto, no existe consenso en la materia, aunque la opinión ampliamente mayoritaria en el campo científico, es la que está tras la postura de la ONU.
¿Quién tiene la razón? No lo sé, y el caso es ilustrativo de una realidad. En este tema, así como en tantos otros, no existen respuestas únicas. Se han logrado grandes avances científico-tecnológicos, la frontera del conocimiento se ha extendido notablemente, pero así y todo, estamos muy lejos de los caminos únicos. A los expertos les encanta respaldar sus posturas, los resultados de sus experiencias, en base a evidencias. ¿Qué nos dice la realidad? Que allí donde existen controversias, encontraremos evidencias múltiples.
Lo señalado no nos exime de opinar ni tomar postura, no en base a conocimientos que no tenemos, sino a la información que recogemos, nuestras intuiciones, miradas, personalidades. Sin descartar que el cambio climático pueda obedecer a un ciclo natural de la Tierra, me inclino a pensar y quiero creer, que ha sido causado por las actividades del ser humano. Mi postura se sustenta esencialmente en que si es producto del ciclo natural de la Tierra, independiente de lo que hagamos, entonces no tenemos remedio, estamos fritos; por el contrario, si es causado por nosotros y estamos a tiempo de revertir el proceso, pongamos manos a la obra para hacer todo aquello que se requiera para salvarnos. Sería triste que por creer que todo lo que ocurre es independiente de las actividades del ser humano no hagamos nada y nuestros hijos y nietos no sobrevivan cuando capaz que podían salvarse. Más vale prevenir.
Por lo demás, lo que se nos pide no tiene nada de malo, muy por el contrario, se nos exige una producción más limpia, mayor austeridad por parte de quienes están ahogados en el consumismo, un comportamiento más afín con la naturaleza, en sintonía con ella. No creo que haya una mano negra que guía las acciones de la ONU o que la minoría ni la mayoría de los científicos esté siendo cooptada por oscuros intereses capitalistas o socialistas.
Por último, respondiendo la pregunta que encabeza la columna: ¿qué nos dicen los datos duros? Nos dicen que tratemos de informarnos mejor porque resulta evidente que nos faltan datos.