El día de hoy ocurrió una acción pública frente a la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro en memoria de Agatha Félix, quien murió a los 8 años de un tiro, dentro de la furgoneta en la que regresaba de viaje con su madre, disparado por la policía militar.

El lugar de la tragedia es el Complexo do Alemão, barrio de la periferia en la zona norte de la capital fluminense. Es una favela conocida, donde fue instalada la primera Unidad de Policía Pacificadora de la ciudad a partir de 2011.

Este no fue un caso aislado. Solo en 2019, 16 niñas y niños fueron asesinados en operativos de la policía militar en las favelas.

Fue un acto muy sentido y cargado de mucha emoción.

El gobernador del Estado de Rio, Wilson Witzel, ha generado reacciones de repudio por parte de entidades nacionales e internacionales, debido a declaraciones en las que defiende el incremento de operaciones policiales, en las que ahora se pueden utilizar un helicóptero como plataforma de tiro en los operativos. Él ya ha sido denunciado ante la ONU por una política de seguridad desastrosa y perversa.

En la acción, los mejores discursos fueron de los moradores del Complexo do Alemão, uno de ellos enfatizó la necesidad de que todas las siglas de identidades ahí presentes hagan trabajo de base en las comunidades, porque para estas, las siglas no significan nada y necesitan el apoyo de todos en esta escalada de violencia.

Esto plantea un gran desafío para los partidos de izquierda, organizaciones de lucha revolucionaria y del campo progresista también: ampliar sus acciones con base social con un fin en sí mismo, y no solo para obtener resultados electorales con el pretexto de la urgencia de elegir representantes…

Gobiernos federales, estatales y municipales alineados con el fin de transformar Rio de Janeiro en un estado miliciano y teocrático…un infierno en la tierra. Serán años de intensa lucha los que vendrán.


Traducción del portugués por Erika Rodriguez