El grupo ecologista Extinction Rebellion volvió hoy a las calles del Reino Unido para protestar contra la inacción oficial ante el cambio climático, y en solidaridad con los activistas detenidos en las manifestaciones de abril pasado.
Estamos aquí para exigir al sistema legal que asuma su responsabilidad frente a esta crisis, y también para solidarizarnos con los activistas del mundo que sacrifican su libertad para pelear por la justicia climática, explicó la organización ambientalista.
A diferencia de abril pasado, cuando las protestas se concentraron durante 11 días en Londres, los manifestantes cerraron las calles en Cardiff, Glasgow, Bristol y Leeds, además de la capital.
En cada una de esas ciudades, Extinction Rebellion desplegó sendos botes de diferentes colores, cada uno bautizado con el nombre de alguno de sus miembros que fueron arrestados tres meses atrás, y que esta semana deben comparecer ante la justicia.
En el caso de Londres, la embarcación azul que recorrió varias calles del centro de la urbe hasta ‘anclar’ frente a la sede de la Real Corte de Justicia, se nombraba Polly Higgins, en honor a una abogada fallecida en abril pasado, y que dedicó su vida a luchar porque el ecocidio fuera clasificado como un delito.
Extinction Rebellion, que asegura contar con 331 filiales en 49 países y exige al Gobierno británico que declare una emergencia climática, anunció que en esta ocasión planean ‘una revuelta veraniega’ de cinco días.
El grupo ecologista demanda también a las autoridades que se tomen medidas legalmente vinculantes para reducir a cero las emisiones de carbono causantes del llamado efecto invernadero, y que permitan a las asambleas ciudadana aprobar el plan de acción contra la tragedia ambiental que se avecina.
A raíz de las protestas de abril pasado, la Cámara de los Comunes declaró la emergencia climática, y posteriormente el Gobierno anunció que para 2050, el Reino Unido reducirá a cero sus emisiones.
La víspera, el líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, afirmó, sin embargo, que el ejecutivo conservador oculta la verdadera contribución del país al cambio climático, al medir solo la huella de carbono asociada a la producción y no al consumo.
Eso no es reducir las emisiones globales, sino pasarle la pelota a los países más pobres, sentenció Corbyn, quien adelantó que de llegar al poder, su partido mostrará un verdadero liderazgo internacional, al convertir al Reino Unido en la primera economía mundial en medir tanto las emisiones que importa como las que produce.