El neoliberalismo que gobernó Grecia hasta 2014 despedazó el Estado, privatizó todo lo que pudo privatizar y más. Solo la resistencia popular logró frenar esa venta compulsiva de todos los activos nacionales. El rechazo a esas políticas de entrega, llevó a la izquierda al poder, encarnada en Syriza y el presidente Alexis Tsipras. En 2015 en un plebiscito convocado por el propio gobierno se consultó a la población si se debían acatar los compromisos de deuda que mantenía el Estado o se debía renegociar. El pueblo dijo que Oxi, o sea que no. Pero rápidamente las amenazas del Banco Central Europeo, de la Comisión Europea, del FMI y del Banco Mundial dieron por traste con los intentos de independencia económica.
Desde entonces, Syriza solo ha intentando menguar los desastres sociales provocados por el neoliberalismo. El 7 de julio hubo elecciones en Grecia. Para contarnos qué nuevo escenario comienza a asomar, hablaremos en Pressenza Internacional En la Oreja con Marianella Kloka, editora responsable de Pressenza en Griego.
El programa se emite cada viernes a las 9 am por Pichincha Universal y lo repiten Radio Hache de Argentina, Radio Temblor de Panamá, ALER y Radio Guiniguada de España.
Podríamos decir que la gente le dio la espalda a Syriza por lo que hizo, o lo que no hizo, pero es más difícil entender por qué la gente votó, vuelve a votar a quienes los habían llevado a una situación tan dramática hace tan poquito tiempo.
Antes que nada quiero recordar a la gente que nos escucha que el de Syriza es el primer gobierno que completó su mandato en los últimos diez años. Eso es importante porque tuvimos un grave período de inestabilidad con gobiernos, que uno después del otro, tenían solo un año, año y medio de vida. Quiere decir que nadie podrá decir que Syriza no tuvo el tiempo de hacer lo que quería, lo que al menos pensaban hacer. Esa es una cuestión interesante.
La otra es que votaron el 58 % del cuerpo electoral, un 8 % más que la mitad de los padrones, eso es interesante porque muchos gobierno llegaron al cargo con elecciones de la mitad del electorado o menos. Y otra cosa importante es que Syriza como segundo partido tiene una distancia con Nueva Democracia de solo 400 mil votos, sin embargo en el Parlamento la derecha tiene 168 y el segundo 86. Así que algo pasa también con el modo en qué votamos, no solamente los motivos de lo que vamos a hablar, pero el modelo del sistema electoral es un tema importante.
Y ahora, el tema del por qué de todo esto. Hay una gran parte de gente que no votó a Syriza por su postura después del referéndum de julio de 2015, ya que la mayoría no quería seguir con estas políticas de austeridad y por algunas políticas que aplicó en el campo económico, que fueron totalmente en contra de lo que se supone que sería un gobierno de izquierda y también en contra de las promesas previas a las elecciones. Obviamente, sabemos que todo esto pasa en una época, en una Europa unida que hace las cosas bastante más difíciles para los países que no quieren imponer leyes de austeridad. Eso es lo que podemos decir y si vemos la situación globalmente, podemos ver que en varios continentes hay una gran desorientación, y se va a votar protegiendo los intereses de pocos, que de alguna manera, piensa la gente que eso le va a beneficiar y creo que eso es porque el neoliberalismo sabe manejar los medios de comunicación, cada vez más. Peor aún, en algunos casos como también en Grecia, se incluye gente que maneja los medios de comunicación y algunos partidos tratan de confrontar esas políticas, pero no hacen las cosas que prometen y la gente queda desilusionada.
Nos estás hablando de ese contesto donde llegan al poder, cada vez más, gobiernos con ideas muy extremistas y, la verdad, que la agenda de relaciones exteriores griega es bien compleja. Por un lado la revisión de sus políticas fiscales por entes europeos cada tres meses. Por otro, la creciente tensión con Turquía por los recursos naturales en los alrededores de Chipre, su alianza energética con Egipto e Israel, países convulsionados. Y, claro está, el tema fronterizo y de denominación con Macedonia del Norte. No sé si son temas que llegaron en la agenda de los conservadores o si son temas “cargados” en la población.
Son muy cargados. La cosa con Israel tuvo gran resistencia en la gente de izquierda y Syriza jugó una posición bastante en favor de los intereses y no en favor de Israel, diría, Israel es parte de los intereses. Por otro lado, el tema de Macedonia era un tema bastante difícil y el partido que ahora está en el gobierno tuvo una postura de utilizar el tema, estaban en contra del modo en que se obtuvo el nombre de Macedonia, movilizó gente en contra de Syriza y ahora que está en el gobierno, no va a hacer nada para cambiarlo, porque era un tema bastante impuesto por los Estados Unidos, así que sabía de antemano que no tiene mucha cosa para cambiar. Lo utilizó con fines electorales.
El primer día del Primer Ministro hizo circular una serie de decretos presidenciales para hacer cuatro reestructuraciones, que marcan un poco la dirección de su gobierno. Pasa a su oficina directa, la secretaría de prensa y comunicación; anula el ministerio de Migraciones y lo pasa como secretaría bajo el ministerio de Protección Civil, que en Grecia la Protección Civil es la policía; saca la temática de Investigación del ministerio de Educación, donde estaba y la pasa al ministerio de Desarrollo; y como último saca la secretaría de Derechos Humanos del ministerio de Justicia y la pone también en manos de la policía, a través de Protección Civil. Es interesante este primer marco de dirección del gobierno.
Con esto que nos estás contando, Marianella, estás respondiendo en parte lo que te quería preguntar. Si le molestaba a parte de los griegos esa facilidad de Tsipras de colaborar con los intereses extranjeros, que los podemos ver en Europa o más allá en Estados Unidos, Israel, etc… Pero el nuevo primer ministro Kyriakos Mitsotakis viene con una agenda de mucho más apoyo a estos intereses extranjeros y eso hay que entenderlo en lo que tiene que ver con la persecución de los migrantes, Grecia va a volver a ser el alguacil de las fronteras y también entrando en la tensión bélica contra Rusia, con la OTAN. La parte de migrantes, ya nos estás contando que hay una clara decisión de entrar en ese juego, ¿cómo ves lo otro, lo de la OTAN; lo de Rusia?
La contra de Rusia es muy grande en toda Europa Unida y sabemos que Mitsotakis va a estar a favor de las políticas de la OTAN. Lo peor era que Tsipras, el primer ministro anterior, también estaba a favor de las mismas políticas, eso es algo que desilusionó a mucha gente que creía en Tsipras y creía en la izquierda. No es que la gente pensaba que iba a haber confrontación con la OTAN, pero tampoco es bueno lo que ocurrió un año y medio atrás cuando nuestro exprimer ministro de SYriza hizo la visita a la Casa Blanca y Trump lo nombró como el mejor cliente. Entonces, entendemos que no era exactamente lo que la gente creía votar, Syriza no era lo que estaban esperando.
¿Qué se espera de los movimientos sociales?
Creo que ahora los movimientos vinieron otra vez, la gente sigue activa en varios proyectos alternativos, hay mucha gente que piensa globalmente y está actuando localmente con proyectos alternativos, de otras economías, muchas cosas. Y creo que nuestra energía, nuestra mirada y si se puede, nuestra acción tiene que estar totalmente puesta en este lado.
En apoyar esos movimientos incipientes.
Sí, apoyar lo que se pueda y prestar atención a lo que está pasando ahí, porque todo lo otro es bastante problemático. Otra cosa positiva que podemos rescatar de todas estas elecciones griegas, es que somos el único país de Europa que hemos dejado afuera del Parlamento a Aurora Dorada, que era el partido neonazi. En el mismo momento que en toda Europa esta fuerza está creciendo, esa es una victoria de la gente que fue a votar.