Domingo, 26 de mayo de 2019 | Celebración anual del Día de los Caídos en el Parque Battery, frente al East Coast Memorial en el muelle, cerca del ferry de la Estatua de la Libertad.
Discurso de Susan Schnall
Buenas tardes. Mi nombre es Susan Schnall-Yo soy una veterana de la Marina de los Estados Unidos y serví dos años en servicio activo en Oakland, California, cuidando a los militares heridos que regresaron del sudeste de Asia de 1967 a 1969. Soy Presidenta del Capítulo de Nueva York de Veteranos por la Paz y miembro de Veteranos de Vietnam contra la Guerra.
Gracias a todos por venir a esta celebración del Día de los Caídos, en memoria del verdadero significado de este día.
Usualmente comenzamos con una invocación del Capitán James Yee, un ex-capellán musulmán de los Estados Unidos que ha experimentado de primera mano la discriminación religiosa. Él lo veía como un capellán musulmán destinado en el centro de detención de Guantánamo donde, cuando se oponía a los abusos religiosos contra los prisioneros, él mismo era acusado de ser un espía. El Capitán James Yee es un graduado de West Point que fue arrestado y encarcelado en un calabozo naval en confinamiento solitario durante 76 días en septiembre de 2003, acusado falsamente por el gobierno de espionaje y ayuda al enemigo. Todos los cargos criminales fueron retirados eventualmente; su historial fue borrado; fue reincorporado a sus funciones en Fort Lewis, en Washington. Renunció al Ejército de los Estados Unidos y recibió una baja honorable el 7 de enero de 2005.
Desafortunadamente, el Capitán Yee está enfermo hoy. Lo tenemos en nuestros pensamientos mientras guardamos un momento de silencio por todos aquellos que sufren de violencia y guerra en el mundo de hoy. Me gustaría dedicar el momento de silencio de este año a nuestro querido amigo Bud Korotzer.
Para la mayoría de los estadounidenses, el Día de los Caídos es un fin de semana de tres días que significa el comienzo del verano, ese fin de semana en el que se nos dice que conduzcamos con cuidado. A través de la televisión, somos testigos de los miles de automovilistas en la carretera, oímos a los reporteros de noticias describir los atascos de tráfico en las carreteras y las largas líneas de seguridad en los aeropuertos. Y, por supuesto, vemos ventas por todas partes, como si se pudiera celebrar la muerte de soldados y civiles en tiempos de guerra comprando ropa o una lavadora. «Que tengas un feliz Día de los Caídos», me dicen mis amigos, ¿un feliz Día de los Caídos? ¿Es posible tener un día feliz cuando se conmemora a los que murieron en la guerra?
Oye, América, despierta y escúchame: estamos en guerra en este país, en esta tierra, estamos matando a nuestros hijos, nos hemos convertido en el monstruo del mundo que produce más armamento, más naves de guerra, más drones que aniquilan a comunidades enteras con sólo apretar un botón, destruimos a nuestros jóvenes, matamos impunemente a niños de escuela, envenenamos el suministro de agua y de alimentos, les damos todo a los ricos – gran riqueza económica y poder político para que puedan tener más oportunidades de poder y dinero mientras nosotros matamos de hambre a los pobres, los denigramos con viviendas de calidad inferior, educación de calidad inferior, falta de oportunidades de trabajo decente, y luego les ofrecemos una salida al unirse a los militares. Armamos a los departamentos de policía con armamento militar que destruye y mata, no es necesario un juicio para los pobres y los desfavorecidos.
Tomar la decisión de que una nación vaya a la guerra debe incluir a aquellos que van a la guerra como parte de ese proceso. Debe incluir a aquellos que están obligados a dar el último sacrificio. Y la guerra debe incluir un sacrificio igual por parte de todos. Si no estoy dispuesto a enviar a mi hijo a la batalla, si no estoy dispuesto a luchar, no tengo derecho a enviar a otro. Hasta que esos políticos, esos líderes corporativos, esos miembros del Congreso, el Presidente de los Estados Unidos, no envíen a sus hijos al peligro, no tienen derecho a enviar a mi hijo, o a tu hijo, o a cualquier otra persona.
Y sin embargo, enviamos nuestro poderío militar a todo el mundo y lo usamos contra la gente de color aquí.
Estados Unidos, en qué nos hemos convertido, que el Día de los Caídos, el día de reconocer a los muertos en guerra, se ha convertido en un día festivo, se ha convertido en un día de ventas, se ha convertido en el epítome del capitalismo estadounidense. ¿Cómo es que los bienes materiales y las vacaciones se convirtieron en sinónimo de honrar respetuosamente a los muertos de guerra? ¿Cómo nos volvimos inmunes a los niños muertos en Chicago, en Parkland, asesinados por la violencia armada, cómo nos volvimos inmunes al asesinato de niños de escuela por las armas de fuego producidas en Estados Unidos, por los tiradores producidos en Estados Unidos? Exportamos nuestra violencia militar al mejor postor. América, nosotros suministramos las armas que se usan para matar a los escolares en Yemen, les apuntamos a ellos, a sus autobuses escolares. Matamos de hambre a los niños en Siria, al igual que matamos de hambre a los niños en Venezuela. América, buscamos las guerras como salidas para nuestra industria de municiones. Perpetuamos la violencia en el Medio Oriente: matamos de hambre, encarcelamos, atacamos a los niños en Gaza, a los niños palestinos en la Ribera Occidental.
Estados Unidos, somos los mayores proveedores de violencia en el mundo de hoy, y celebramos nuestra economía de guerra con tres días festivos y grandes eventos de ventas.
Se supone que el Día de los Caídos es el día designado para recordar y honrar a los que murieron en la guerra. Este es el día para visitar a los seres queridos en los cementerios y monumentos.
Este es el día para recordar a los muertos de guerra y prometer no más violencia y muerte.
Somos Veteranos por la Paz, Veteranos de Vietnam contra la Guerra, Consejo de Paz de Veteranos, ¡y decimos no más guerra! Hemos estado en la guerra y hemos sido parte de su destrucción; hemos sido testigos de los horrores de los conflictos armados; hemos sido parte de la deshumanización de aquellos considerados enemigos de los Estados Unidos, y decimos ¡no más guerra!
¡No más guerra!
Traducción del inglés de: Antonella Ayala