Por José Gabriel Feres*
Qué duda puede caber que los humanistas repudiamos y rechazamos la práctica de violación de los Derechos Humanos venga de donde venga. No sólo nos respaldan nuestra ideología y nuestros principios, sino que principalmente nuestra lucha contra todos los que los violan, en Chile y en el mundo, muchos de los cuales se auto-proclaman defensores de los mismos.
La prensa ha dado a conocer el informe de Bachelet, pero lo que han hecho mayormente ha sido rescatar del informe aquellos considerandos que les permiten reafirmar la posición que ya tenían de antemano. ¿Que difusión ha tenido por su parte el amplio escrito con comentarios ordenados en 60 puntos, con que el estado venezolano hizo correcciones al informe y desveló errores del mismo? El indicador mas evidente del sesgo del informe de Bachelet es que, como es su obligación de acuerdo al protocolo de las Naciones Unidas, el gobierno de Venezuela recibió el informe antes de su publicación y se le solicitaba su opinión y se le pedía se sugirieran correcciones ¿Cuantas de las observaciones realizadas en esos 60 puntos fueron incorporadas, o al menos consideradas, en el informe?: absolutamente ninguna y ni siquiera aparece mención alguna a ellas. Bachelet emite juicio, pero no considera para nada los elementos que Venezuela aporta como defensa. Por otra parte, produce gran extrañeza que no se haga la mas mínima referencia al embargo y bloqueo de EE.UU. y a todos sus intentos por producir un golpe militar y un derrocamiento del gobierno venezolano.
El informe es sesgado y poco objetivo, tiene serias omisiones y, según declara el estado venezolano, esta plagado de errores. No se puede dar opinión sobre un informe sobre el cual no se confía y que suscita además un cúmulo de dudas sobre su imparcialidad y credibilidad.
Quien lo emite es la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DD.HH. (OACNUDH) y su actual encargada Michelle Bachelet. No se puede obviar que dicha oficina, que está en el contexto actual de las Naciones Unidas, no está exenta de los problemas estructurales y de influencia a que está sometido actualmente dicho organismo. Por otra parte, su actual responsable –con formación en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos del Ejercito, ANEPE y el Colegio Interamericano de Defensa, ubicado en Washington D. C.– ex Presidenta de Chile en dos períodos, no puede mostrar un comportamiento ejemplar ni referencial en este tema: co-gestora en la creación del Grupo de Lima, que ha buscado crear condiciones para justificar una intervención militar en Venezuela; en sus dos períodos, ha aplicado la ley antiterrorista y reprimido al pueblo mapuche; varios homicidios no aclarados de mapuche ocurridos durante sus dos gobiernos; diseñó la denominada “Operación Huracán” para criminalizar a los líderes mapuche; uso excesivo de la fuerza policial en la represión contra trabajadores y estudiantes secundarios y universitarios en las constantes manifestaciones durante su gobierno; no cumplimiento de su compromiso de cerrar el presidio cinco estrellas de Punta Peuco; postergación de las legitimas reivindicaciones de reparación de los sometidos a tortura señalados por la Comisión Valech; por nombrar algunos.
Por las razones enumeradas volvemos a refirmar nuestra posición contraria a la injerencia externa promovida por el Grupo de Lima y EE.UU. que alimenta la generación de una guerra civil en Venezuela y llamamos al gobierno y a las organizaciones políticas y sociales, a colaborar en todas las iniciativas que promuevan el diálogo interno, no alimenten la confrontación y ayuden a avanzar por sobre el conflicto actual en nuestro país hermano.
* Vice-Presidente Partido Humanista