Encuentro con las mujeres de la Soka Gakkai en los renovados Jardines del Verano.
El 15 de junio de 2019, fuimos invitados como representantes de la «Casa Umanista» y de la organización sin ánimo de lucro «Energia per i diritti Umani «, en el barrio de San Lorenzo de Roma, a un modesto evento que se enmarca dentro de un gran evento internacional, en un pequeño pero especial lugar por su valor intrínseco en su establecimiento. Hablaremos de ambas situaciones porque merecen un análisis cuidadoso.
Empecemos por el «dónde». Estamos frente a la entrada del Cementerio Monumental, al final del barrio de San Lorenzo, en medio de la Piazzale del Verano. En este cruce lleno de tráfico de autobuses y coches, una isla se está levantando lenta pero firmemente, un oasis de verdor, ecología, bienestar, cultura, encuentro.
Es el espacio «Habicura», impulsado desde hace varios años por la pasión y la perseverancia de Emanuele Caputo, nacido en el barrio, fundador de la asociación cultural «Beba do Samba», que tiene su sede desde hace años en la zona, animando la escena cultural con conciertos, presentaciones de libros y campañas sociales (entre ellas la primera Marcha por la Paz y la No-Violencia de 2010) hace seis años decidió que quería, debía, volver a desarrollar los espacios verdes del populoso barrio dándole vida y dignidad social.
Sin licitación ni autorización, tomó una Villa Mercede abandonada y durante tres años la renovó y revivió a sus expensas y a las de la asociación. Luego vino el anuncio del Ayuntamiento para la gestión, sin aportaciones, de los espacios urbanos con el fin de mejorarlos y animarlos culturalmente. Aquí entonces la Asociación consigue poder «recuperar» un gran parterre casi en el centro de Piazzale del Verano, entre la zona de tráfico pesado y el cementerio, dentro de lo que con el tiempo se había convertido en una gran zona de aparcamiento y bivouac.
Dándole un nombre a ese lugar, les devolvió a todas luces los «Jardines del Verano«, un lugar donde de niño Emmanuel recordaba que se jugaba al fútbol mientras las madres disfrutaban de la frescura. Un lugar donde siempre han convivido sin problemas con una población fronteriza (ahora en crecimiento social) que, alojada por la comunidad del párroco de la cercana basílica, se encontraba en los bancos.
El primer año sólo limpiaron toda el área del islote más grande de las áreas verdes, y durante el día ofrecieron masajes gratuitos. Nada de actividades nocturnas. En el segundo año finalmente instalaron los primeros kioscos, encendieron las primeras luces, trajeron agua, el primer escenario y durante 4 meses empezaron a ofrecer eventos culturales, música, espacio de bienestar, etc., con una buena participación.
Este último año se ha elevado un poco la exigencia, no sólo desde el punto de vista de las estructuras, más sólidas, más receptivas, y no únicamente desde el punto de vista del impacto ecológico (hemos alcanzado el 95% de las exentas de plástico, utilizando en su mayor parte material compostable para todos los refrescos), no sólo desde el punto de vista de la propuesta cultural, sino también por el aumento de la superficie recuperada, iniciando los trabajos de limpieza del parterre más pequeño frente a ella y consiguiendo el cierre de una parte de la carretera local para utilizarlo todo como una única zona recuperada para el uso y bienestar del barrio, todo esto sin negar un solo banquillo en el que descansar un poquito».
Emanuele dice que está muy satisfecho porque está llegando al punto de «no retorno» positivo, donde el nivel estructural y la limpieza de la zona no retrocede. Incluso la gente local entre un evento de verano y otro ha ayudado a mantener el área en un nivel decente y me cuenta cómo han hecho un largo trabajo de persuasión amistosa hacia todos aquellos que aparcaron sus furgonetas y sus caravanas, ayudándoles a resolver sus dificultades, reparando los vehículos, ayudándoles a deshacerse de ellos o mudándose a otras áreas igual de cómodas, etc… Enhorabuena.
Asistimos al evento que, entre los muchos que acoge la Asociación, (pronto también eventos relacionados con la partida de la segunda Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia) pudo tener lugar en ese nuevo y renovado escenario. Estamos hablando de la conmemoración del vigésimo aniversario de la fundación del «grupo internacional de mujeres de la Soka Gakkai», una organización budista emergente afiliada a la ONU, presidida por Daisaku Ikeda (recientemente publicada su «Propuesta de paz para 2019», titulada «Hacia una nueva era de paz y desarme, un enfoque centrado en las personas»).
Las mujeres de la Soka Gakkai de San Lorenzo fueron las anfitrionas del día, ofreciendo recitales de poesía sobre la paz, un pequeño extracto de su excelente exposición «Without Atomic» como su campaña de diez años contra las armas nucleares. Acogieron a asociaciones y grupos del barrio para intercambiar experiencias y propuestas para el futuro.
Así que aquí también nosotros, desde la Casa Umanista e di Energia, hablamos de nuestras actividades y nos propusimos trabajar juntos para la «Segunda Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia», en este distrito y en Roma. Intercambiamos información sobre campañas como la de ICAN por el Tratado de la ONU sobre la Abolición de las Armas Nucleares y también intervinieron en Roma personas que llevan a cabo las peticiones de «Extinction Rebellion» contra el cambio climático, una agrupación que se formó en La Sapienza de la misma manera que la que se formó en Londres, así como un representante (Comité Vuelta atrás hacia el Futuro, Sociedad Abierta) de la campaña a favor de los lus Culturae, declinación en la versión revisada de la de la de la lus solista, quien lleva adelante esta recogida de firmas a favor de la Ley de la Iniciativa popular.
Finalmente, hablamos de una «búsqueda espiritual» común, que, aunque realizada de diferentes maneras, tiene su raíz, una fuente de energía siempre renovada hacia la mejora del mundo a partir de uno mismo y de la relación con los demás.
Traducción del italiano por Nicole Salas