Diez días después del primer rescate del Ocean Viking sabemos que la espera para poder bajar a tierra todavía puede durar. Aunque en cierto modo el momento del rescate ya está muy lejos, me parece que fue ayer cuando vi a la gente a bordo del Ocean Viking, completamente agotada.
Antes de ser rescatados, la gente pasa muchas horas en el mar en barcos totalmente precarios, sin dormir, sin agua ni comida. Están deshidratados, débiles, sufren mareos, hipotermia, quemaduras causadas por el combustible o el sol.
Después de las primeras 24 horas, comienzan a recuperarse de estos síntomas iniciales. Hoy nuestro trabajo en la clínica a bordo se centra en las infecciones de la piel o de las vías respiratorias, las afecciones más comunes. Pero también tratamos a los heridos de guerra – personas de nacionalidad libia con astillas de granadas a nivel subcutáneo – o adultos con enfermedades crónicas como la diabetes. Estamos tratando de mantener su condición estable. Hasta la fecha hemos realizado 130 evaluaciones médicas y 63 curaciones de heridas. Hacemos todo lo posible, pero somos conscientes de que algunos pacientes serían mejor tratados en tierra.
La emergencia más importante a bordo ahora es psicológica. Estas personas han sufrido y están sufriendo grandes traumas. Muchos han sido torturados o agredidos sexualmente en Libia. Hoy en día, esperar a que el desembarque tenga lugar en un espacio confinado en medio del mar sólo puede empeorar su condición.
La mayoría de los niños a bordo nunca han vivido en un lugar seguro, no saben lo que significa jugar sin correr ningún riesgo. Viven en la ansiedad y la incertidumbre, a veces tenemos la impresión de que este estilo de vida se ha vuelto «normal» para ellos. Pero eso no es normal.
Para algunas de las personas rescatadas, el examen médico de nuestros equipos a bordo es la primera vez en mucho tiempo que alguien les escucha. Algunas personas irrumpen en nuestra clínica con lágrimas, simplemente porque no están acostumbradas a recibir atención y respeto.
Esta es la situación a bordo del Ocean Viking. Todavía no tenemos un refugio seguro para desembarcar, pero continuaremos cuidando a nuestros pacientes con toda la atención que podamos.
Luca Pigozzi, médico de MSF a bordo
Del 9 al 12 de agosto, Ocean Viking, gestionada en colaboración con MSF y SOS MEDITERRANEE, ayudó a 356 personas, 103 de las cuales eran niños o menores de 18 años, la mayoría no acompañados.
El 13 de agosto pedimos a Italia y Malta que coordinaran y asignaran un puerto de desembarque seguro. Malta se negó a asumir la coordinación, Italia no respondió. También nos interesan otros Estados europeos en un intento de encontrar una solución oportuna para garantizar que todas las personas rescatadas sean desembarcadas en un puerto seguro.
Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide