Y este título tan explicativo, apenas resonará en quienes conozcan con algo de profundidad las luchas reivindicativas de la comunidad negra en los Estados Unidos de los años 70 y de los 80 y 90.
Eddie África estaba en prisión desde 1978, cuando la policía asaltó la residencia de MOVE en Filadelfia, la organización política de la que era miembro. Ese operativo policial contó con la participación de 500 uniformados que realizó un fuerte tiroteo, en el que murió un policía. Si bien, no se pudo probar que hayan disparado desde el interior de la casa, nueve personas fueron detenidas acusadas del crimen y de pertenecer a un grupo radical que defendía las libertades de los afroestadounidenses y que se había fundado en 1972, pocos años después de los asesinatos de los líderes afroestadounidenses Martin Luther King y Malcolm X.
Caracterizados por la vida en comunidad y un llamado a la vuelta a la naturaleza, la organización MOVE siguió siendo víctima de la persecución policial, llegando al paroxismo el 13 de mayo de 1985 cuando la nueva residencia de la organización en la ciudad de Filadelfia, fue fusilada, bombardeada e incendiada por la policía, costándole la vida a 11 personas y quemándose más de 60 casas.
En 2010 MOVE presentó una querella criminal contra las autoridades que llevaron adelante la masacre.
Pero volvamos a la noticia que motivó la alegría de uno de los presos más célebres del sistema penitenciario norteamericano, Mumia Abu Jamal. Acusado falsamente de asesinar también a un policía y de formar parte de organizaciones políticas.
Eddie formaba parte de esta organización noviolenta, pero armada porque consideraba que ante la agresión, la no defensa era perpetuar un estado de situación deshumanizante y que contemplaba pasmada el final trágico que había tenido el movimiento noviolento de MLK.
Eddie se convirtió en el sexto de los detenidos en recuperar la libertad y lo hace luego de 40 años de condena, en los que nunca pudieron doblegar sus convicciones. Los juzgados siempre ofrecieron la opción de reducir las penas si renunciaban a seguir formando parte de la familia MOVE, en la cual todos llevan el apellido África. Tras la muerte de una de las 9 personas detenidas, ya quedan solo dos activistas cumpliendo condena, que fueron todas de entre 30 y 100 años.
“Después de más de 40 años en las prisiones federales y estatales de Pensilvania, Eddie África llegó a casa. La noticia irradiaba como el calor de un sol de mediodía en el verano. Y muchos hombres sonrieron como si vieran a sus propios nietos y nietas por primera vez”, declaró Abu Jamal en una grabación que hicieron circular los comités de solidaridad con el periodista, diseminados en todo el mundo.
“La gente de MOVE ha enfrentado la furia de las autoridades del estado de Pensilvania y una crueldad que la mayoría de los presos nunca han visto o imaginado. Eddie ha sobrevivido golpizas mientras estaba esposado y por lo menos un intento de castrarlo”, narró Mumia, quien destacó la inocencia de la familia MOVE y la alta valoración que tiene Eddie África entre el resto de reclusos por su “espíritu positivo y su sentido de humor excéntrico”.
Acompañamos esta brevísima crónica con una cita que permite acercarse al pensamiento de MOVE, a través de su creador e inspirador John África: “La organización MOVE es una poderosa familia de revolucionarios, firmes en los principios, fuertes en la cohesión, raíz de un gran árbol en crecimiento. Unas personas comprometidas colectivamente avanzando en la dirección correcta. Mientras los llamados educadores hablan de amor y se llenan la boca con palabras de paz, nosotros vivimos la paz, afirmamos el poder del amor, y proclamamos la urgente necesidad de la liberación. El sistema mundial no puede hablar de amor mientras tolera el odio, de paz mientras hace la guerra, de libertad mientras aprieta las cadenas de la esclavitud. Porque hacer concesiones a la enfermedad nos hará perder la salud, hacer concesiones a la esclavitud acabará esclavizándonos.”