Mario Golemba tenía 27 años. El 27 de marzo de 2008 salió de su casa, ubicada en Picada Indumar, localidad de Dos Mayo, provincia de Misiones, y se dirigió hacia Oberá, donde mantuvo una audiencia médica en una clínica privada. Esa noche no regresó a su hogar y la familia radicó la denuncia. En el transcurso de 11 años, la única hipótesis a la cual la familia le dio asidero y pidió profundizar, afirma que Mario Golemba fue visto por testigos en la noche del 27 de marzo de 2008, estando esposado y siendo golpeado en la comisaría de Dos de Mayo. Por el caso no hay detenidos y desde hace varios años se desconocen las actuaciones del Juzgado interviniente en pos del esclarecimiento del caso.

 

En una reciente audiencia entre Eliezer Golemba –hermano menor de Mario Fabián Golemba (quien permanece desaparecido desde el 27 de marzo de 2008)– y la jueza Alba Kunzman de Gauchat –del Juzgado de Instrucción N°1 de Oberá–, el representante familiar solicitó a la magistrada el acceso al expediente judicial, para poder conocer y analizar, a 11 años y 5 meses de la desaparición de Mario, el historial de actuaciones y el estado actual de un caso que permanece totalmente impune.

La respuesta de la jueza Gauchat fue negativa. Así, de acuerdo a lo expuesto por Eliezer Golemba a este cronista, la familia del colono desaparecido sigue sin poder acceder al Expediente 902/08 (“Golemba, Antonio s/ denuncia desaparición de persona”) donde se recopilan todas las actuaciones policiales (allanamientos, informes especiales, etc) labradas ante las distintas hipótesis relativas al caso. Según la propia jueza Gauchat, este documento posee “ocho cuerpos” y “un número considerable de incidentes”.

En su diligencia, aprovechando unos efímeros días de vacaciones (ya que vive en Resistencia, Chaco), Eliezer Golemba acudió además al Juzgado de la Secretaría 2 en San Vicente donde se tramita una segunda causa judicial (Expediente 44306/2017 “Golemba Antonio s/ Declcración de Ausencia –Acción Declarativa”). Allí se reunió con el juez Demetrio Cuenca, quien le exhibió documentación relativa a un pedido que este magistrado hiciera a la jueza Gauchat solictándole también acceso al expediente por la causa de desaparición . Este pedido fue realizado en 2017 pero también fue denegado por la jueza Gauchat, quien esa esa ocasión adujo un problema de “voluminosidad”.

Esta fue la primera intervención directa de Eliezer como familiar de Mario Golemba ante estratos judiciales. Anteriormente, quien mayormente ocupó ese rol fue don Antonio Golemba, el padre de Mario, a quien se le fue la vida intentando saber que pasó con su hijo.

“Sólo exigimos justicia”

–¿Cómo observa la familia el estado de la causa judicial por la desaparición de Mario?

–Luego de la muerte de papá, que era el que llevaba adelante esta lucha, tuvimos un período de reorganización familiar. Mi mamá se vino a vivir al Chaco, yo me recibí y comencé inmediatamente a trabajar; teníamos que encargarnos de resolver muchas cosas, porque dejamos la provincia. Todo ello fue muy cansador física y mentalmente. Lamentablemente la causa de Mario no la pudimos seguir llevando adelante como se merece por una cuestión lógica de que estábamos y estamos en emergencia constante. Pero en un momento, era necesario retomar todo, especialmente en lo legal. Por ende surge la necesidad de ver en dónde estábamos parados, y sinceramente yo nunca estuve muy al tanto de todos los detalles en cuanto a los papeles de la causa. Aproveché que la feria judicial de Misiones no coincidía con las vacaciones de acá del Chaco y viajé a la provincia a interiorizarme.

–¿Dónde están radicadas las causas?

–Hay dos causas. Una por desaparición, que surge de la denuncia de mi papá, que está en Oberá. Y otra que iniciamos con mi mamá, puesto que a medida que pasaban los años, Mario no estaba pero sí, es decir, seguía y sigue estando en el sistema, a tal punto que aparece en el padrón electoral en cada comicio. Esa segunda anduvo de aquí para allá: fue a San Vicente, después a Aristóbulo y ahora está en San Vicente otra vez, porque los jueces se declaraban incompetentes para tratar el asunto.

Por eso esta vez fui a San Vicente, me equivoqué de Juzgado, me mandaron a Aristóbulo y allá me dijeron que estaba en San Vicente. Ese día ya no pude hacer nada porque entre un viaje y otro, se me fue la mañana (cierra todo entre 12 y 12:30). Entonces decidí viajar a Oberá ese mismo día (era miércoles 2 de julio) a quedarme en la casa de un primo en una colonia cercana, para el jueves temprano ir hasta el juzgado de Oberá.

–¿Con qué panorama se encontró en el Juzgado de Oberá?

–Esperé, me atendieron en una ventanilla y pedí ver la causa de Mario Golemba. Me presenté como el hermano de él. El recepcionista comienza a buscar y como que no la encontraba, pregunta al de al lado por un código y nada, por lo que se va hacia el fondo (a otra oficina) y al volver me dice: “espere un momento que la jueza se desocupa y lo va atender personalmente”. La jueza fue cordial y me siento agradecido por el tiempo que me dedicó. Pero a pesar de haberme explicado algunos tecnicismos de la causa, cuando le solicité ver el expediente, poder acceder al mismo, ella se negó. Hice mención a que llevamos más de 11 años sin avances en la causa y que mi padre ya no estaba, que falleció buscando una verdad que aún sigue sin aparecer. Le pedí a la jueza que la causa se reactive, que se investigue a fondo y se conozca la verdad sobre lo que pasó con Mario. No podemos seguir con tanta impunidad. Pedimos el acceso pleno al expediente porque queremos saber qué es lo que se hizo hasta ahora, qué se está haciendo concretamente y analizar un nuevo rumbo para esta causa.