La conferencia anual de la Asociación de Estudios Bahá’ís reunió a 1400 personas en la capital de Canadá, para un animado debate sobre cómo contribuir al progreso social.
Los estudios bahá’ís implican el esfuerzo de comprender las enseñanzas de Bahá’u’lláh, correlacionarlas con los puntos de vista de la humanidad en diversos campos e intentar aplicarlas a los problemas y desafíos actuales de la humanidad. La 43ª reunión anual de la Asociación de Estudios Bahá’ís, celebrada a principios de este mes en la capital de Canadá, contó con debates estimulantes y animados sobre temas de actualidad. Los 1400 asistentes a la conferencia reflexionaron sobre sus iniciativas para contribuir a la transformación espiritual y social mediante la aplicación de principios como la justicia y la unidad.
«Uno puede criticar las estructuras sociales actuales pero se puede hacer más para, por ejemplo, inspirar una visión esperanzadora de la sociedad», explicó Julia Berger, secretaria del comité ejecutivo de la Asociación.
La conferencia de este año, de cuatro días de duración, también reflejó una revisión importante de la reunión anual de la Asociación. «Hemos tratado de reinventar la conferencia para examinar más detalladamente la vida intelectual de la comunidad bahá’í. Hemos tomado medidas muy deliberadas y estamos destacando iniciativas incipientes pero significativas», afirmó el Dr. Berger.
Una de esas iniciativas es el esfuerzo de la Asociación con «grupos de trabajo», un conjunto de personas que desarrollan la capacidad de participar en una investigación y estudio profesional o académico común. Estos grupos, que se reúnen durante todo el año y se centran en temas como los medios de comunicación, la economía, la salud, la educación y el derecho, están empezando a analizar los supuestos y los conceptos implícitos en sus campos. Los participantes están relacionando esta investigación colaborativa de las preocupaciones y temas más profundos en sus campos con las enseñanzas bahá’ís y las experiencias de la comunidad.
El grupo centrado en la economía, por ejemplo, inició el estudio de diferentes líneas de pensamiento relacionadas con los extremos de riqueza y pobreza. Algunos comenzaron entonces a explorar el papel de la comunidad en la vida económica y cómo los supuestos sobre la naturaleza humana han dado forma al pensamiento y a la práctica económica. La creciente experiencia bahá’í en la construcción de comunidad y la acción social, así como las enseñanzas bahá’ís acerca de la nobleza de la gente, también arrojan luz sobre estos temas.
El objetivo a largo plazo es ayudar a hacer avanzar el pensamiento en diferentes campos de manera que se fomente la aplicación de principios espirituales como la justicia y la unidad a las necesidades de la sociedad, explicó Selvi Adaikkalam Zabihi, quien ayuda a coordinar los grupos de trabajo de la Asociación.
«Nos encontramos en las primeras etapas de esta labor y, a medida que los grupos avanzan, nuestra comprensión evoluciona y aprendemos junto con ellos», señaló Adaikkalam Zabihi.
Entre las charlas plenarias de este año se trataron temas de actualidad como la justicia racial, el desarrollo espiritual y moral de la juventud y la reconciliación con los pueblos indígenas de Canadá. Los organizadores de la conferencia explicaron que querían resaltar los enfoques y principios que puedan contribuir también a la participación bahá’í en los discursos de la sociedad.
La conferencia brindó oportunidades para que las personas fortalezcan su capacidad de participar en conversaciones amplias centradas en el progreso social. Esta participación recoge la contribución de los individuos a los discursos en los espacios sociales y profesionales en los que se encuentran. Las comunidades bahá’ís también contribuyen a los discursos sociales mediante la participación formal de sus instituciones nacionales e internacionales en diversos organismos de la sociedad en la que viven.