La mayoría de los migrantes rescatados por Open Arms todavía están a bordo del barco, inmóvil a unos cientos de metros del puerto de Lampedusa; pero en los últimos días la habitual gestión inhumana de los rescates y desembarcos marítimos ha experimentado algunos cambios.

El punto de inflexión llegó el 14 de agosto con la sentencia del T.A.R. de Lazio, que aceptó la apelación de la ONG española Open Arms y suspendió la prohibición de entrada en aguas territoriales italianas. Como era de esperarse, Salvini la restableció, pero los ministros de defensa Elisabetta Trenta y Danilo Toninelli Transport, que siempre lo habían apoyado hasta el momento, se negaron a firmarlo. Y así, el decreto de seguridad bis tan deseado por el Ministro del Interior se volvió contra él, ya que la prohibición debe ser validada por los otros dos ministros involucrados.

«Tomé esta decisión, motivada por razones legales sólidas, escuchando mi conciencia», explicó Trenta, quien también ordenó a dos barcos de la Armada que escoltaran los Open Arms a Lampedusa. «Nunca debemos olvidar que detrás de las controversias de estos días hay niños y jóvenes que han sufrido violencia y abusos de todo tipo. La política nunca puede perder la humanidad. Por eso no firmé». Uno se pregunta dónde estaba su conciencia cuando cientos de migrantes fueron (y aún son) retenidos durante días en alta mar, en condiciones cada vez más desesperantes; quizás incluso hasta se estipula cálculos políticos y electorales detrás de este cambio de postura hipócrita, por muy bienvenido que sea.

Lo mismo ocurre con Toninelli, según el cual renovar un decreto idéntico al ya rechazado por el T.A.R. habría puesto en ridículo «la parte seria del gobierno, que no es la que traicionó el contrato». Luego reiteró que la línea no cambia. «Aseguramos el barco como nos lo piden los jueces; luego Europa, y sobre todo España cuya bandera ondea en Open Arms, comienzan a asumir sus responsabilidades haciéndose cargo de recibir a 116 migrantes que están a bordo del barco. Nosotros, como Italia, intervenimos para proteger la salud de los 31 menores a bordo, que están en peligro, según lo solicitado por el Primer Ministro y según lo exige la ley, que con razón siempre requiere la tutela de los menores y su protección». También en este caso surge la pregunta: ¿Toninelli ha notado la «situación de peligro» y la necesidad de proteger a los menores a bordo del Open Arms después de dos semanas?

Luego agregó al primer ministro Conte, quien en una carta abierta criticó a Salvini por su obsesión con los puertos cerrados, acusándolo de deslealtad y comunicando la disposición de Francia, Alemania, Rumania, Portugal, España y Luxemburgo para redistribuir a los migrantes. Una disponibilidad que llegó como en todos los demás casos después de vergonzosos aplazamientos y dudas.

Sin embargo, Salvini ha anunciado la intención de apelar ante el Consejo de Estado contra la decisión del T.A.R., a pesar de que sea ejecutiva. Para él existe la posibilidad de una queja por secuestro, un nuevo caso Diciotti, pero esta vez sin la protección conforme de las 5 estrellas. Ayer, una inspección médica determinó las malas condiciones higiénico-sanitarias a bordo del barco, con muchas personas presentando lesiones por armas de fuego mal tratadas y evidentes infecciones. Una conclusión que podría favorecer el desembarco de migrantes por intervención de Agrigento.

Un resultado que, no obstante, todavía parece muy lejano. «Esta noche se llevó a cabo una evacuación urgente de tres personas y un acompañante por complicaciones médicas que requieren atención especializada. Todas las personas a bordo deben ser desembarcadas con urgencia. La humanidad lo impone. Cinco evacuaciones urgentes en 14 días. ¿Qué están esperando para autorizar el desembarco de todas las personas a bordo, que la emergencia médica se vuelva insostenible? ¡Cuánta crueldad!», se lee en la página de Facebook de Open Arms Italia.


Traducción del italiano por Melina Miketta