Reconocemos la legítima aspiración de las personas a liberarse de los trabajos penosos, de los trabajos que no sirven para nada, de los trabajos basura, como los definen algunos. De ahí que aboguemos por que las máquinas, cada vez más, nos liberen de esos trabajos.
Por Antonio Pacheco*
Entendemos por trabajo cualquier actividad que se realiza para producir algún bien, este bien puede ser material (una cuchara) o inmaterial (una fórmula matemática). Esta producción puede ser beneficiosa (El Quijote) o destructiva (una bomba). Cuando estos trabajos son pagados se les llama empleos. Hay trabajos no pagados que producen bienes para la sociedad, como el trabajo de cuidado de los hijos, el trabajo voluntario, etc…
En nuestros estudios sobre el ser humano, hemos constatado que somos seres a los que nos gusta trabajar para mejorar nuestras condiciones de vida y las de los que nos rodean, que nos gusta superar los condicionamientos que nos producen sufrimiento y que nos cierran el futuro, no dejándonos avanzar. Un estudio en la Universidad de Oxford concluye que el 47% de los ingleses detesta el empleo que desarrolla, en otros estudios se concluye que hasta el 80% de los empleos en el mundo “desarrollado” no producen nada beneficioso e incluso son destructivos. No nos importa realizar trabajos desagradables, cuando son elegidos y/o solidarios; sí nos importa ser usados para hacerle el trabajo sucio a otros y más si esos otros lo pueden realizar por sí mismos.
Para los Humanistas por la Renta Básica Universal, lo más importante es la libertad, la liberación de los condicionamientos, la superación del sufrimiento. Es por eso que reconocemos la legítima aspiración de las personas a liberarse de los trabajos penosos, de los trabajos que no sirven para nada, de los trabajos de mierda, como los definen algunos. De ahí que aboguemos por que las máquinas, cada vez más, nos liberen de esos trabajos. Defendemos la Renta Básica Universal e Incondicional (RBUI) como manera de que la gente elija qué tipo de trabajo quiere desarrollar y si quiere o no tener empleo. Ojalá mucha gente optase por conformarse con una modesta RBUI para vivir, esto significaría que hemos elegido consumir menos y le estaríamos haciendo un favor a la humanidad, no contribuyendo al despilfarro de recursos y a la contaminación del planeta. Por desgracia, menos del 4% de los empleados dejaría su empleo por una RBUI. E incluso la gente que ha sido agraciada con un sueldo para toda la vida (Nescafé, ONCE, etc), muy superior a la cuantía de una RBUI, no ha dejado de trabajar. En España tenemos alrededor del 20% de desempleo, por lo que no pasaría nada si mucha gente más eligiera renunciar a tener un trabajo remunerado.
Hoy el empleo no es garantía de ingresos suficientes ni de integración social. En las condiciones actuales, con una jornada semanal de 40 horas, no hay empleo suficiente para todos e, incluso, tener un empleo no garantiza dejar de ser pobre: en España hay 13 millones de personas en riesgo de pobreza y de exclusión social, el 30% de las cuales posee un empleo. Desde otras posiciones ideológicas, algunos pretenden seguir haciendo del empleo la centralidad de la vida de las personas y quieren que dependa su existencia material de él. No quieren reconocer su fracaso en la implementación del socialismo real y el fracaso del pacto social que contemplaba al empleo como garante de los ingresos necesarios para llevar una vida acorde con la dignidad de las personas. Hace tiempo que se rompió ese contrato social y hoy cada vez es más común la falta de empleo, el precariado y los trabajadores pobres.
Humanistas por la Renta Básica Universal defendemos la RBUI para acabar de inmediato con la pobreza, desvincular la existencia material del empleo y establecer una seguridad económica que contribuya a la libertad de las personas. Esto en nada se opone a seguir reivindicando el derecho a un empleo digno para todos, el reparto del trabajo, la reducción de la jornada laboral y la creación de empleos necesarios y de calidad. Optamos por la libertad de las personas para elegir las condiciones en las que quieren vivir y, si su deseo es liberarse del trabajo sufriente, es en esa dirección en la que queremos caminar. Por eso defendemos la RBUI.
Antonio Pacheco es miembro del colectivo Humanistas por la Renta Básica Universal