Por Marcelo Castillo Duvachelle*
Los graves hechos de Fuerzas Especiales reprimiendo a estudiantes, que se vienen repitiendo sistemáticamente en algunos liceos chilenos pero con niveles extremos en el Instituto Nacional de Santiago, dicen por sí mismo que aquí hay un fracaso rotundo de la comunicación entre el alcalde en su calidad de sostenedor y la comunidad institutana. Llevamos demasiado tiempo viendo disparos de argumentos y acusaciones inconducentes que nada resuelven. Al parecer con tanto humo lacrimógeno, desde el municipio se ha dejado de ver la comunicación como un objetivo imprescindible y a la vez estratégico.
Está claro que el uso y abuso Fuerzas Especiales no hace más que acrecentar la incomunicación, el desencuentro, la animadversión, mientras avanza el año y todos siguen pasándolo pésimo, especialmente estudiantes y sus familias, también, profesores/as y trabajadores/as del Instituto Nacional.
La comunicación es un elemento vital para las relaciones humanas, en el caso del Instituto Nacional en grave crisis, se hace un imperativo. Me parece que no ver la urgencia de que dicho elemento guíe hacia un camino de salida, es de una irresponsabilidad inexcusable. Pero … ¿Quién tiene más responsabilidad en lograr que se produzca la comunicación que lleve a un acercamiento y por cierto a una solución de fondo? ¿Los jóvenes y adolescentes que se están formando o el mundo adulto? llámese sostenedor, docentes directivos y de aula, padres y apoderados. Por supuesto, el sentido común, me dice lo segundo: el mundo adulto, por muchas razones. Dentro de éste, me detengo en el cargo que tiene las más altas atribuciones para generar esos espacios de diálogo verdadero que han faltado, el Alcalde de Santiago Felipe Alessandri …
Señor Alessandri, se lo pido como un profesor habitante de Santiago que no está involucrado directamente pero que sí ve con preocupación la continuidad de la violencia en un espacio que tiene una larga historia como formadora de personas con pensamiento crítico y reflexivo, tómese el tiempo que se necesita para escuchar a los estudiantes, a los profesores y apoderados del Instituto Nacional, pero no sólo a un sector, o sea, a quienes han creído que con Aula Segura y normas más rígidas se va a resolver algo, sector que le dice cosas que a usted le acomoda, escuche a todos (escuchar es más que oír), haga el esfuerzo de entender las distintas visiones, también las posturas incómodas, hágase un panorama completo y no parcial de la crisis del Instituto Nacional, además, como la situación sería diálogo y no monólogo, usted también será escuchado, ¿No le parece ayudaría al acercamiento y entendimiento de posturas?.
Escuchar señor alcalde, escuchar, abandone las amenazas de cierre del establecimiento y de penas del infierno a quienes infringen su cuestionada ley de Aula Segura, mejor aún si lo hace, tomando cierta distancia por un rato del cargo, no tenga miedo de reconocer el comprobado fracaso de esa idea de judicializar, criminalizar, amenazar, reprimir niños de 15 o 16 años, tratándose de un establecimiento educacional, donde debiese siempre prevalecer el punto de vista pedagógico. No tenga miedo de emplazarse como un ser humano que se comunica mirándose a los ojos con otros seres humanos, verá como todo se hace más fluido y las soluciones verdaderas comenzarían a asomar. Su cargo señor alcalde es efímero, no deje pasar la oportunidad de hacer algo positivo para los estudiantes, para toda la comunidad institutana y para la educación pública chilena.
Ya sé que estoy pecando de iluso al dirigir estas palabras a uno de los alcaldes más tozudos y más violentos con el estudiantado santiaguino de la historia reciente, pero capaz que un día esto se le cuele entre los mensajes de su zona de comodidad y en una de esas, lo deje meditando un rato, ídem en el caso de mis vecinos de la comuna que votaron para que Alessandri llegara ahí al sillón municipal de Santiago.
Termino con una máxima sabia del Humanismo Universalista, que tiene relación con el tema aquí tratado: “La violencia se aprende, la no violencia también”
*Profesor Colegiado Marcelo Castillo Duvauchelle, Magister en Educación, mención Liderazgo Transformacional. Miembro del Departamento de Educación y Perfeccionamiento – Colegio de Profesores. Miembro del Movimiento Refundación Gremial y Pedagógica